La libertad innegociable de Sergio Zabala

La tapa del nuevo disco de Sergio Zabala, “Libre en el sonido”, muestra al guitarrista adolescente, junto a su padre, en la primera vez que tocó en Buenos Aires con el “Dúo Puntano”. La foto fue tomada en 1993 en la Asociación de los Cuyanos, un edificio que servía para, entre otras cosas, recibir a los músicos de la región que querían tocar en capital.

El pequeño Sergio luce con una guitarra desproporcionadamente más grande que su físico pero no que su enorme talento. Quien tomó esa instantánea no podía saber que 30 años después ese joven se convertiría en el músico puntano con mayor proyección en la escena nacional. Un artista sensible, capaz de captar sus propias inquietudes, las ajenas, y transformarlas en melodías.

“Libre en el sonido” es el cuarto disco de su fructífera carrera solista y lo presentará el miércoles en el Centro Cultural Rojas y el viernes y el sábado en San Luis, primero en Comuna y luego en “La raíz”. Las expectativas por todos los shows son muy altas para Sergio.

“Nunca tuve como misión ser un representante de la música cuyana en Buenos Aires, pero la toco cada vez que puedo, en cualquier lugar que me presento”, dijo el guitarrista nacido en Concarán y que ya pasó por el Teatro Colón y en el CCK, por ejemplo. 

Además de ser el título de la última canción del disco, una suerte de tonada, “Libre en el sonido” es una declaración por la que Zabala se permite vivir y hacer la música sin ataduras. “De chico escuché a Stevie Wonder, a Luis Alberto Spinetta y a Los cantores del manantial, entonces el título tiene que ver con la libertad con la que me crié, que me permitió no ponerle carátulas ni bateas a lo que escucho ni a lo que hago”, dijo el músico.

En ese camino, Sergio para su nuevo disco versionó de manera muy libremente “Construcción”, una canción de Chico Buarque, y “Mediterraneo”, el clásico de Joan Manuel Serrat, con la visión de quien nació en San Luis. Zabala consideró un acto de valentía meterse con esos temas y llevarlos por un rato a su zona.

“Soy un músico al que le gusta la música que no tiene carnét ni bandera ni que tiene la necesidad de sentirse un cultor ni un representante de nada, pero también es cierto que tengo una raíz con la que envolverme”, señaló. 

Luego de algunas experiencias frustrantes en recitales en la provincia, Sergio juega una nueva posibilidad en Comuna y con disco nuevo. El ambiente folclórico de la provincia lo espera con otras ansias respecto a los shows pasados, en parte debido a su constancia y a que, considera, hay algunos cambios sobre la producción del concierto. 

Más allá de eso, para el cantante “volver a San Luis es algo súper especial” porque la ciudad representó el primer paso que tuvo que dar en su carrera musical. Durante la entrevista recordó los shows en compañía de su padre en los que compartió escenario con “Las voces del Chorrillero” o “Los cantores del manantial”, que “eran mis ídolos”. 

San Luis también le permitirá a Sergio reunirse con sus hermanos, Kike y Silvina. El varón es parte del dúo “Zabala-Funes”, de notable crecimiento en los últimos años, y significa para el autor de “Libre en el sonido” lo más cercano a un sentimiento paternal. “Yo vi nacer a mi hermano y me encanta que le vaya bien”. 

Con Silvina, radicada en Merlo, Sergio compartirá en los shows puntanos su versión de “Vendimia de dos”, que en el disco grabó Maggie Cullen. 

Parte del compromiso que asumió el puntano cuando decidió ser artista es el pensamiento político, un costado que se imprime a cada paso. Por eso, la situación actual lo tiene por demás preocupado: “No se puede poner en duda la importancia de la educación y la salud pública, tenemos una tradición en esos valores y si este gobierno pretende continuar va a tener que replantearse algunas cuestiones básicas”.