Hallaron a una mujer descuartizada en Pilar: el novio cordobés intentó huir en tren

Una sospecha tan simple como el sonido de un teléfono encendido bastó para encender las alarmas. María Claudia Sack, una jubilada de 65 años que vivía en una casa modesta de Pilar, provincia de Buenos Aires, fue hallada asesinada, descuartizada e incinerada por su pareja. El presunto femicida fue detenido cuando huía por tren hacia Córdoba.

El crimen salió a la luz gracias a Martina, la sobrina de la víctima, quien tras dos semanas sin contacto decidió ir a buscarla. En la casa la recibió Franco Rubén Giménez, un joven de 30 años con domicilio en Río Cuarto y con antecedentes por violencia de género. “Tu tía se fue a Córdoba”, le dijo con frialdad. Pero el celular de Claudia sonó desde adentro y todo se vino abajo.

Detrás del galpón, entre basura quemada, un biólogo –marido de Martina– reconoció lo que nadie quería ver: huesos humanos. Algunos todavía humeaban.

La fiscal María José Basiglio, a cargo del caso, ordenó la detención inmediata de Giménez. Cayó en la estación de trenes de San Martín con un bolso listo para escapar. Ya había cambiado de cuenta de Facebook y habría intentado quedarse con la vivienda.

El sospechoso, 35 años menor que la víctima, recibe una pensión por epilepsia y contaba con contactos en Paraguay, lo que hace pensar que planeaba una fuga internacional. Está imputado por homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, delitos que prevén la prisión perpetua.

“Mi tía lo tenía idealizado. Él mentía con todo: decía que tenía una verdulería, pero no trabajaba. Algo no cerraba”, declaró Martina, clave en la investigación.

Los peritos forenses trabajan para confirmar que los restos pertenecen a Sack, pero la familia no tiene dudas: la mató por la casa. Y luego quiso hacerla desaparecer.