En medio de cuestionamientos, Eugenia Gallardo deja el PANE; asumiría Francisco Guiñazú
La falta de planificación ha derivado en múltiples problemas, donde la salud de los chicos se ha visto seriamente afectada. Lejos de la autocrítica, culpan a factores externos. Los signos de un programa que nació desde la desorganización y la impericia, no dejan de reflejar el fracaso.
Todos los caminos conducen a Roma. En lo que lleva de ejecución el Programa Alimentario Nutricional Escolar (PANE), hay múltiples y marcados síntomas de improvisación y falta de planificación. Desde las primeras advertencias de madres y padres que el año pasado apuntaban por la comida en mal estado, pasando por los gravísimos casos que ocasionaron problemas de salud en estudiantes de distintas localidades, hasta los fuertes hechos de corrupción que envuelven al desarrollo del esquema alimenticio, la "copa de leche" del poggismo no deja de cosechar detractores. En ese escenario, la coordinadora, Eugenia Gallardo, deja su puesto para asumir sus funciones en la Cámara de Diputados. En su lugar, asumiría Francisco Guiñazú, quien fue veedor en la Escuela Nº 24 "Pancha Hernández", en medio del escándalo de las intoxicaciones.
Sin pena ni gloria
A fines de marzo, Eugenia Gallardo asumió a la cabeza del PANE, en un contexto de reestructuración que convirtió al programa en una secretaría de estado. Entre muchísimas críticas y preocupación por diversos casos de intoxicación y comida de dudosa calidad, Gallardo fue convocada para una "lavada de cara" de una medida que nació sin proyecciones.
Sin embargo, esa nueva mirada o el manto de "credibilidad" que le daría Gallardo al PANE, fue inexistente. En cada paso que se daba, surgían múltiples falencias y lejos de la autocrítica, siempre se buscaron factores externos para culpar. Esa postura de impericia se aplicó hasta la actualidad, donde cientos de madres y padres están bajo un descreimiento absoluto del programa.
Tal es el punto de bronca, que en Luján, por ejemplo, donde se intoxicaron 59 chicos por las viandas escolares, madres y padres de la Escuela Nº 135 "Gilberto Amieva Paiva", conocida como Escuela el Molino, se autoconvocaron para exigir respuestas concretas y el cierre preventivo del local del proveedor y la implementación de un comedor escolar.
Lejos de tomar las riendas del conflicto y actuar en consecuencia, Gallardo no ha hecho más que justificar lo indefendible. Cada "medida" ejecutada, fue la nada misma. Lo más reciente, donde se le da la chance a los tutores de que puedan elegir si sus hijos comen o no en la escuela, es una de las acciones más insulsas. Desde hace tiempo que hay madres y padres que -con comunicación directa con autoridades escolares- rechazaron la entrega de las viandas. En definitiva, el paso de Gallardo no se destacó por nada y sembró más dudas que respuestas.
La culpa es del otro
En una de las últimas declaraciones de Gallardo ante los medios, en el contexto reciente de las intoxicaciones en Luján y Buena Esperanza, la funcionaria aseguró que los chicos "comparten muchas cosas en la escuela", celebraciones, cumpleaños, donde llevan tortas, o comparten meriendas y compran cosas en los kioscos. En ese sentido, aseguró que lo que ha pasado con la salud de los estudiantes se debe a alguno de esos factores y no al PANE. Un disparate por donde se lo mire.
"El PANE tiene mucha presencia, es verdad. En el 100% de las escuelas y el almuerzo en más del 50% de las instituciones escolares públicas. Contemplando esta generalidad en el PANE, se hacen algunas conclusiones rápidas sin tener los análisis de lo que efectivamente pasó, que es lo que estamos tratando de dilucidar en el caso de Luján. No tengo resultados de los análisis, con lo cual no podemos decir que fue el proveedor del programa alimentario. Esto lo digo porque había casos de gastroenteritis en adultos, que no son familiares de los estudiantes que van a las instituciones donde se dieron los hechos; en Luján hay 3 escuelas", manifestó tibiamente.
"Hay personas que prefieren que los chicos coman en sus casas, si tienen la posibilidad de hacerlo. Estamos contando esa vianda como que se da, entonces es preferible la decisión que se tomó. Cuando el Gobernador me pidió que colabore y que de alguna manera me haga cargo de este programa, que se jerarquizó como secretaría, nos permitió tomar una serie de decisiones que dieron lugar al trabajo mancomunado con municipios, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Desarrollo Productivo, y ahora están establecidos los protocolos, maneras que quedan establecidas para el PANE. Esto no quita que se sigan modificando cosas", agregó.
Un nuevo capítulo, la misma historia
Ahora habrá que ver qué giro toma el PANE -si es que hay cambios- con la nueva conducción. Por lo pronto, la comunidad en general manifiesta rechazo y fuertes dudas sobre la comida. La rabia se sigue acumulando ante la falta de respuestas por las intoxicaciones. La ausencia de ideas, la clara improvisación y la inoperancia, mancharon la dignidad de quienes realmente necesitan la asistencia alimentaria, en una provincia golpeada por el ajuste y la multiplicación de la pobreza.


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