Piero Liebman: el abogado del cannabis
Al mando de un estudio que se especializa en asesorar a cultivadores, el profesional se pone al frente de una lucha que no da por perdida. En mayo dará una charla en San Luis.
Al finalizar una inolvidable entrevista por América 24 en la que en enero de este año polemizó con el médico Claudio Zinn; Piero Liebman, un abogado que trabaja en la regulación de leyes a favor del cannabis, fue despedido con la severidad que el conductor del programa, el inefable Eduardo Feimann, suele demostrar a los defensores de las causas progresistas. “Por lo menos ya le conozco la cara al promotor del faso libre en la República Argentina”, dijo el periodista, visiblemente enojado.
Sin responder exactamente a la descripción que hizo el comunicador, Liebman es mucho más que eso. Es un abogado que intenta hacer un análisis del marco jurídico de la producción y abastecimiento de cannabis a terceros. Es, además, especialista en derecho internacional público. Y es, sí, uno de los más férreos luchadores, desde las leyes y con las acciones, por los derechos de los cultivadores.
Una de las preocupaciones mayores que envuelve al letrado es la desinformación y las dudas que se generan en torno a situaciones de tenencia, distribución y, sobre todo, cultivo del cannabis. “No es un estupefaciente”, aclara Liebman, quien se especializó en regulaciones sobre cannabis y cáñamo en Argentina.
El abogado llegará a San Luis el 10 de mayo para ser parte de la Copa Rastapaz, el mayor encuentro cannábico de Cuyo, que se realizará en Comuna durante toda la jornada preelectoral. Hablará sobre el rol de los pequeños productores y las economías regionales en el nuevo escenario cannábico argentino.
Otros disertantes serán Ruth Noriega, ingeniera agrónoma, especialista en Gestión y Conservación Ambiental, que hablará sobre el rol de sus colegas en la industria del cannabis; el equipo Honeytek, que tendrá a la agromicología, considerada la nueva vanguardia industrial, como tema central; Luisina Ricartes, chef y pastelera que cocinará con cannabis; el fitomejorador y criador de cannabis Alejandro Herrera; y Emmanuel Fuentes, quien hablará sobre las políticas de reducción de riesgos y daños y el cannabis medicinal.
Liebman tiene un estudio que se dedica exclusivamente a asesorar a aquellos que quieran desarrollar su proyecto personal sobre cannabis medicinal, una actividad que hace algunos años traía algunos problemas con la ley, pero que ha cambiado en los últimos tiempos. La legislación vigente hace que los cultivadores no corran ningún riesgo, siempre y cuando estén debidamente autorizados.
La cuestión es que conseguir esa autorización requiere un trámite muy desgastante y que el Reprocann, el organismo que debe regular la actividad, no solo funciona deficientemente sino que corre peligro de ser cerrado, según las declaraciones de la ministra de seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Con la certeza de que en el país podría haber mucho más cultivadores de los actualmente registrados y de que podrían hasta exportar sus productos, Liebman trabaja tanto en eso como en la intención de que los fumadores no corran peligro de ser apresados por las fuerzas de seguridad.
“No todas las autoridades entienden la ley en su concepción, pero en los últimos años, afortunadamente, nos encontramos con que la Justicia respalda con frecuencia a los cultivadores”, dijo Piero en una charla con Cooltura. Sin embargo, reconoció que sabe que todavía la Policía gasta fuerza y trámites en la detención de consumidores recreativos.
Un primer paso posible es la restructuración de la normativa para los cultivadores, un proceso que para Piero “está en construcción y va a ir cambiando conforme a cómo se vayan desarrollando los hechos”. El letrado no se animó a opinar sobre esos cambios: “Es difícil pensarlo en este momento, pero lo más importante es trabajar en el marco normativo y en suprimir las trabas burocráticas”.
Según dijo Liebman, el Reprocann establece muchos escollos para las autorizaciones que no hacen más que desalentar a los cultivadores y con ello impedir la creación de fuentes de trabajo y obligar a los emprendedores a moverse en el margen de la ley.
“Un buen primer paso sería conseguir más celeridad en los términos de acceso a los permisos, pero esperamos que el sistema funcione también en todas sus áreas: que los médicos se formen, que los tratamientos se amplíen”, dijo el abogado.
Sobre la situación puntual de San Luis en cuanto a la tarea de los cultivadores, Liebman dijo que conoce algunos emprendimientos particulares y festejó que algunas hayan logrado ser mencionadas como asociaciones civiles, pero agregó que no le parece relevante establecer cuestiones propias para cada provincia.


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