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Celebraron el intercambio de semillas con un festival

Además, la segunda edición del Festival Semilla tuvo puestos con artículos elaborados en base a diferentes tipos de plantas autóctonas, dulces artesanales, miel y huevos.

Por María José Rodríguez
| 19 de marzo de 2023
Foto: Shutterstock.

Festival Semilla es un encuentro organizado por dos jóvenes mujeres que buscan “conectar con la esencia y con la naturaleza, ambas consideran a la semilla como punto de partida de la vida”. Josefina Celi y Cecilia Alvarado trabajan a pulmón para desarrollar la actividad, por estos días ya están pensando qué prepararán para la tercera edición. “El espíritu del festival es volver a reconectar con la naturaleza, pensar en la conexión que tenemos los seres vivos con la madre tierra que es la que nos provee todo para alimentarnos, para tener buenos pensamientos, para compartir en sociedad, o para entender al otro. En ese vínculo con lo esencial nace este espacio”, expresa Celi.

 

Dentro de Comuna, un predio que cuenta con las comodidades para organizar este tipo de reuniones, había puestos de venta con diferentes propuestas, todas de acuerdo a la filosofía que persigue Festival Semilla.

 

Desde temprano los productores acomodaban sus espacios para que se vieran bien presentados. La música formaba parte del ambiente tranquilo, había un par de niños que jugaban dentro del salón, y el calor se hacía sentir, y la humedad también.

 

La grilla de talleres incluyó propuestas interesantes. Uno de ellos estuvo a cargo de Esteban Aguirre, productor de El Changüí. “La propuesta consistió en hablar de la cosecha correcta de semillas, cómo las conservamos y las almacenamos. No pensando en el consumo, sino para que se puedan conservar en el tiempo, que sean de calidad para poder intercambiarlas para obtener variedad de cultivos”, explicó el ingeniero agrónomo y aseguró que es “valioso guardarlas, hacer refugios o banco de semillas que permitan replicarlas, sembrarlas y completar los ciclos nuevamente. A veces es difícil conseguir la variedad que uno quiere”.

 

 

 La idea es conectar con la esencia propia, de la vida y de la naturaleza. Buscamos que las personas tengan la posibilidad de estar bien. Josefina Celi

 

La propuesta es que cada uno sea soberano de sus semillas. “Todo el proceso empieza en la cosecha, uno tiene que tener el ojo clínico para identificar el momento de cosecharlas. Hay algunos cultivos que son más fáciles de extraerlas o darse cuenta, porque vira de verde a amarillo y de ahí se pone de color marrón, en esta etapa ya estaría apta”, especificó Aguirre, y añadió que “hay otros cultivos más carnosos como el tomate, el zapallo, la sandía, el melón, el pimiento y la berenjena, que tienen las semillas dentro del fruto y hay que esperar un poco más para obtenerlas. Cuando la planta termina de madurar y empieza como a pudrirse, hay que tener la enorme paciencia de quitarlas”.

 

 

Taller. Aguirre explica que para obtener las semillas hay que tener paciencia y esperar que el zapallo termine de madurar. Foto: El Diario / Festival Semilla.

 

 

El proceso de cuidado de las semillas continúa: “Una vez que está cosechada, hay que reducirle la humedad para que se conserve lo mejor posible y no adquiera hongos. La idea es limpiarlas bien, sacarles la pulpa, y ponerlas entre 10 y 15 días a media sombra”.

 

Un último paso es cuando se enfrasca. “El envase en el que se resguardan tiene que ser lo más hermético posible, para que cuando las usemos, les pongamos agua, un poco de temperatura, y broten. Ese recipiente tiene que estar guardado en un lugar fresco, con baja temperatura, y no tiene que tener luz. Esas son las tres condiciones más importantes para mantener las semillas lo mejor posible, para que perduren en el tiempo”, afirmó Aguirre, y recordó que un detalle muy importante es “poner en un rótulo o etiqueta la fecha y los datos del cultivo, la variedad a la que pertenece para facilitar la información a quienes  estén interesados durante el intercambio”.

 

 

Para conservar las semillas hay que tener en cuenta tres condiciones: estar guardadas en un lugar fresco, con bajas temperaturas y sin luz.

 

Una vez que se realizan todos estos pasos quizás surja la pregunta: “¿Dónde hay puntos en que se pueden canjear las semillas? Hemos creado una red y la idea es ir rotando, en El Changüí, que está ubicado en Juana Koslay, organizamos uno o dos por año. La última vez estuvimos en Villa de la Quebrada, ahora en Comuna y próximamente estaremos en Potrero, a través de las redes sociales vamos a ir contando dónde se organizan. Pero además hacemos talleres para compartir conocimientos y experiencias que giran en torno a las semillas”, concluyó.

 

Luego de las explicaciones que brindó Aguirre en el taller comenzó el intercambio de semillas, el corazón del encuentro.

 

Otro de los talleres fue el de Sonido Consciente, estuvo a cargo de Florencia Torchiaro. “Hicimos canto medicina, no desde la técnica vocal, sino como una herramienta energética para conectar con la naturaleza. Meditamos para fortalecer el autoconocimiento. El sonido vibra y se da en varias partes del cuerpo. Arrancamos con una práctica de conexión de escuchar, de registrar el cuerpo. Visualizamos que somos un árbol.  Vamos desde la semilla, la raíz, el tronco y el árbol. Lo pensamos como un bosque, un sistema vivo. Hacemos melodías, hacemos un círculo y cerramos”, describió.

 

Otro de los talleristas fue Nahuel Arias que brindó algunas especificaciones sobre cómo transformar residuos sólidos urbanos en objetos de uso cotidiano. “Realizamos jaboneras con botellas plásticas e hicimos un pintorcito con cajones de madera de verdura. Además creamos un ajedrez con cartón y tapitas plásticas. Para conectar con nosotros hay que ingresar a Facebook y buscar Pensar Verde, en Instagram estamos como Pensar Verde SL”, concluyó.

 

 

La esencia del Festival Semilla

 

“Buscamos que haya conexión, que este sea un espacio físico real entre diferentes voluntades. En ambas ediciones la idea fue cocrear entre todos los que vienen. Tuvimos artistas en escena, todos estuvieron geniales y acordes al espíritu del encuentro”, dijo Cecilia Alvarado.

 

Las organizadoras explicaron que “se llama Festival Semilla de manera simbólica, porque consideramos que el inicio de la vida se da con una semilla, es el inicio de la agricultura, nos alimentamos de la tierra y quizás esto no está muy difundido. Aquellos alimentos naturales que compramos vienen de agriculturas familiares, de pueblos originarios que han pasado saberes ancestrales en sus cosechas y eso ha trascendido a todas sus generaciones. Todo esto tiene un gran valor”, dijo Alvarado y agregó que en ese sentimiento reside el por qué del encuentro y de los objetivos a los que apunta.

 

Celi añadió: “A esto lo hacemos todos los que estamos acá, a nosotras nos prestan las instalaciones pero porque piensan de la misma manera. Tenemos un montón de personas que nos ayudan a  transmitir este mensaje que todos somos naturaleza y venimos de una semilla. Entonces cada uno elige la manera de producir esa semilla, dónde la llevamos, en qué ambientes la regamos, cómo la enriquecemos y la hacemos crecer y brotar”, expresó, y dijo que ya piensan en la próxima edición.

 

 

 

Redacción / NTV

 

 

 

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