SAN LUIS - Domingo 29 de Junio de 2025

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Con los zapateros: la gente "estira" la vida útil de mochilas y calzados

Se debe a los elevados precios que tienen los productos nuevos en el mercado. La crisis aprieta los bolsillos.

Por redacción
| 03 de febrero de 2024
Marroquinería. Lo más requerido son los cambios de cierre de las valijas o bolsos, también arreglan rueditas. Fotos: Inés Cobarrubia

La crisis golpea fuerte la economía de las puntanas y puntanos. Como una forma paliativa, cada vez más familias hacen “estirar” la vida útil de artículos como mochilas y calzados.

 

Zapateros del centro de la ciudad afirman que creció la demanda de arreglos, sobre todo en elementos relacionados al arranque del ciclo lectivo. Esperan que para febrero haya más clientes, aunque sostienen que es un rubro que nunca deja de comerciar.

 

“Se renovó la clientela. Gente que antes no reparaba, que tiraba el calzado, ahora está reparando. Y la gente que está acostumbrada a reparar, compra en cuotas. El trabajo se sigue manteniendo. Ahora se utilizan mucho las zapatillas y arreglamos muchas, el 80% de lo que tenemos para reparar son zapatillas y, además, marroquinería, valijas, bolsos, mochilas. Ahora que empieza la temporada, la gente trae mochilas para los chicos que van a la escuela”, indicó Gabriel Benítez, propietario de un taller ubicado en 9 de julio, entre San Martín y Chacabuco.

 

Si bien el precio varía dependiendo de la intervención que tenga que hacerse, cambiar una puntera de cuero puede rondar los 25 mil pesos, por ejemplo. “Cambiar el fondo de goma estaría entre los 20 y 25 mil pesos. Hay varios trabajos que se pueden hacer, reparar la cordonera, un refuerzo porque se rompe el cuero. Varían los montos, no hay un valor fijo, depende de la complejidad del trabajo”, apuntó.

 

Para el arranque del ciclo lectivo. En febrero, suele aumentar la demanda de arreglos en los zapatos escolares.

 

En el caso de Matías Sánchez, quien tiene su comercio en calle Chacabuco antes de llegar a Ayacucho, la demanda en los arreglos, debido a la crisis, aumentó. “La reparación creció un montón —dijo mientras terminaba de atender a una mujer que estaba retirando un bolso—. Hay más cantidad de clientes y te traen las cosas más rotas que antes. En esta época, buscan poner en condiciones las mochilas, pero durante todo el año lo más solicitado son las zapatillas. Incluso, ahora vienen a comprar calzado usado, que son los que la gente nunca viene a buscar. Las personas tratan de comprar cosas baratas”, remarcó.

 

 

“Conviene mucho más reparar una mochila que comprar una nueva, que está arriba de los 40 mil pesos. Un arreglo de zapatillas, algo barato puede rondar los 6.500 pesos y una nueva está entre los 120 mil y 180 pesos”, agregó comparativamente.

 

Analía Lorca, dueña de un taller de calle Rivadavia al 308, confirmó lo que sus pares comentaron y agregó que, sobre todo en estos meses, se vio más movimiento por el tema del pago de los salarios a los empleados estatales. “La gente arregla, pero también busca precios para hacerlo. No tanto como una esperaba, ya diciembre se notó que no fue como otros tiempos, estuvo muy tranquilo”, expresó.

 

“Se trabaja, pero no a comparación de otros años, se nota que no hay plata, afectó todo acá, cómo se pagaron los sueldos en el Gobierno se notó y veremos a ver si repunta en febrero, pero seguimos igual con los haberes en dos veces y capaz que la gente, la última semana antes de que empiecen las clases, diga que lleva a arreglar, ojalá”, opinó.

 

En el caso de Ibeth Ochantes, quien trabaja junto a su madre y su padre en el taller (tienen un puesto en la esquina de Rivadavia y 9 de Julio, en la plaza Independencia), este mes se está moviendo el negocio. “La gente viene a arreglar el calzado, ahora trabajamos mucho con el tema de las mochilas porque, actualmente, una nueva está cara y lo único que le queda a la gente es arreglar las que tienen. Los zapatos escolares, también, traen muchos artículos”, graficó.

 

En cuanto al tema de los precios, toda la materia prima con la que trabajan los zapateros aumentó, pero en su mayoría intentan mantener los valores estables para que la demanda no baje. “Nosotros para comprar los materiales tenemos que viajar a Buenos Aires y traerlos. Lo que son suelas, hilos para las costuras, el pegamento, todo está muy caro, pero nosotros no subimos, intentamos mantener los montos para que la gente venga”, concluyó Ibeth.

 

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