"Todos quieren ser arqueros de Selección"

Existe algo más que diferencia el furor clásico generado por el éxito deportivo. La sobresaliente actuación de Emiliano "Dibu" Martínez despertó en los seguidores más pequeños un deseo de convertirse en arqueros que, hasta la irrupción de la "Dibumanía", resultaba casi imposible de imaginar: “Todos quieren ir al arco”, confirmó Gustavo Tiviroli, profesor de la escuela de fútbol infantil La Torre.

El tránsito de un deportista hasta lograr la entronización de ídolo popular es azaroso. Algunos lo logran a base de conquistas, otros a partir del reconocimiento que obtienen por su ética (más allá de los triunfos), otros porque inspiran o por pioneros.

Pero el caso de Emiliano Martínez es particular. Con una frase y un paso de baile logró ser el ídolo de los niños. “Que los chicos quieran ser arqueros es mi mayor orgullo”, supo reconocer Martínez.

La escuela de arqueros de Aseba triplicó su matrícula luego del título mundial. En la escuela de River, los arqueros se distinguen de los demás por su entrenamiento y por la uniformidad de colores: “Todos con la camiseta del Dibu”, dijo un profe. En La Torre se ven todos los días decenas de niños y niñas de entre 4 y 10 años entrar al predio.

“La escuela de arqueros comenzó hace dos años. En 2021 presenté un proyecto en Aseba, comenzamos con uno o dos arqueros por categoría. Ahora después del Mundial tenemos hasta siete arqueros por categoría”, mencionó Juan Biz, profesor de Educación Física y director técnico con licencia nacional.

“En el momento del picado, cuando los chicos se divierten, a varios de los que les gusta hacer goles o jugar en la delantera vienen y me piden ir al arco. Ha ganado una gran trascendencia. Los chicos vienen vestidos de verde de pies a cabeza”, mencionó Agustín Rodríguez, entrenador con licencia A de ATFA y profesor de la categoría 2012 de la escuela de River Plate.

El rol del arquero es distinto al de los demás jugadores de campo y suele ser difícil que los chicos que comienzan deseen llevarlo a cabo. Pero el efecto Dibu ha creado una generación que entiende que desde el arco se puede llegar a ser superhéroe. “Es muy positivo lo que pasa, es una oportunidad para que el rol del arquero se valorice. Los chicos de esta generación tienen un ídolo arquero”, destacó Biz.

Uno de los entrenadores aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre el fútbol infantil y la oportunidad que brinda este auge. “Es una oportunidad para seguir aprendiendo, un desafío. Ver que hay muchos chicos que quieren hacer algo distinto nos obliga a los profes a aprender. El fútbol es un juego y eso nunca se tiene que olvidar”, destacó Rodríguez.

El éxito deportivo ha tenido un impacto inconmensurable al momento. Sabremos en años venideros si la generación que se inspiró en el Dibu regará de arqueros las canchas del mundo. Lo que sí es un hecho es que miles de niños hoy disfrutan de la imagen de un héroe que impuso un conjunto verde, el número 23 y un ecléctico y simpático pasito de baile que los niños remedan en cada ocasión en que desean demostrar una profunda alegría.