Fue preso por intentar matar a dos policías con un cuchillo

Luis Alberto Ponce ya no continuará sus días de encierro en el calabozo de una comisaría de Villa Mercedes. Desde el jueves lo hace directamente en la Penitenciaría de San Luis.

En los últimos ocho días, las pruebas en su contra que demuestran que atacó con un cuchillo a dos policías, quienes intentaron calmarlo cuando agredía a su pareja, se mantuvieron en pie. La defensa no logró comprobar, al menos hasta esta instancia de la investigación, que el hombre solo ocasionó lesiones. Pero la fiscalía sí consiguió mantener sólidos los elementos que lo comprometen y demostrarían que lo que hizo fue tratar de matar deliberadamente a los agentes que intentaron tranquilizarlo. Por eso, el juez Matías Farinazzo Tempestini decidió hacer lugar al pedido del fiscal Maximiliano Bazla y le dictó la prisión preventiva por los siguientes 120 días.

Antes de que el magistrado diera por formulados los cargos contra Ponce y le dictara la medida de coerción, el fiscal instructor repasó lo que sucedió el lunes 12 en la localidad de Juan Llerena.

Esa tarde, la pareja del acusado llamó a la Policía. La mujer de 66 años pidió ayuda porque, como tantas otras veces, el hombre de 36 años la había amenazado y le había causado destrozos en su casa.

Al poco tiempo, cerca de las 19:15, llegaron algunos efectivos de la Subcomisaría 7ª. Eso no bajó el nivel de agresión del imputado, quien los recibió con insultos y no quiso abrirles la puerta.

No obstante, antes de que los agentes se retiraran, la mujer consiguió hacerlos pasar. Intentaron hablar con Ponce para tranquilizarlo, pero todo fue para peor.

El acusado sacó un cuchillo y les lanzó dos puntazos a los uniformados. Las estocadas, por suerte, solo alcanzaron a cortar la campera de uno de los efectivos.

Retrocedieron y, en eso que hacían marcha atrás, solicitaron refuerzos a la Comisaría 16ª de La Toma y al Destacamento 24º de San José del Morro.

Luego, con el permiso del fiscal, seis policías ingresaron a la vivienda. Estaban equipados con cascos y chalecos, entre otras medidas de protección.

Ponce, de todas formas, no se entregó. Antes de que lograran reducirlo forcejeó y, en lo que se resistía, apuñaló a un cabo. Lo hirió a la altura del ombligo y le perforó parte del intestino grueso. Ese agente, de apellido Olguín, estuvo internado algunas horas en terapia intensiva.

Bazla remarcó que existió, de parte de Ponce, la intención de hacer lo que hizo: matar a los efectivos. Dijo que lo que cometió fue, a las claras, un "Homicidio calificado por ser miembro de las fuerzas de seguridad pública, policial o penitenciaria, por su función, cargo o condición en grado de tentativa".