El girasol cobra protagonismo en la agricultura de San Luis

Lo que está ganando mucho terreno en las tierras agrícolas de San Luis es el girasol, que pasó de las 30 mil hectáreas promedio en los últimos años a tener más de 40 mil en la campaña 2020-2021, según datos del Ministerio de Producción puntano.

 

Para la última campaña se sembraron 48 mil hectáreas, que dejaron un promedio de 18,2 quintales.

 

En ese envión, la firma YPF Agro 25 de Mayo SRL, con sede en Villa Mercedes, organizó una jornada técnica durante la que el especialista Hernán Virano dejó una serie de consejos y recomendaciones para productores convocados

 

Pablo Rodríguez es coordinador comercial de la empresa y explicó a revista El Campo que la iniciativa sobre girasol surgió el año pasado: “No contábamos con el producto girasol dentro de nuestra paleta de productos y como siempre tratamos de satisfacer la demanda del cliente y esta jornada fue a consecuencia de varias consultas que recibimos por semillas”.

 

El año pasado ocurrió que todo el mundo andaba buscando girasol porque hubo un faltante muy grande de esta semilla, porque también se sembró muchísimo en la zona, indicó.

 

“Entramos en contacto con la gente de Tobin, que ahora forma parte también de la multinacional RAGT, una empresa francesa que se dedica principalmente a cultivos de invierno. Desde 2008 que está en Argentina y hace un año y medio que compró el 100% de la empresa Tobin”, agregó.

 

 : Siembra. El 70% de los productores usan una densidad que se ubica entre las 40 y 55 mil semillas por hectárea.

 

 

Para el directivo, las expectativas de siembra de girasol en San Luis para la campaña próxima “son bastante buenas; ya empezamos con algunas ventas de semillas de la oleaginosa y el horizonte que planeamos a largo plazo es muy bueno”.

 

Destacó, además, que la provincia de San Luis es una de las zonas con grandes condiciones para este cultivo

 

Virano es ingeniero agrónomo y miembro de la empresa Tobin. Según su opinión, esta zona tiene un horizonte agronómico muy bueno porque el cultivo se adapta y responde muy bien, además de resistir escasez de lluvias con respecto a otros cultivos. “San Luis es una zona girasolera”, valoró y consideró que “la esperanza es que el precio del girasol pegue un rebote  y mejore, porque hoy los valores no son muy atractivos para el cultivo”.

 

¿Por qué crece en San Luis la superficie con girasol?, le preguntó esta revista: “Las empresas están trabajando mucho para mejorar la paleta de cultivos que tiene; hoy se está ofreciendo genética de muy buena calidad, que aporta muy bien al rendimiento, tanto en grano como porcentaje de materia grasa”.

 

Esta es una zona girasolera y en la campaña que pasó, fue al único cultivo que el productor le pudo sacar algún rédito económico, porque es noble, insistió.

 

 

Los secretos de un buen manejo

 

El técnico, que despliega su labor profesional en las zonas girasoleras de La Pampa y oeste de Buenos Aires, expuso sobre fecha de siembra, densidad, entre otros aspectos que considera que aún no están bien difundidos entre los productores.

 

Virano recordó conceptos generales del cultivo de girasol de acuerdo a lo que se ve en la superficie, que es la etapa fenológica y que se divide en dos fases, vegetativa y reproductiva.

 

 Creciente interés. En la última campaña se sembraron en San Luis 48 mil hectáreas, 18 mil más que en los últimos años.

 

 

“En esa etapa uno puede ir sabiendo lo que pasará en un ciclo que está dentro de la planta, pero que no se ve a simple vista”, graficó.

 

Describió que desde la siembra hasta V6, que es el fin de la fase vegetativa, es un momento muy importante y para prestar mucha atención en lograr el estand de plantas adecuado para tener el mayor éxito posible en cuanto al rendimiento del cultivo.

 

De V6 a R1 es una etapa muy corta en la que se empieza definir el número de flores  por planta.

 

De R1 a R2 es el momento del crecimiento y desarrollo de las flores. “Una estrategia que hoy se está usando es la fertilización foliar con boro para que esas flores no aborten y tener más flores por planta”, aconsejó.

 

De acuerdo a las plantas por metro cuadrado y al número de flores por planta, se definirá el primer componente de rendimiento y “el más importante”, que son los granos por metro cuadrado.

 

Después empieza la etapa de R5 a R6, que es la de floración pura y que es el período crítico del cultivo, donde las condiciones hídricas tienen que ser buenas.

 

Allí se formará otro componente de rendimiento, no tan importante como el número de granos por metro cuadrado, como es el peso de los granos y el porcentaje de aceite.

 

En el momento que se decide sembrar, debe elegirse el lote de acuerdo a la cobertura que deja cultivo antecesor, combinado con la temperatura del suelo, indicó.

 

Para el técnico, la fecha óptima de siembra es del 15 al 30 de octubre, pero si el lote viene de un maíz, habrá un rastrojo importante, lo cual es beneficioso porque dejará una buena humedad, aunque debe tenerse en cuenta que la temperatura del suelo no será la óptima, como tampoco la cama de siembra.

 

Lo aconsejable en ese caso es atrasar un poco la fecha de siembra, sugirió.

 

 : Intención de siembra. La jornada técnica sobre manejo del cultivo de girasol convocada por Agro 25 de Mayo SRL mostró el creciente interés del productor local por apostar por la oleaginosa.

 

 

"La campaña pasada tuvimos  bastantes reclamos por emergencias desuniformes justamente porque se sembró los primeros días de octubre cuando los lotes estaban con humedad y la temperatura no era la óptima", ejemplificó.

 

Si el rastrojo es soja, agregó, en octubre tendrá una buena cama de siembra y temperatura ideal, que es de 15ºC, medidos  durante tres a cuatro días en los primeros cinco centímetros de profundidad del suelo. Aquí sí se puede sembrar durante los primeros quince días de ese mes.

 

En la zona donde trabaja el especialista se cultiva todo con siembra directa, ya que el laboreo mecánico del suelo va en contra de la conservación de humedad y son los lotes de soja de primera y de segunda los que se destinan mayormente a girasol.

 

"En algunas zonas hay que tener en cuenta la textura del suelo, ya que en suelos pesados hay que contemplar el planchado que se genera después de una lluvia fuerte, lo que se soluciona con alguna remoción mecánica liviana para romper la costra y favorecer la emergencia", señaló.

 

Advirtió también que el girasol es muy sensible a la salinidad y a ciertos herbicidas residuales.

 

En cuanto a profundidad de siembra, en lotes arenosos pueden ir a 5 centímetros, mientras que en suelos un poco más pesados, a 3 centímetros.

 

Alertó que cuando se siembra con menos de 15ºC en el suelo, la semilla estará más tiempo sin germinar y quedará expuesta a patógenos que generará pérdidas en el estand de plantas.

 

Hay plantas que tienen estructura piramidal y otras equilibrada, dijo y describió que la primera presenta las hojas más grandes en la base y las superiores se van achicando de manera escalonada.

 

La estructura equilibrada tendrá un índice foliar importante por lo cual a la larga es mejor porque capturará más radiación, lo cual incidirá en mayor porcentaje de aceite.

 

En el caso de la piramidal, las primeras hojas de abajo, cuando llega la etapa de formación de aceite, ya no estarán y quedarán hojas más chicas con lo cual la pantalla será menor y la captación de radiación será limitada.

 

Indicó que datos colectados a través de muchos años por productores del Grupo Crea del oeste arenoso pampeano revelan que la fecha de siembra del girasol va desde los primeros días de octubre hasta el 31 del mismo mes, con tres ambientes de potencial alto, medio y bajo, donde los rendimientos bajan a medida que se siembra más tarde.

 

El estudio confirma además que donde la cobertura del suelo es menor al 50%, las fechas de siembra de octubre son las de mayor rendimiento, mientras que los lotes con cobertura mayor al 75%, las fechas de noviembre son las elegidas para sembrar. "Todo está vinculado a la temperatura del suelo, que lo define el cultivo antecesor", insistió.

 

Según el mismo informe, el 45% de los productores hacen girasol en lotes con rastrojo de maíz y el 40% sobre soja de primera.

 

La siembra sobre rastrojo de maíz se debe principalmente a la humedad que conserva en el suelo.

 

Por otra parte, reveló que en esa zona los lotes con maní se destacan como favorables para el cultivo, ya que se hace una remoción del suelo en la cosecha que acelera la emergencia de la planta, con buen estand y uniformidad.

 

En suelos con tosca a 40 o 50 centímetros no es aconsejable sembrar, dijo.

 

Independientemente del potencial de un lote, ya sea alto, medio o bajo, el 70% de los productores usan una densidad que se ubica entre las 40 y 55 mil semillas por hectárea.

 

Un 20% usa de 55 a 60 mil semillas.

 

La densidad varía mucho de acuerdo a varios factores, como temperatura del suelo, insectos y fertilización aplicada a la siembra, detalló.

 

Según datos del INTA que Virano aportó, si en un lote queda un estand de 25 mil plantas por hectárea el rendimiento "no se cae".

 

La fertilización también juega un papel importante.

 

"En lotes de bajo potencial, el mensaje que teníamos era bajar densidades y en realidad hay que subirla para que quede un estand de entre 35 y 40 mil plantas. Hay que tener una densidad razonable para no perder rendimiento", explicó.

 

El técnico remarcó que toda estrategia de control de malezas tiene que ser previa a la siembra y que solo usar los posemergentes por algún escape de malezas.

 

Se tiene mucho en cuenta una maleza problemática, como lo es el yuyo colorado. Se hace un barbecho corto.