SAN LUIS - Jueves 02 de Mayo de 2024

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Humor sin mordaza

El imitador de Tres arroyos despertó su curiosidad por replicar voces, muletillas y tonadas con el personaje más aburrido de todos. Ahora, no hay personalidad sosa que lo espante.

Por Astrid Moreno
| 20 de febrero de 2023
Los personajes de Milton Ré son obtenidos a través de una ardua tarea de dicción, modulación y psicología. Foto: Internet.

Con su primera imitación de la mano del personaje más aburrido de la historia argentina, Fernando de la Rúa; los personajes de Milton Ré son obtenidos a través de una ardua tarea de dicción, modulación y psicología por parte del humorista nacido en Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires. Desde el más soso al que se roba el histrionismo, el joven logra encontrar la muletilla o alter ego perfecto para cada personalidad de la farándula, arte o política.

 

 

—¿Cómo fueron tus inicios?

 

—Arranqué de muy chico, a los 11 años. Estábamos en la casa de unos amigos de mi papá mirando la televisión y en ese momento apareció Fernando de la Rúa con un spot, el de “Dicen que soy aburrido”, y como si fuese que estaba por decir las primeras palabras me pasó de querer hacer la voz de él. Fue un impulso, así creció. Me acuerdo que el amigo de mi papá me preguntó si quería hacer la voz de De la Rúa y le dije que sí. En ese momento me dijo: "Andá a jugar a la play".

 

 

—De la Rúa y el concepto de imitar políticos ¿hay alguna particularidad con estos personajes?

 

—Creo que ahora, que es año electoral, hay personajes que van a salir y carretear aún más. En mi caso me pega de una forma particular porque fue muy loco ver a Fredy Villarreal caracterizado como De la Rúa, me voló la mente porque descubrí que se podía hacer esto, estar en televisión y trabajar de eso. Ahí empezó a sonar de otra manera el pensamiento de que era un hobby y nada más.

 

 

—¿La incorporación de nuevos personajes es a demanda?

 

—Vas teniendo un feedback con la gente que te hace meter personajes nuevos todo el tiempo, hay algunos que los guardás por si surge la oportunidad y otros los planteás solo. Hago política, deportes, espectáculos, cantantes y personajes de series. Para mí las redes sociales fueron una gran prueba de fuego. Yo recuerdo en la pandemia hacer imitaciones en historias, ponía la cajita de preguntas, la gente iba tirando personajes y había muchos que no estaban en carpeta, me los tiraban y después tenía que crear contenido.

 

 

—¿Cómo combinas la celeridad de las redes con la preparación de los personajes?

 

—Las muletillas y meterse en la ideología de los personajes es lo más importante. Cuando estuve en la tele hicimos un Messi puteador que se enojaba y se calentaba, era como “maradoniano” y eso fue meterse en la psicología del personaje. Messi en ese momento no se mostraba como lo hace hoy, tiene otra faceta, cambió sus formas de lo que vemos de él en la cancha. El mejor ejemplo es el “andá pa allá, bobo”. Luego me meto en la voz y en la dicción. Cómo habla o si tiene algo dando vueltas con alguna letra, se come la “s” o si pronuncia la “t” o no. Hay un montón de cuestiones, que en las redes se muestra el trabajo terminado, pero no el proceso.

 

 

—¿Qué tiene que tener una persona para que decidas imitarla?

 

—Me gusta generar contenido a través de la actualidad, pero también hay personajes que tienen un histrionismo, si hablamos de Mariano Iúdica en su momento o de Christian Petersen, hay personas que tienen un cantito para hablar o una manera que, simplemente, te llama la atención. Después, cuando tenés que buscarles la vuelta, eso también forma parte de la creatividad actoral y decir "bueno, este personaje tiene tales cosas ¿cómo lo puedo exacerbar en el buen sentido?". De todas formas, a mi no me gusta generar polémica. Hago humor sano que si bien es picaresco no cruzo la línea de lo polémico.

 

 

—¿Cómo fue encarar a Maradona?

 

—Fue una propuesta hermosa en Villa Carlos Paz el verano pasado. Tengo una anécdota que no conté nunca. Me pasaba que diez minutos antes de salir al escenario, no importa si había dormido bien o mal o si estaba bien de ánimo, entraba una energía diferente. Había un momento del sketch en el que agarraba la pelota y la tiraba hacia un costado del escenario; siempre la recibía un técnica y me la devolvía. Esa noche, no sé por qué, el técnica no estaba atento, le pegó en el pie, se fue para el borde del escenario y volvió. Yo pensé que me la había tirado él, pero cuando termina la función viene y me dice que no fue así que dobló y sola volvió a mí. Eso me paró un poquito los pelos de punta, no sé si fue algo extrasensorial.

 

 

—¿Qué opinás de los famosos que no permiten que los imiten, como Nacha Guevara o Moria Casán?

 

—Creo que lo de Nacha es algo puntual, cada uno tiene su opinión y es respetable, pero por ahí no comparto el hecho de decir "no pueden hacer esto porque no me gusta a mí". No hay una sola opinión dentro del mundo y si fuera así qué lástima. Como Moria Casán y Fátima Florez y me he enterado de otros casos en los que les pusieron denuncias por imitarlos. Hay extremos y con eso hay que tener cuidado porque todo el mundo tiene derecho a trabajar. No entiendo en qué momento llegamos a ese punto de no dejar laburar al otro que no está molestando a nadie, no es que los estamos ridiculizando. Creo que si le ponemos al humor una mordaza entramos en un tema que no está bueno.

 

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