Una tenencia, el posible motivo por el que una mujer incendió su casa

Sonia Irene Lara todavía permanece en la sala de terapia intensiva del policlínico regional de Villa Mercedes. Su estado es crítico. Tiene las vías respiratorias quemadas, no puede ni siquiera respirar por sus propios medios. Mientras tanto los investigadores confirmaron, con el correr de las horas, lo que presumieron desde un principio: que el incendio de la casa de la mujer, en el que murió su hijita de 11 años y por el que pende de un hilo también su vida, fue intencional y lo habría ocasionado ella misma. Por un lado, los peritos de Bomberos de la Policía ya establecieron que el fuego fue generado adrede y, por otro, los efectivos encontraron una boleta de la compra de unos bidones de nafta hecha por la mujer en una estación de servicio.

De acuerdo a las averiguaciones del personal de Homicidios, Lara adquirió el combustible el domingo en la estación YPF que hay en La Ribera, precisó una fuente.

Habría ido a buscar la nafta luego de que su suegro fuera hasta su casa, de ese complejo habitacional, a llevarle a su hija Abril, la pequeña que luego murió.

Eso, presumen los investigadores, pudo desencadenar que Lara perdiera los estribos, puesto que, según trascendió, la relación de ella con su ex, el padre de la nena, la familia de él y hasta con sus propios familiares no era nada buena.

Desde hace cinco años, cuando la relación con el padre de la chiquita terminó, empezaron los conflictos legales entre ellos por la tenencia y el régimen de visita de Abril.

Un Juzgado de Familia determinó que la niña podría ver a su padre todas las semanas y, a su vez, como ocurre en todos los litigios de ese tipo, la jueza a cargo ordenó que ambos padres se sometieran a un tratamiento psicológico. Pero, al parecer, Lara hizo caso omiso a esa última orden y tampoco cumplía con la tenencia compartida.

De hecho, en varias ocasiones su expareja y su suegro realizaron exposiciones y denuncias en la Comisaría 29ª porque la mujer no quería que su ex viera a su hija.

Pero el viernes pasado la jueza de Familia a cargo emitió una nueva resolución en la que establecía que el hombre tenía derecho de llevarse a la pequeña a su casa, donde podría quedarse a dormir.

En un principio, Lara pareció acatar la medida de la magistrada. El sábado, el abuelo paterno de Abril fue a buscarla a lo de su madre. Todo marchó con normalidad hasta el día siguiente.

Los peritos de los Bomberos determinaron que los focos de incendio fueron en el comedor, la cocina y un galpón ubicado al fondo del domicilio, donde el padre de la criatura guardaba sus herramientas. Eso y el hecho de que una mesa de algarrobo trabara la puerta de ingreso de la casa para que nadie entrara a auxiliar a la madre e hija, confirma aún más la hipótesis de que el incendio no fue producto de un accidente, sino de algo hecho con toda la intención por alguien que estaba dentro de la vivienda.

Redacción/MGE