El abrazo

El abrazo, cuando la acción es consciente, contiene un poder donde la magia se hace presente en su máximo esplendor. El abrazar debería ser considerado como una herramienta para sanar y potenciar nuestro ser.

El abrazo tiene el poder de transformar las emociones negativas en positivas, puede convertir las situaciones confusas en horizontes claros.

El abrazo conduce a la tristeza en un momento de contención y resguardo.

El abrazo cura el enojo, los resentimientos y nos otorga como premio la paz en nuestro interior.

Cuando somos conscientes en la acción de abrir nuestros brazos para unirnos con otros, en ese instante la conexión entre dos personas es plena.

Cuando abrazamos nuestras armaduras pierden sentido y desaparecen sin darnos cuenta, estamos soltando nuestros propios bloqueos y creencias limitantes, otorgamos el permiso para que nuestro corazón reciba al otro, en ese instante los abrazos y los corazones se unen en su mejor versión.

Te invito a preguntarte:

¿Cuántos abrazos conscientes estás realizando?

¿Qué te está impidiendo abrazar al otro?

¿Qué permiso no me quiero dar al abrazar?

¿Qué miedo tengo a la acción de abrir mis abrazos hacia al otro?

Un abrazo contiene diversos mensajes: te extrañé, te extraño, te extrañaré.

Un abrazo que signifique “te necesito”.

Un abrazo que exprese un “te amo”.

Un abrazo de perdoname y te perdono.

Un abrazo de lo siento mucho.

Un abrazo que diga “estoy aquí a tu lado”.

Un abrazo de “al fin siento tus brazos cuidándome”.

Un abrazo que me indique que es aquí donde me quiero dormir siempre.

Un abrazo que marque un “hasta pronto”.

Un abrazo que exprese un “te felicito y me alegro por vos”.

Cada abrazo contiene diferentes intenciones entre la persona que lo da y la que lo recibe, que solo los que forman parte de ese momento pueden entender y sentir esa comunicación secreta. Cuando abrazamos somos más que dos personas: somos magia, energía, luz y amor. Tiene la misma importancia recibir abrazos, darlos y pedirlos cuando sea necesario.

El abrazo es el medio para soltar, sanar y ser feliz siendo capaz de crear una mejor versión de nosotros mismos.

Ahora, llegando al final de esta lectura, te invito a pensar y considerar estas preguntas para que puedas abrazar la que más te haga sentido.

¿A quién te gustaría abrazar? ¿Qué motivos encontraste para ese abrazo?

Aquí te dejo mi abrazo enorme para que sea el inicio de tus siguientes abrazos.

Y no dejes los abrazos de HOY para mañana.