Un juez "libertario"

Hace apenas unos meses que Matías Farinazzo Tempestini aterrizó en la Segunda Circunscripción Judicial para cumplir allí la misma función que hasta el año pasado desempeñó al norte de la provincia: juez de Garantías. No obstante, desde que cumple el papel de magistrado en Villa Mercedes, ya se hizo notar.

En tan solo un día, el viernes 19, dejó en libertad a dos imputados. Uno es un hombre acusado de matar a otro en una discusión por una bicicleta y la otra se trata de una mujer que no necesita presentación: Alejandra Espinosa, la multiprocesada y enviada a prisión por robo, intento de homicidio, por integrar una banda que hizo desaparecer a su ex, Abel "Pochi" Ortiz, y también por asesinarlo.

En los dos casos, el argumento del que se valió el juez para liberar a los acusados fue que no advierte un peligro de fuga o, si se quiere, de entorpecimiento del proceso judicial de parte de los imputados. Es decir que, según su visión, Santiago "El Largo" Gil y Alejandra Espinosa no intentarán escapar o perjudicar las averiguaciones en su contra una vez liberados.

De más está decir que la resolución de Farinazzo Tempestini ya se ganó el rechazo de los representantes de las víctimas. El fiscal instructor José Olguín, a cargo de la investigación por el crimen que lo tiene como único y principal sospechoso a "El Largo", ya anticipó que apelará la medida. Lo mismo hará Bautista Rivadera, el abogado de los Ortiz, la familia de "Pochi".

Pero a un margen de lo inesperado de ambas resoluciones, para algunos no deja de ser "un poco raro" lo que pasó el polémico viernes, sobre todo en la audiencia en la que la balanza de la Justicia se inclinó para el lado de la peluquera. Además de lo atípico del día y el horario, puesto que la audiencia fue un viernes, de noche y en plena feria judicial, lo que llamó la atención de algunos es que, aparte de ser de un momento a otro, no todos los involucrados fueron notificados para asistir a la audiencia. Desde el juzgado solo le avisaron a la Fiscalía, al defensor de Espinosa, sobre la realización de la misma a última hora, pero nadie se molestó siquiera en avisarle al abogado de los damnificados, los Ortiz.