Cerro de Oro: sigue en terapia intensiva una de las víctimas

Héctor Rolando Trabuco es la única víctima del asalto en Cerro de Oro que continúa hospitalizada. En medio de la internación, que buscaba estabilizarlo después del shock y el estrés que sufrió en el robo en el que murió una amiga, como consecuencia de todo lo que vivió reflotó un problema de salud por el que debió ser operado. Su estado clínico es estable, pero todavía no supera la terapia intensiva.

"Actualmente el paciente se encuentra cursando internación en UTI, posterior a una intervención  quirúrgica secundaria debido a una úlcera gástrica perforada", detalló una fuente sobre lo que le informó el personal médico del Hospital "Madre Catalina Rodríguez" de la Villa de Merlo.

El resto de las víctimas que también habían sido hospitalizadas, Carlos Alberto Ferreyra, dueño de la casa donde fue el asalto, y Josefa Murat, esposa de Trabuco, recibieron el alta médica el lunes.

Entre los escasos datos que las fiscales Débora Roy Gitto y Silvina Argüello, a cargo de las averiguaciones, dejaron trascender en las últimas horas a través de los voceros del Poder Judicial, está el detalle de otros elementos que formaron parte del botín de los delincuentes.

A los 40 mil pesos de Ferreyra, los teléfonos celulares y una chequera del Banco Nación, que en un principio informaron como robados, se sumaron otros 100 mil pesos del matrimonio Murat Trabuco, un termo de una reconocida marca, una alianza de casamiento, un kit de medición de glucemia y un animal faenado.

El asalto, que ocurrió la noche del sábado, es investigado como un "Homicidio en ocasión de robo calificado, en concurso real con privación ilegítima de la libertad, violación de domicilio y lesiones”.

La autopsia a María Cristina Menéndez, de 69 años, reveló que su muerte fue producida por un "síndrome asfíctico, por asfixia postural o posicional".

"La postura en la que permaneció la mujer durante tantas horas, la fuerte atadura de las muñecas, la inmovilidad, el estado de confinamiento en un espacio muy reducido (el pasillo de una vivienda), la gran cantidad de horas sin ingesta de líquidos, el estado de extremo estrés y la avanzada edad de la paciente claudicaron en su esfuerzo respiratorio, provocando la congestión cardiopulmonar y, en consecuencia, el fallo cardiorrespiratorio", explicaron los voceros judiciales.

Redacción/ALG