Feligreses eligieron la Villa de la Quebrada en el Viernes Santo

La gente que viene se siente bien por la calidez del lugar. Tenemos el Santo más grande de la provincia y de Sudamérica, sumado a una obra hecha por un escultor italiano en mármol de carrara. El Santo es muy milagroso, no es solo una cuestión turística”, dijo Juan Carlos Cabadies, vecino de la Villa de la Quebrada. Este viernes, puntanos y turistas se acercaron a este lugar para honrar en Semana Santa al Cristo de la Quebrada. La jornada, que convocó a cientos de personas, contó con la presencia del obispo de San Luis monseñor Gabriel Barba y referentes locales de la parroquia.

“Después de la malaria de la pandemia, el crecimiento es notable. Año tras año se suman fieles de todas partes de la Argentina”, remarcó Cabadies. El año pasado se permitió la asistencia de los feligreses, tras estar restringida la concurrencia para prevenir los contagios de COVID-19.

“La Villa de la Quebrada es un eje en la fe de los habitantes de San Luis y de las provincias vecinas. Los que asisten a esta maravillosa locación vienen a renovar su compromiso con el Señor y hoy estoy aquí para acompañarlos”, mencionó Barba.

La alegría y la convicción de los fieles no se hicieron esperar y por eso muchos demostraron su sacrificio y devoción. Los creyentes afirmaron la importancia de asistir a la localidad serrana en uno de los días más importantes para el catolicismo.

“Es la primera vez que podemos venir en un Viernes Santo. Para lo que es el 1° de mayo concurrimos desde hace 35 años, porque es muy fuerte nuestra creencia”, manifestó Mirta Collazu, procedente de Mendoza.

El matrimonio, que viajó con la esperanza de poder llegar a la localidad religiosa, comentó que por cuestiones laborales o por otras razones nunca podía llegar para esta fecha. Además, Ángel Coria, esposo de Mirta y creyente del Cristo de la Quebrada, destacó que vinieron con tiempo para poder demostrar su fe y disfrutar del lugar.

Ayer un policía de la ciudad de  San Luis realizó el trayecto entre la capital puntana y la Villa de la Quebrada en su bicicleta. Emanuel Cabáñez, efectivo de la fuerza, explicó que viene desde hace cinco años después de que el Santo le cumpliera su deseo.

La cuestión comercial es un punto importante para la localidad, que jornada tras jornada ve cómo crece la demanda cuando queda menos de un mes para la celebración de la festividad del Cristo.

“Nosotros somos productores apícolas y desde hace treinta años estamos en el rubro. La jornada viene tranquila, pero a medida que llega gente al lugar sube la demanda. Tenemos que tener en cuenta que todavía no llegamos al horario pico y que recién comienza la tarde”, comentó María Godoy, comerciante de la Villa de la Quebrada.

“Vine con toda mi familia como lo hacemos comúnmente. La idea es quedarnos hasta el final de la misa y aprovechar los puestos y comercios que tienen una gran variedad de cosas”, dijo Jorge Mercado, feligrés oriundo de la capital puntana.

Redacción/ALG