"Facundo es un milagro y un testimonio de Dios y de la fe"

El paso de las reliquias de Carlo Acutis por la provincia dejó pruebas de su gracia. Una de ellas fue el sorprendente caso de Facundo Rasso, un niño de dos años que estuvo muy grave y que a pesar de los esfuerzos de los médicos no lograba evolucionar. Su madre, Karina Olguín, vecina de Villa Mercedes, le pidió al joven a quien se lo conoce como "el santo millennial", cuando su hijo estaba internado en la capital puntana, y comenzó a mejorar casi instantáneamente.

 

Al pequeño lo internaron el 12 de junio por un cuadro de neumonía con derrame en una clínica privada. Luego de que le hicieran una punción y que no mostrara signos de mejora, pasó a terapia intensiva del Policlínico Regional. Después lo derivaron con urgencia al Hospital Pediátrico de San Luis porque las bacterias habían ingresado a su sangre y se complicaba cada vez más; en el traslado incluso sufrió un infarto.

 

"Los médicos iban tratándolo con todo lo que tenían a su alcance, pero mi hijo no reaccionaba a la medicación, estaba en estado crítico, ya mortal, estábamos todos desesperados. Allá el diagnóstico fue de un shock séptico", contó Olguín.

 

La mujer mencionó que todo su entorno se encontraba en oración y que hora a hora debían aferrarse a la esperanza.

 

"Una de esas noches en la terapia, el 4 de julio, me enteré por El Diario de la República que iban a estar al otro día las reliquias de Carlo Acutis en la Iglesia de la Medalla Milagrosa. Fui y le pedí con mucha devoción y fe que Facundo empezara a reaccionar y al instante mi marido Guillermo, sin saber que yo había ido, me mandó un video de que había empezado a reírse, moviendo una mano, algo que no había pasado hasta ese momento, él no reaccionaba", recordó la madre, y remarcó que su suplica fue exactamente esa: que su hijo mostrara alguna señal de mejora.

 

A partir de allí es cuando la historia comienza a mejorar. Minuto a minuto el chiquito fue recobrando vitalidad y empezó a cambiar su semblante.

 

"Empezó a tirar una pelotita, pidió unos juguetes, y las lágrimas empezaron a ser de alegría. Fui de nuevo por las reliquias, esta vez a la Iglesia de Luján, para agradecerle a Carlo Acutis y volver a pedirle. Pude sostener la reliquia y me dieron una estampita, que después la puse debajo de la almohada de 'Facu', y se la pasé por su pulmón, que estaba grave", repasó la mamá.

 

Al niño estuvieron a punto de hacerle una traqueotomía y era casi seguro de que necesitaría someterse a una cirugía. Ni los profesionales pueden creerlo cuando hoy leen su historia clínica, porque ninguno de esos procedimientos fueron necesarios. Hoy es un chico sano, recuperó la masa muscular que perdió mientras estuvo internado e intubado, y no le quedó ninguna secuela; solo continúa con controles.

 

"Facundo es un milagro y testimonio de Dios, y de la fe; de que realmente existe. Yo ese día que le pedí estaba muy triste, salí llorando y pidiendo fuerzas porque no podía ver más a mi hijo así, y me escuchó; no lo podía creer", dijo Karina.