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Porcicultura, una actividad incipiente en la Costa de los Comechingones

Lucas Arias tiene 38 años y se dedica a la reproducción, cría y recría de los animales. Su padre trabajaba con ganado vacuno, de ahí adquirió su amor por el trabajo con los animales. Tiene un plantel de 20 madres y 3 padrillos.

Por María José Rodríguez
| 05 de mayo de 2024
Descanso. Arias armó todo el sistema en el que viven los cerdos. El productor aseguró que se especializó en el manejo de los animales.

El consumo de carne porcina está en aumento en Argentina, y en los primeros cinco meses de 2024, creció un 2% respecto al mismo periodo del año anterior. Esto se debe también a que es al menos un 20% más barata que la carne vacuna, que está primera en el ranking de preferencia de los paladares argentinos. Lucas Arias, un productor de 38 años que vive en Carpintería, coincide con esta afirmación y asegura que en el mundo la carne porcina es la de mayor producción.

 

“Con este proyecto de porcicultura empecé de a poco, primero me compré una cerda y después fui comprando más, paso a paso. Empecé a trabajar en la reproducción, encontré reproductores machos, buena genética del productor Néstor Ladú, que se dedica a reproducción porcina y es el representante de la cabaña Ne-May de Achiras. Armé los chiqueros primero, después coloqué el techo”, contó orgulloso el pequeño productor, que no se dedica a la elaboración de chacinados y otros derivados.

 

En el establecimiento, que todavía no tiene nombre, Lucas pasa la mayor parte del tiempo. “Acá el sistema de cría se basa en la producción de lechones, que es lo que más vendo. Ya tengo mis propios clientes, ya me conocen y saben de la calidad cárnica con la que trabajo. En este predio hago todo solo. Temprano le doy alimento a cada chancha, que tiene su dosis diaria, sobre todo las que están en servicio. Después cuando ya tienen la cría, esta dosis se cambia y se agrega la nutrición necesaria para que le den de mamar a sus crías”, explicó brevemente.

 

En cuanto a la reproducción Arias especificó que va dividiendo por fechas los momentos en los que van quedando preñadas las hembras. “Una vez que selecciono las chanchas que tengo para preñar voy escalando la producción, de esta manera puedo contar con cierta cantidad de lechones durante todo el año”, aseguró, y añadió que se venden fácilmente.

 

“Acá hago la faena, vendo el producto limpio listo para consumir en la parrilla. Trabajo con el sistema cama profunda, esto empecé a hacerlo porque tenía mucho trabajo debido al barro que se acumulaba con las lluvias. La única forma en que puedo mantener seca la tierra es de esta manera. Además no se enferman los animales”, dijo.

 

Este proyecto tiene tres años. “A mí me gustan los animales, mi padre me heredó el campo y lo aproveché de esta manera. En cuanto al manejo de los cerdos tuve que aprender solo. A mi papá le gustaban más las vacas. Me estoy por mudar a un lote vecino, porque este lo tengo compartido con mis hermanos, ahora voy a armar los chiqueros más prolijos para no tener que renegar. Cuando llueve se acumula mucho el barro, que es con lo que más reniego, porque esta zona se caracteriza por tener muchos guadales”, afirmó Arias.

 

El productor es de pocas palabras, pero se animó a contar cómo es su rutina: “Todos mis días son distintos. Como trabajo en solitario siempre tengo cosas para hacer, por ejemplo, hay que acomodar los animales, darles de comer todos los días, los controlo a través de la observación, de permanecer con ellos todo el tiempo. Me encargo de todo para que estén bien”.

 

De acuerdo a la edad varía la dieta de los cerdos. “Ahora estoy usando un alimento de me provee un  productor de Río Cuarto y otro que es de acá de Carpintería, cuyo negocio se llama Agromax. Tiene soja, expeller de soja y núcleo”, indicó el pequeño productor.

 

Agregó que hace varios años que realiza capacitaciones para conocer en detalle la actividad, “hice cursos que daba el Ministerio de Producción. Me enfoqué en la sanidad y aprendí con la ayuda de un médico veterinario. Tengo listos los animales para cuando hay que vacunarlos. La primera se hace apenas nacen a los dos días. Además les suplementamos con hierro para evitar enfermedades, después a los 28 días, se los desteta, se desparasitan y se les aplican vitaminas. A medida que van creciendo esto se hace con las comidas, después con el tiempo se van vendiendo, permanecen en el campo alrededor de 14 días más y finalmente se venden. Me los sacan de las manos, se comercializan muy bien”.

 

“Este proyecto se dio justo en un momento en el que estaba buscando alguna actividad para hacer, siempre me gustó el campo y siempre anduve con mi papá a quien le gustaba mucho el campo, entonces él que producía vacuna y me llevaba a las ferias y los remates. Ahí me enseñaba un poco sobre los negocios”, recordó.

 

Actualmente Lucas tiene un plantel de veinte madres y tres padrillos. “Voy incorporando y voy a ir creciendo. Me gustaría llegar a tener más madres, quiero llegar hasta las 50 por lo menos. Así podré lograr una buena producción. También quiero hacer capones, que son los que más se comercializan. Me hace falta crecer en instalaciones, ya de a poco voy a lograr concretar todo lo que me propongo”, concluyó.

 

 

El bienestar animal en la alimentación

 

El Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) aseguró que el  enfoque más actual para el abordaje del bienestar animal es el modelo propuesto por Mellor & Beausoleil. Este modelo está basado en cinco aspectos físicos funcionales, que pueden clasificarse como factores relacionados con la supervivencia (nutrición, ambiente y salud física) o relacionados con la situación (comportamiento), y un quinto dominio que abarca la experiencia afectiva (estado mental).

 

Un animal está en buenas condiciones de bienestar si está sano, cómodo, bien alimentado, seguro, puede expresar formas innatas de comportamiento y si no padece sensaciones desagradables de dolor, miedo o sufrimiento.

 

Con respecto al agua y al alimento Senasa indicó que debe ser formulado y balanceado por un profesional especializado; proveer una dieta en cantidad y calidad adecuadas que permitan a los cerdos no solo mantener una buena salud y satisfacer sus exigencias fisiológicas, sino también responder a su necesidad de hozar y hurgar en búsqueda de alimentos; la composición de la dieta debe minimizar la aparición de úlceras gástricas; el caudal del agua en los bebederos debe regularse de acuerdo con la edad del animal, la etapa de producción y las condiciones ambientales; los bebederos y comederos deben ser apropiados en cuanto a altura, disposición y flujo de salida para no ocasionar problemas en el acceso y evitar la competencia entre los animales y las lesiones derivadas.

 

Para evaluar el cumplimiento de las exigencias y recomendaciones Senasa propone prestar atención a los animales, el ambiente y el manejo.

 

Algunas señales de alarma en los animales son: cambios de peso y de condición corporal, aspecto físico, comportamiento, incremento en la mortalidad, la eliminación selectiva y la morbilidad, y edad al destete. Respecto al ambiente y el manejo se debe prestar especial atención a la limpieza, el estado de mantenimiento y el funcionamiento de los equipos para suministro de agua y alimento.

 

 

RV.

 

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