Seis de los testigos coincidieron en que Johana sufría violencia
Fue la primera semana del juicio que afronta el exsecretario de la UOCRA por matar a su expareja. Sus familiares y amigos dijeron que la vieron golpeada, que les contó que Solalinde la violaba y la seguía con un dron.
Pasó la primera semana del juicio a Juan Carlos Solalinde por matar a tiros a su expareja Johana Galdeano. Hubo cuatro audiencias, que contabilizaron más de 15 horas de debate oral. Estaba previsto que declararan los 50 testigos que citaron, pero fue imposible. La semana terminó y solo alcanzaron a hablar los testigos presentados por la fiscalía. Hubo un par de testimonios que se extendieron por más de una hora y todos sustentaron, hasta el momento, la hipótesis en la que se basa la acusación: que el exsindicalista asesinó deliberadamente a la mujer con quien mantuvo durante seis años una relación marcada por la violencia a la que la sometió, y de la que todos los familiares, amigos y allegados a la víctima estaban al tanto que existía. Muchas veces le pidieron a ella que lo denunciara, pero la joven no lo hacía porque, como dijeron varios, "ella lo amaba" y, como sintetizó un psiquiatra que declaró, la relación entre ambos "era tóxica".
Entre el lunes y el martes, declararon, en su mayoría, parientes, amigos y personas que conocían a la mujer de 28 años. Las seis personas que hablaron coincidieron en que vieron y oyeron de boca de la propia Galdeano que el exsecretario de la Uocra (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) la maltrataba en todos los sentidos, física, mental y hasta económicamente.
De hecho, una prima de ella, quien se desempeñaba como efectivo policial, dijo que una vez Galdeano le contó que el acusado la violaba cuando ella no quería tener relaciones y también sabía que, desde que su relación empezó, la joven estaba "como presa", porque Solalinde no la dejaba salir si no la acompañaba él.
La testigo aclaró que le aconsejó a su prima que denunciara al hombre, pero que ella, a pesar de ser miembro de la fuerza policial, no podía hacerlo porque son delitos de instancia privada y su denuncia depende de la víctima.
Todos los testigos allegados a Galdeano declararon que sabían perfectamente que el hombre seguía cada paso de la mujer con un sistema GPS, que había instalado en su auto, y hasta con un dron, que la vigilaba por el aire.
También aseguraron que vieron varias veces a Solalinde portar más de un arma y asistir a reuniones en las que algún que otro amigo de él disparaba tiros al aire.
Esta semana, será el turno de los testigos de la defensa. Marcos Juárez, uno de los abogados que representa al imputado, adelantó que presentará 12 testigos y que su idea es hacer declarar a todos. Muchos de ellos son personas que fueron nombradas más de una vez durante el debate oral. Serían amigos de Solalinde, muchos de los cuales formaban parte de "Los Perros", tal cual el acusado llamaba al grupo de patovicas con los que se movía y que, según muchos amigos y familiares de Galdeano, se ocupaban de darle tremendas palizas a cualquier hombre que osara mirar por un segundo a la joven.
Entre ellos hay un par de hombres que nombraron con el apodo de "El Turco", como un tal Amed, pero el que más resonó fue el de un policía que Solalinde llamó segundos después de cometer el crimen, Ariel "El Turco" Abraham.
Hasta el momento, no está clara la estrategia de la defensa. Al principio, los abogados adelantaron que, a un margen de que la comisión del asesinato de parte de su cliente no está en discusión, sí se ocuparán de demostrar que existieron atenuantes, como la violencia que Galdeano, según ellos, ejercía sobre Solalinde. Por eso, a casi todos los testigos les preguntaron si la mujer trataba de "negro de m...", "verdulero" o "cartonero" a su defendido, y si alguna vez le rompió un auto y hasta le escribió con aerosol la pared de su domicilio.


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