La interna en Juntos por el Cambio no hace más que crecer y recalentarse. Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, los precandidatos presidenciales del espacio opositor, no parecen muy interesados en "tirar juntos del carro". Y a cada paso de la campaña, solo se preocupan por diferenciarse, pese a que son parte del mismo "cambio" que proponen.
Bullrich propuso en la semana un nuevo "blindaje" financiero mediante un nuevo acuerdo con el FMI, además de eliminar de un solo plumazo el cepo cambiario para lograr un solo dólar. "Nuestro objetivo es que, bajo un nuevo acuerdo con el FMI, podamos blindarnos. Vamos a terminar con el cepo y abrirlo lo antes posible", dijo en una entrevista televisiva.
"El blindaje" de la precandidata reavivó el recuerdo del pacto que firmó el 28 de enero de 2000 la administración del entonces presidente Fernando de la Rúa (de la que Bullrich fue parte como ministra) con el FMI para obtener un desembolso de 7.400 millones de dólares a modo de salvataje: aún con ese préstamo, no se logró contener la fuga de capitales y la crisis que desembocó en el estallido social de diciembre de 2001.
Y Rodríguez Larreta no dejó pasar la chance para enrostrarle a su ¿rival? su plan. Es más: la mandó a agarrar los libros de historia. "Al blindaje lo hizo De la Rúa. No vamos a repetir eso. Miremos la historia argentina, estudiemos. ¿Vamos a ir a pedirle otro préstamo más al Fondo Monetario? ¿Esas son las soluciones? Seamos realistas”, lanzó el precandidato.
De todas formas, no renegó del organismo acreedor ni de las condiciones que impone a sus deudores. "El FMI no es un problema", dijo.
No hay paz en la puja opositora para demostrar "quién quiere cambiar más". Siempre de la mano del Fondo, claro.
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