SAN LUIS - Viernes 17 de Mayo de 2024

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Le dieron 17 años de prisión por asesinar a un joven a la salida de un boliche

Alan Guzmán fue hallado culpable de homicidio simple, por matar a puñaladas a Christian David Gil en octubre de 2021 afuera de un local bailable.

Por redacción
| 07 de julio de 2023
El juicio por el crimen Christian David Gil demandó un mes, al culminar este viernes con la condena del acusado a 17 años de prisión. Foto: Juan Andrés Galli.

Alan Ezequiel Guzmán sabía, o al menos su abogado se lo habrá explicado varias veces, que no le esperaba otro destino que no fuera la cárcel. En el último mes fue juzgado por asesinar a puñaladas a Cristian David Gil a la salida del boliche Barrio Bajo, de Villa Mercedes. Todos los testigos, los amigos de la víctima e incluso sus propios amigos, contaron que lo vieron atacar al joven con algo que empuñaba. Hasta el mismo Guzmán reconoció haber estado armado con una daga y haberla sacado y "revoleado" al momento de la agresión. Por eso, el abogado de la familia del joven asesinado pidió que sea condenado a la pena más severa: prisión perpetua. El fiscal, por su lado, solicitó 25 años de cárcel y el defensor requirió que solo fueran ocho años. El tribunal finalmente resolvió sentenciarlo a 17 años.

 

Las juezas Sandra Ehrlich, Virna Eguinoa y Daniela Estrada lo condenaron por la figura de "homicidio simple".

 

Tres horas antes de que el tribunal diera su veredicto, escuchó los alegatos. Ariel Becerra, el representante de la familia de la víctima, explicó que Guzmán es culpable de un delito más gravoso que aquel por el que llegó acusado. A su entender, no incurrió en un "homicidio simple", sino que cometió un asesinato agravado, porque actuó con alevosía y ensañamiento.

 

Dijo que mató a traición y cuando Gil estaba en una posición de total indefensión. Agregó que el muchacho fue atacado en un lugar oscuro y apuñalado, incluso, cuando yacía en el piso.

 

El fiscal Maximiliano Bazla, por su lado, subrayó que varios testigos, tanto los amigos de la víctima como del imputado, contaron cómo Gil fue asesinado por Guzmán. "No dijeron que vieron un cuchillo, pero los amigos del acusado confirmaron que él llevaba una daga", señaló.

 

Recordó, por otro lado, a un testigo que dijo haber escuchado a Guzmán cuando le comentaba a otro que le había "pegado un puntazo" a la víctima. "Pero si con ese cuchillo solo abrís una lata", le contestó la otra persona.

 

Bazla habló también sobre el problema de adicción que el ahora condenado aseguró padecer. "Si estaba drogado o no al momento del homicidio no lo podemos saber. No obstante, ¿el consumo de drogas justifica matar, o no?", planteó el letrado, quien recordó que el examen de los especialistas confirmó que Guzmán era consciente y comprendía sus actos.

 

"Se trató de una pelea sin sentido, de esas que se dan fuera de un boliche, porque me miraste porque no me miraste, porque sos lindo o no", expresó. Esa agresión sin motivo, cuyo único motor fue la violencia por la violencia misma, llevó al imputado a hundir cuatro veces un cuchillo en el cuerpo de Gil la madrugada del 10 de octubre de 2021.

 

Indicó, además, que Guzmán ni siquiera conocía a la víctima. "Ni se conocían, no había una bronca ni nada. Lo que da cuenta de lo peligroso que es, porque mató a una persona por el simple hecho de que estaba ahí", dijo.

 

Por el contrario, el defensor Bautista Rivadera argumentó que su cliente no mató por matar. Refirió que hubo una pelea a la que su representado "se metió porque había un amigo" en ella. "Mi defendido es el autor del homicidio, sí. ¿Pero su intención fue asesinar? No, su intención era lesionar", planteó.

 

Aclaró también que su cliente jamás dijo que asesinó a Gil sino que "había pinchado a alguien". "Alan no sabía que había matado, porque él no quería matar a nadie", manifestó.

 

Luego explicó que, si uno analiza el contexto social en el que creció y vive Guzmán, entonces, puede llegar a comprender por qué actuó de la manera que lo hizo la madrugada del hecho. "Yo le dije a Alan que si tuviera la vida que él tuvo, yo hubiera hecho lo mismo. Él andaba con la daga porque se drogaba y porque en su barrio, el San Antonio, lo perseguían, y eso es muy común ahí", aseveró. Recordó que el San Antonio es un vecindario caracterizado por su violencia, puesto que de los cuatro juicios por asesinato que hubo este año, tres de ellos ocurrieron o estuvieron relacionados a personas que viven en ese barrio.

 

"Alan es un marginado. Creció en un contexto de violencia. ¿Qué expectativa de vida puede tener? ¿Y qué hizo el Estado por él? ¿Es justo aplicarle todo el peso de la ley cuando todo el tiempo el Estado lo ignoró? Solo ven cuando quebrantan la ley. ¿Y antes, no lo vieron?", argumentó, y pidió ocho años de cárcel para su cliente.

 

 

 

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