Advierten que hay más casos de suplantación de identidad

Las fuerzas de seguridad que combaten los ciberdelitos marcan que de manera cíclica, cada vez que surge algún anuncio de impacto para la sociedad, se multiplican las estafas virtuales. En las últimas semanas y ante el anuncio de medidas económicas, las denuncias se han incrementado, según describió el jefe de la Unidad de Investigación de Ciberdelitos (UIC), subcomisario Sebastián Acevedo. La aplicación utilizada es WhatsApp, por la cual los delincuentes se apropian de la identidad del usuario y solicitan dinero a sus contactos.

Acevedo detalló que, por teléfono, los delincuentes suelen pedir el código de activación de la aplicación, que consta de seis números, para poder abrir sesión desde otro dispositivo. “Lo que va cambiando mucho es la forma en que tratan de hacerse de ese código, que va mutando de acuerdo a diferentes cuestiones. En su momento, en la pandemia, pedían ese número aduciendo que ese era el código del turno de la vacunación y ahora justamente estamos viendo el tema del préstamo de Anses que se está dando”, detalló.

En el ámbito de la ciberseguridad esto se conoce como “ingeniería social”, y en el lunfardo cotidiano “el cuento del tío”, pero con nuevas tecnologías. También se aduce a la entrega de paquetes de ventas virtuales o premios; todas son maniobras para que las personas caigan en la trampa, soliciten el código y se lo envíen al delincuente, que termina tomando el control del perfil en la aplicación.

Esta estafa tiene una segunda parte donde el estafador aprovecha y lee los últimos chats de la persona con los contactos y de esa forma logra imitar la manera de chatear del estafado. Allí comienza la solicitud de dinero, con excusas como accidentes u otras urgencias.

“Desde la unidad de investigación siempre le decimos a la gente que el primer paso en la ciberseguridad es tener en cuenta que nosotros somos el primer eslabón de seguridad como usuarios”, remarcó Acevedo, quien dijo que una de las principales acciones que puede tomar el usuario es activar el código de verificación en dos pasos. Esta es una opción extra que ofrece la aplicación, por la que se solicita un segundo código numérico, de forma periódica, con el fin de evitar suplantaciones de identidad.

Otra acción clave es no aceptar llamadas de bancos, organismos como la AFIP, Anses o empresas como Mercado Libre, si la persona no espera ningún contacto reciente con las entidades. Tampoco brindar información y en el caso de realizar algún trámite hacerlo por las vías oficiales.

Si lamentablemente se cae en la estafa, lo importante es realizar la denuncia ante la Policía, en la comisaría más cercana o el Ministerio Público Fiscal, que cuenta con la página midenuncia.justiciasanluis.gob.ar. Acevedo recomendó que, tanto a quien le robaron la cuenta como a los estafados en consecuencia, hagan las denuncias.

A su vez, se puede hacer el reclamo paralelo ante Meta, la empresa propietaria de WhatsApp. El damnificado puede enviar un mail a support@whatsapp.com para que desactiven la cuenta. En el asunto hay que colocar “Teléfono robado/extraviado: por favor, desactiva mi cuenta” y, en el mensaje, el número de celular con el formato internacional completo. La empresa, posteriormente, puede bloquear el acceso a la cuenta.

Acevedo señaló que en la actualidad si bien aumentaron los casos, también hay mayor noción por parte de la población. Por el momento, no cuentan con estadísticas parciales en lo que va del año, ante el caudal de denuncias. A su vez, hay otras modalidades como la de instalación de aplicaciones que permiten el control remoto de los dispositivos.

El jefe marcó que hay diferentes características respecto al cibercrimen. Por un lado, la red delictiva cuenta con múltiples actores. En los últimos tiempos, a modo de ejemplo, el especialista dijo que se atrae a las personas con promesas de trabajo online y se les solicitan datos como fotos de perfil y del DNI. Esto les sirve a los delincuentes para abrir cuentas bancarias o de billeteras virtuales y así usarlas como “cuentas mula”, las cuales usan para que los estafados ingresen el dinero y, de esa forma, también les permite cubrir sus rastros. 

“Está el que estafa y el que reúne la información para crear cuentas, por donde va a pasar dinero que proviene de otras estafas. Si son las mismas organizaciones, la verdad es que lo desconocemos y es parte de la investigación que se lleva adelante”, apuntó el especialista, quien dijo que en la provincia se han realizado allanamientos por distintas causas.

Otro punto a considerar es que, al ser virtual, los criminales pueden operar desde otras provincias o incluso países, lo que complejiza el trabajo de las fuerzas de seguridad de distintas jurisdicciones. “Este es un delito que ocurre en un entorno donde no se tiene límites de frontera, de jurisdicciones. Esto va mucho más allá incluso, puede traspasar la frontera de nuestra provincia y de nuestro país”, reflexionó. 

Ciberseguridad

Walter Agüero está al frente de Lisboa Cybersecurity, que asesora a empresas y gobiernos en ciberseguridad, y detalló que suele atender estos tipos de estafa de manera particular. “Por lo general, cada vez que el Estado nacional entrega dinero, es propicio para los ciberdelincuentes. Esto tiene una combinación de que hace una o dos semanas se empezaron a dar restricciones en el tema bancario y al encontrarse en ese aprieto, los ciberdelincuentes y, me atrevería a decir, bandas organizadas, por su modus operandi, se vuelcan al uso de la mensajería de WhatsApp”, opinó.

“Una vez que sucede el hecho siempre es recomendable la denuncia porque el trámite administrativo tiene que estar generado”, recomendó. Por otro lado, también apuntó a la doble verificación al igual que Acevedo, aunque dijo que a veces el mismo delincuente puede hacerla y si la persona se contacta con WhatsApp para desactivar la cuenta, puede demorarse hasta una semana para las comprobaciones de rigor.

Además de la doble verificación, Agüero dijo que “obviamente si alguien pide dinero, es preferible hacerse un tiempito para poder hablar personalmente con la persona y preguntar por qué lo están necesitando. Esta es una doble autenticación propia que un usuario común podría llegar a hacer”, referenció.

En primera persona

Félix Callejas es taxista y la semana pasada fue estafado bajo esta modalidad. Él buscaba repuestos por Facebook y le enviaron un enlace y sin prestarle mucha atención, terminó otorgando los seis dígitos del código de verificación de WhatsApp. No demoró mucho en darse cuenta del engaño. La aplicación de su teléfono se cerró y con el correr de los minutos, colegas le avisaron por la radio de su vehículo que estaban pidiendo dinero en su nombre. Tres allegados suyos accedieron y le enviaron el dinero al o los delincuentes.

Callejas hizo las denuncias de rigor en la Policía. “Ellos (los delincuentes) automáticamente leen toda la conversación, se ve que entran y así se hacen pasar por uno. Fue al instante”, lamentó. Ante la desesperación, dio de baja el número, se compró un nuevo chip y avisó a familia y amigos de lo ocurrido. “Quiero decirle a la gente que tenga cuidado, que trate de poner los pines de seguridad y evitar meterse en enlaces. La Policía me dijo que hubo muchas denuncias”, concluyó.