Un bioquímico advirtió su temor por el desarme del laboratorio
Juan Talia escribió una carta donde expuso las brutales medidas contra el "Dalmiro Pérez Laborda".
Lleno de resentimiento y en busca de una insólita revancha, el gobernador, Claudio Poggi, destruye y cambia todo lo que tenga sabor o perfume a la gestión anterior. Todo lo que se haya hecho antes de su arribo al poder lo desarma o erradica. Su plan es muy claro y ni siquiera lo disimula. Nadie sabe por qué ese odio tan visceral. Pero no solo busca venganza en las obras o logros alcanzados por su antecesor sino también amargarle la vida a aquellos profesionales que cumplieron funciones públicas bajo el mandato de Alberto Rodríguez Saá. Uno de esos casos es el del bioquímico Juan Talia, quien fue el referente del Laboratorio “Dr. Dalmiro Pérez Laborda”, la entidad que analizó miles y miles de muestras durante la pandemia y que despliega un rol fundamental en el seguimiento de patologías. Poggi desplazó a Talia y a otros profesionales y los reubicó en Laboratorios Puntanos; para hacer nada.
Talia escribió una carta abierta en la que contó todo lo ocurrido y el maltrato recibido. “Desde el año 2016 me desempeñé como referente jurisdiccional de Redes de Laboratorios, cuya sede central está en el Instituto 'Malbrán' y de la misma forma, soy referente provincial del diagnóstico de parásitos como Chagas y Paludismo (malaria). Para lograrlo, recibí múltiples capacitaciones desde que nuestro país certificó por medio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) libre de paludismo y por el cual recertifiqué el diagnóstico de esta enfermedad en el año 2022 y por el transcurso de 3 años. Les comento esto porque da cuenta del esfuerzo personal y el del sistema de salud pública en invertir en la formación específica de los y las trabajadoras”, relató en uno de los párrafos de su mensaje.
“Específicamente sobre esta situación quiero explayarme, ya que como se supo a través de los medios, hace dos semanas, 8 de un total de 11 compañeros no pudimos entrar más a nuestros habituales lugares de trabajo, porque fuimos removidos a otros espacios, sin explicación ni motivo y de una forma totalmente inhumana”, describió.
“Ya han pasado 15 días y algunos de nosotros seguimos sin tarea específica asignada a pesar de cumplir con los horarios laborales, en los destinos a los que fuimos enviados y aún esperamos a las autoridades para obtener una respuesta. Estamos atravesando momentos de mucha angustia e incertidumbre”, remarcó.
Talia hizo un completo racconto en el que, por su conocimiento en primera persona del sistema sanitario, expresó el temor por el vaciamiento del laboratorio. Recientemente se enteró por los medios de comunicación que ingresó un caso sospechoso de paludismo
—que terminaron confirmando— de una persona que tenía antecedentes por un viaje al continente africano; al día de hoy el laboratorio no cuenta con personal capacitado y certificado para responder en tiempo y forma a los estándares de calidad en estas circunstancias.
Del mismo modo, comentó que las redes de 17 patologías transmisibles están en riesgo debido al desmembramiento de todo un equipo técnico.
Mediando una vida entre el tire y afloje del Gobierno, Talia subrayó su profunda preocupación, entendiendo que por sobre todas las cosas, lo más importante es la vida de un paciente y, por continuidad, la de todo el sistema de salud pública.
“Me dirijo a las autoridades sanitarias que correspondan, con todo el respeto que merecen, instándolas al diálogo y reflexión, creo necesario, en nombre mío y de muchos compañeros y compañeras, de recapacitar sobre este tipo de decisiones y establecer un espacio de diálogo, en el que puedan llegarse a decisiones consensuadas, sobre todo cuando se trata de cuestiones tan sensibles, como la salud de todos y todas, en donde no se están disputando cargos, sino cuestiones profundas, como coberturas de espacios y también de asistencia social”, manifestó.
“Más allá del profundo daño psicológico que genera toda esta serie de sucesos, hay además una sensación de desagrado, porque nos sentimos violentados y violentadas por el sistema, nos hacen sentir nada menos que descartables y desechables, nos hacen sentir objetos”, lamentó y advirtió el peligro de lo que puede acontecer con el dengue sin acciones preventivas.


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