Fantasías en el oeste arenoso

Se cumplieron 22 años desde que el campesinado agremiado del centro oeste de San Luis comenzó a agitar en público la idea de que supuestos aviones “rompetormentas”, avistados en medio de crecientes nubes, eran culpables de la sequía. Aunque este fenómeno fue derribado con sólidos argumentos técnicos en reiteradas oportunidades, el mito está instalado.

Una buena parte del territorio provincial se aleja lentamente de una cruel sequía. Las lluvias acumuladas en los últimos tres años fueron menores al promedio histórico, según datos de la REM de San Luis, situación que, después de algunos años de silencio, disparó nuevamente las fantasías de productores del Departamento Belgrano y que sectores ambientalistas repiten sin la más básica información.

Otra vez algunos medios digitales volvieron a hacerse eco de las sospechas de esa comunidad agropecuaria sobre supuestos vuelos que estarían desarmando tormentas para “proteger cultivos comerciales” ante la amenaza de granizo.

El 29 de octubre de 2011, el entonces presidente de la Sociedad Rural de San Luis incomodó al gobernador Alberto Rodríguez Saá, presente en la 64ª Expo Rural, al pedirle que investigue si aviones “rompetormentas” cruzan los cielos puntanos y evitan que caiga lluvia sobre los campos.

El Gobernador advirtió que esa información había que solicitarla a la Fuerza Aérea, organismo que controla los vuelos que se producen en el territorio. “Acerquémonos a la ciencia”, recomendó Rodríguez Saá en el mismo acto ruralista y los invitó a una reunión con especialistas dos días después en la Casa de Gobierno. Allí, los ruralistas recibieron abrumadores argumentos técnicos, científicos y militares que desestimaban la existencia de estos vuelos.

Pero también los comprometió a que si un día con pronóstico de lluvia, ven una aeronave y no llueve, hicieran la denuncia correspondiente ante la Justicia para iniciar una investigación seria y concreta. Hasta hoy nunca hubo una denuncia.

En algún momento se culpó a Mendoza, decían que tenía un plan activo de lucha contra el granizo, pero esa hipótesis perdió fuerza y se dirigió la sospecha a producciones no tradicionales en el norte provincial que necesitarían de una época sin lluvias para realizar su cosecha.

Las supuestas zonas afectadas, según rumores que circulan por las redes sociales, son las de San Francisco, Quines y Candelaria.

En 2004 se reavivó el conflicto en La Rioja, incluso hubo movilizaciones para respaldar el reclamo. Pero Mendoza rechazó las acusaciones y aclaró que los aviones solo buscaban “la disminución del tamaño del granizo” con el lanzamiento de yoduro de plata.

Gustavo Marón, jefe del Departamento de Aeronáutica de la Dirección de Agricultura y Contingencias Climáticas desmintió los rumores en más de una oportunidad con precisos argumentos. Antes de hablar hay que acercarse a la ciencia.