Valentina Acevedo despliega sus alas

Hace unos años, Valentina Acevedo tocaba en un bar de San Luis y al terminar el show un joven se le acercó para mostrarle algo. Con un poco de miedo, la cantante se acercó a su espectador que le mostró un tatuaje que se había hecho en el pecho: era la cara de la cantante. “Fue la primera vez que vi a alguien con un tatuaje con mi cara, quedé de flash”, recuerda la intérprete.

Por entonces, Acevedo recorría los pubs de todo el país con su propuesta centrada en versiones propias de clásicos del rock nacional, aunque siempre se las arreglaba para mostrar alguna canción propia. Ahora, en el show que el viernes dará en “Cede”, el espacio de Colón casi Bolívar, la carga se invertirá y mostrará más temas de su autoría, con algún cover colado en el repertorio. 

La edición hace un mes y medio de “Un día para Valentina”, su nuevo disco, la empujó a una gira que tiene a los temas del álbum reciente como columna vertebral. “Para hacer las canciones dejé que la cosa fluya: el mensaje es ese, vivir relajado, quitarle un poco de ansiedad a la vida”.

Para acompañar la edición del disco, la joven publicó unas fotos en las que se la ve con su cara maquillada con una mariposa, símbolo de la libertad, otros de los factores que están presentes en “Un día…”. Curiosamente, otro de los elementos que son parte de la estética del disco es una jaula de pájaros. “El pájaro” es el nombre del tema que abre el disco. 

La cantante dijo que siempre manejó su carrera según sus propios parámetros, pero que no siempre consiguió mantenerse ajena a los comentarios de amigos, familiares y colegas que la rodeaban durante el proceso de creación. “Sentía que no terminaba de desplegar mis alas, pero ahora estoy con esa sensación mágica de volar”.

Las redes sociales, si bien sirven para la difusión de su obra, son para Valentina una demostración de la opresión que puede sentir un usuario. La idea de que “podemos controlar el futuro” es para Acevedo nada más y nada menos que otra manera de apretujarse en cuestiones que no se pueden resolver. “Hay veces que hay que dejar que el destino decida -agregó-. El destino por ahí la tiene más clara”.

El concierto de hoy es parte de la gira “Final del día tour” y la tendrá sola con su guitarra y su piano, los instrumentos que alternará para pasar por todas las emociones. Para el final, la cantante promete subir el nivel de energía, como siempre. 

“Mi cabecita me pide más y más música, más y más recitales y a veces necesito organizarla para tener una visión más concreta. Lo que le propongo a la gente en los shows es que por un momento saquen la cabeza del cuerpo y se dejen llevar por la música”, dijo la chica que tiene pensado para el año que viene lanzar su primer libro de relatos en su incursión a la vida literaria.