Quedó parapléjico tras recibir un disparo con un arma "tumbera": el autor seguirá detenido
Ulises Suárez Lanza continuará alojado en el Servicio Penitenciaro bajo prisión preventiva, luego de que la Jueza de Garantía Nº 2, Natalia Lazarte, hiciera lugar al pedido de la Fiscalía de Instrucción Nº 3 de prorrogar la medida cautelar por 60 días.
Un joven quedó parapléjico luego de recibir un disparo de un arma "tumbera", efectuado, según la reconstrucción de los hechos, por Ulises Suárez Lanza. La Fiscalía de Instrucción Nº 3 pidió prorrogar una medida cautelar por 60 días y la Jueza de Garantía Nº 2, Natalia Lazarte, hizo lugar. Esto derivó en que el autor del ataque, tendrá que seguir bajo prisión preventiva en el Servicio Penitenciario.
El caso
Suárez Lanza es investigado por tentativa de homicidio contra Facundo Albornoz, de 18 años. Todo se remonta a la siesta del 7 de julio pasado, en la intersección de 25 de mayo y Neuquén, en la capital puntana.
De acuerdo a teoría que sostiene el fiscal Esteban Roche y la fiscal adjunta María José Guiñazú, la víctima recibió un disparo efectuado por un arma de fabricación cacera y ello le provocó una lesión medular y la pérdida de movilidad en sus miembros inferiores.
La versión de fiscalía, indica que la víctima habría pasado frente al domicilio del imputado. Allí recibió una agresión con una piedra. Al regresar para reclamar por lo ocurrido, se generó una discusión tras la cual, al intentar retirarse, la víctima recibió el disparo. Fuertemente herido, el joven logró llegar hasta la vivienda de su hermano, donde fue auxiliado y trasladado de urgencia a un centro de salud (posteriormente lo derivaron al Ramón Carrillo).
Audiencia
Este miércoles, en audiencia, Roche fundamentó la extensión de la prisión preventiva en que persisten los riesgos procesales de fuga debido a la gravedad de las circunstancias, la expectativa de pena y el posible entorpecimiento de la investigación, ya que los principales testigos pertenecen al mismo barrio y podrían verse influenciados si el acusado recupera la libertad.
Pero además, existe un riesgo para la víctima, quien permanece con secuelas irreversibles (paraplejia, incontinencia y uso permanente de sonda). De hecho, manifestó temor por el imputado, quien habría actuado con hostilidad previa y disparado por la espalda.
Roche recordó que el imputado está acusado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, delito que prevé una pena superior a los diez años de prisión, por lo cual no resulta excarcelable.
Entre las pruebas mencionó los informes médicos que acreditan las graves lesiones sufridas por la víctima, la declaración del propio damnificado y un dermotest positivo practicado al imputado.
Hugo Scarzo, representate de la querella, adhirió a lo planteado por la Fiscalía.
El imputado negó los hechos
Suárez Lanza pidió declarar y aseguró que el día del hecho trabajaba en el taller de su padrastro frente a su casa, junto a su hermanastro, cuando cerca del mediodía llegó un amigo y le pidió que lo acompañara a efectuar un trámite.
Dijo que luego de entregar una pieza metálica regresaron caminando y, al pasar por la casa de Albornoz se produjo un incidente frente a la comisaría del barrio y fue agredido con un casco mientras se encontraba frente a personal policial.
Afirmó que, tras la discusión, la víctima ingresó a su vivienda, salió nuevamente en moto y lo persiguió armado, amenazándolo de muerte. Ante esa situación, el imputado aseguró que pidió ayuda a un amigo para que lo trasladara hasta su casa, porque temía por su seguridad.
Relató que, ya de regreso en su domicilio, mientras golpeaba la puerta para que su abuela le abriera, Albornoz apareció en moto acompañado por otra persona. En ese momento, el imputado dijo que se refugió en su casa y, al cerrar el portón, escuchó dos disparos, sin poder precisar de dónde provinieron ni quién los efectuó. Afirmó que él no disparó y que sólo vio cuando uno de los hombres intentó sacar un arma.
Finalmente, contó que la policía llegó poco después, tomó sus datos y lo informó de que la víctima había recibido un disparo en la espalda, hecho que —según manifestó— lo sorprendió. Reiteró que en ningún momento atacó a Albornoz y que su familia viene sufriendo amenazas y agresiones desde hace tiempo por parte del entorno de la víctima.
La defensa cuestionó la validez del dermotest
El abogado Raúl Sarabia, defensor del imputado, cuestionó la validez de las pruebas presentadas por la fiscalía y pidió que no se prorrogue la prisión preventiva. Sostuvo que la principal evidencia en contra de su defendido —el dermotest que dio positivo a restos de disparo— fue realizada “con una técnica perimida y poco confiable, capaz de arrojar tanto falsos positivos como falsos negativos”.
En ese sentido, citó la opinión de una perito que, según indicó, tiene antecedentes de haber objetado pericias policiales en otros casos de relevancia como el de Magalí Morales.
Sarabia afirmó que la investigación carece de elementos objetivos que vinculen directamente a su defendido con el hecho. Señaló que no se halló el arma utilizada, ni casquillos, ni se determinó el ángulo del disparo, y remarcó que ningún testigo vio al imputado efectuar un disparo.
A su criterio, Albornoz habría dado versiones contradictorias sobre lo ocurrido y “miente al afirmar que recibió un tiro en la vía pública”, ya que las cámaras del lugar no lo muestran frente a la casa del imputado.
Por último, el letrado insistió en que la prisión preventiva no debe utilizarse como castigo anticipado, y que la prueba científica disponible no reúne el estándar de fiabilidad necesario para mantener a una persona detenida.
Reclamó que la valoración de la evidencia se realice de manera objetiva y con rigor científico, destacando que en esta causa solo existe una pericia dudosa, sin un plexo probatorio sólido que la respalde.
Periódico Judicial/Redacción.


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