Productores rurales reclaman obras urgentes en un camino clave para la cosecha de maíz
Productores de una zona agrícola de San Luis enfrentan pérdidas millonarias por el estado crítico de una ruta provincial sin mantenimiento. Las lluvias arrasaron el camino y, pese a los aportes fiscales del sector, no hay respuestas concretas del gobierno ni de Vialidad.
La falta de mantenimiento y de obras estructurales en un camino de Eleodoro Lobos volvió a encender las alarmas de los productores rurales. Se trata de un camino fundamental para sacar la cosecha de maíz, soja y otras producciones, que cada año se vuelve intransitable por el tipo de suelo arenoso y la ausencia de infraestructura hidráulica adecuada. “Este año el camino directamente desapareció. Se convirtió en una barranca de dos metros de profundidad y no pudimos sacar la mercadería. Perdimos contratos, dinero y oportunidades que no vuelven”, resumió uno de los productores afectados.
El trayecto, de unos 20 kilómetros críticos, atraviesa campos productivos y conecta con la Ruta Provincial N° 3. Según denuncian los vecinos de la zona, las lluvias intensas del verano terminaron de destruir un camino que ya estaba en condiciones frágiles. Sin obras de consolidación ni salidas de agua correctamente diseñadas, el agua corre sobre la traza como si fuera el cauce de un río, socavando la tierra y arrastrando el material.
“Nos prometieron hace años que lo iban a asfaltar. No pasó nada. Ahora pedimos al menos una solución parcial, consolidar con piedra, ripio o algún material que aguante. Con una Champion, un camión regador y una motoniveladora fija podríamos mantenerlo, pero tampoco llega esa ayuda”, contaron.
Organización comunitaria para no perder la cosecha
Ante la inminencia de la cosecha de maíz y sin respuestas concretas del Estado provincial, los productores decidieron organizarse y costear por su cuenta una reparación provisoria. “Nos juntamos, pusimos plata entre todos, conseguimos cuatro camiones batea, una pala mecánica, tractores, todo con aportes privados. Hasta un vecino nos donó el material para arreglar toda la vuelta del camino. Pero no podemos solos”, explicaron.
Uno de los principales reclamos apunta a que, pese a los aportes fiscales que hacen los productores, como el impuesto DOPRO (que sólo se cobra en San Luis y que es específico para la producción), no hay reinversión visible en infraestructura rural. “Por cada camión que sale del campo pagamos 20 mil pesos en DOPRO. Solo con eso se podría hacer una obra seria. Y encima tenés Ingresos Brutos y otros impuestos. Pero el camino sigue así, como si nada”, lamentan.
Consecuencias económicas: negocios caídos y millones perdidos
El mal estado del camino ya generó pérdidas económicas directas. “Teníamos 300 toneladas de maíz para entregar en abril. Como no pudimos sacar los camiones, nos cancelaron el contrato. Solo en ese negocio perdimos seis millones de pesos por la diferencia de precio. Y eso es solo un ejemplo chico. La soja no la pudimos sacar y tuvimos que embolsarla, con todos los costos que eso implica”, detalló un productor.
Las soluciones parciales tampoco han dado resultado. “Hace poco vino Vialidad con una pala y una motoniveladora. Lo dejaron lindo, pero mal hecho. Las salidas de agua quedaron más arriba que el camino. Cuando llovió otra vez, se rompió todo de nuevo. Nadie dirigió bien la obra”, señalaron.
El pedido: una obra planificada, no promesas vacías
El reclamo de los productores es claro: una obra bien diseñada, planificada técnicamente, con consolidación del suelo y obras hidráulicas que eviten que el agua destruya el camino en cada tormenta. “No pedimos una autopista. Pedimos levantar el camino, consolidar aunque sea cuatro metros de ancho con ripio, y hacer que dure. El material lo tenemos. Falta decisión política”, concluyeron.
Las promesas, aseguran, llevan más de una década. “Hace diez años trajeron tubos de un metro para hacer alcantarillas. Están tirados en algún lado. Nunca más se habló del tema. Mientras tanto, seguimos perdiendo plata, oportunidades y paciencia”.


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