Digitadas y bendecidas entregas de mercaderías

Los alimentos que llegaban a los diferentes merenderos y comedores de la provincia pareciera que tienen nuevos distribuidores y destinos.

Esta impresión quedó plasmada en testimonios fotográficos que muestran el sugestivo desplazamiento de vehículos particulares transportando cajas similares a las que entregaba el ex Ministerio de Desarrollo Social, desde el depósito que tenía en el barrio Unión, en la zona sur de la ciudad de San Luis.

Apenas asumió, la ministra de Desarrollo Humano Mónica Becerra tomó la drástica decisión de cortar la entrega de insumos alimentarios a estos solidarios comedores, porque, desde su óptica, que es compartida por el gobernador Claudio Poggi y también por el presidente Javier Milei, eran de uso político.

Esta determinación despertó un profundo repudio de diversas entidades barriales y sociales, ya que se la consideró como “totalmente insensible”, porque dejó en situación de desprotección a numerosas familias, que, en medio de esta crisis, les permitía acceder a un plato de comida preparado por las propias manos de sus

vecinos.

Como una muestra de desprecio a la labor de los merenderos y comedores barriales, todo indica que el poggismo optó por canalizar las mercaderías a través de otras organizaciones, algunas de ellas religiosas, y, de esta forma, orientar la llegada de los esenciales alimentos a otros destinatarios.

Algunos dirigentes barriales que vienen siguiendo con atención estos movimientos aseguran que iglesias evangelistas ligadas a Becerra, a colaboradores directos que tiene y al área de Cultos estarían entre las privilegiadas con las digitadas entregas.

La imagen que acompaña este texto fue tomada en la zona de Centenario y Sucre, de la capital puntana, donde funcionan varios templos evangelistas.