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Sorpresa en Quines por el récord en los rindes del trigo bajo riego

Las 1.100 hectáreas que la firma Puramel SA sembró en Quines arrojaron picos en la cosecha de hasta 12 mil kilos por hectárea, cuando el promedio normal de la zona es de 6 mil. Federico Lisa explicó las razones de semejante marca.

Por Roberto Vinuesa
| 17 de diciembre de 2023
Profesional. Federico Lisa es el gerente de Produción de Puramel SA, una firma con seis mil hectáreas bajo riego. Fotos: Gentileza

El norte de San Luis no deja de sorprender con potentes récords productivos. Ahora le tocó  al trigo bajo riego cultivado en 1.100 hectárteas por la firma Puramel SA en su campo de Quines.

 

La noticia fue comunicada en plena cosecha al suplemento El Campo el responsable de produción de la empresa, Federico Lisa, con la entendible ansiedad que generan estos logros en los ingenieros agrónomos que se juegan en la confección de recetas de siembra.

 

“Al igual que el año pasado, estamos teniendo rendimientos muy altos, con picos de 12 mil kilos por hectárea. Estamos muy contentos. He visto noticias de otros medios de Córdoba que hablaban de picos de 11 mil kilos y San Luis también los tiene, obviamente que bajo riego”, especificó Lisa.

 

Con evidente alegría, detalló que están logrando rendimientos promedio de 7.500 kilos por hectárea, “algo histórico, cuando lo normal esperado son 6 mil kilos”.

 

“Estamos 1.300 kilos arriba del promedio y en lugares donde la máquina marca más de 12 mil. Estos resultados, entendemos que se vinculan con que en el invierno no hubo golpes de calor”, explicó.

 

 Servicios. A diferencia de hace quince años, hoy el norte de San Luis cuenta con contratistas disponibles.

 

 

Para Lisa, los que saben mucho de trigo del INTA dicen que tres días con más de 35°, el trigo deja de llenar el grano y la planta se entrega.

 

7.500 kilos por hectárea es el promedio que están arrojando los lotes con trigo bajo riego en Quines, 1.500 kilos más que el rinde histórico desde que se tienen registros.

Para reforzar las razones por las cuales se alcanzaron estos rendimientos de los que no se conocen antecedentes similares, el profesional amplió: “Normalmente en octubre tenemos golpes de calor justo cuando el cultivo está espigando y eso no sucedió, por lo que el trigo expresó todo lo que uno le pone de genética, de agua para regar y fertilizantes, aunque con rendimientos superiores a los que esperábamos".

 

Explicó que semejante cantidad de kilos por hectárea no los esperaban, ya que miden  rendimiento antes de la cosecha y cuando todavía está verde: “El grano resultó más pesado de lo habitual”.

 

Claro que a esto debe agregarse todo el conocimiento aplicado y adquirido durante 21 años con el cultivo en el norte de la provincia: “En el manejo está el secreto que incluye elegir la fecha de siembra ideal, y la variedad de la semilla”.

 

 Para los molinos. En los campos de Puramel sembraron este año 1.100 hectáreas de trigo candeal y trigo pan.

 

 

Este año sembraron unas 1.100 hectáreas de trigo, de las cuales 200 son de candeal que va para la industria del fideo, y el resto trigo pan, cuya variedad está sorprendiendo con los rendimientos.

 

En San Luis la empresa Puramel SA tiene cuatro campos con seis mil hectáreas bajo riego, que sumadas a otras instaladas en las demás provincias, la convierten en la firma que más riega en el país.

Este último se vende directo a los molinos harineros de la empresa (Cañuelas)  y de terceros.

 

"Tratamos de hacer un trigo de máxima calidad para lograr una bonificación, ya que estamos muy lejos de los puertos y de los molinos también, principalmente en el trigo candeal, donde se debe lograr un nivel de gluten mínimo, porque si no después no se puede armar el fideo porque la masa no liga", detalló.

 

Indicó que para lograr esta calidad en el candeal, se fertiliza al inicio del cultivo para lograr el plus de rendimiento, mientras que en el momento de “hoja bandera”, antes que espigue, se hace una fertilización adicional con urea u otro producto nitrogenado, para que ese nutriente le dé mayor cantidad de proteínas y gluten al grano para corregir calidad. "Debe ser en ese momento; ni antes ni después", aclaró.

 

En Puramel hacen trigo principalmente sobre los lotes que salen de maní, porque la legislación provincial obliga a poner un cultivo de cobertura inmediatamente después de la cosecha para evitar la voladura de suelos.

 

"Siempre hacemos trigo y nos entusiasma a hacer más superficie y buscar que esos picos que se dan en lotes, que son el potencial de la zona, sean el promedio del lote. Queremos llegar a maximizar los rindes porque si dan 12 mil kilos por hectárea, se puede lograr en todo el lote", dijo con el mayor de los optimismos.

 

 

Agregó, que para lograr eso deben planificar en cómo regar mejor, que toda el agua se infiltre en el suelo, cómo fertilizar adecuadamente para lograr esas marcas, cuál es el nutriente que está siendo importante para que no supere cierto límite, entre otros aspectos técnicos.

 

“Queremos llegar a maximizar los rindes del trigo porque si dan picos de 12 mil kilos por hectárea, se puede lograr esa marca en todo el lote”, Federico Lisa (Ingeniero agrónomo y gerente de Producción de Puramel SA)

La cosecha la realizan un par de contratistas de Mendoza y Sampacho, Córdoba, que se han instalado en la zona de Quines-Candelaria por lo que cuentan con maquinaria disponible en el lugar, servicio que hace quince años no existía; había que traerlo desde muy lejos.

 

Esta gente ya tiene su campamento base en la zona, que va desarrollándose con más servicios agropecuarios.

 

Puramel SA hace trigo en Quines dese 2002. Actualmente, también producen algodón, maíz y alfalfa, estos últimos para consumo propio en el tambo San Miguel, incorporado al mismo establecimiento.

 

El algodón se procesa en una desmotadora propia para luego vender la fibra.

 

 

Características de la empresa

 

En San Luis la firma tiene cuatro campos con seis mil hectáreas bajo riego, “las que sumadas a otras tantas en otras provincias, la convierten en la firma que más riega en el país”, dijo Lisa orgulloso.

 

Puramel SA es el productor de algodón más importante del norte puntano, que se encuentra sembrando la campaña número 20 de algodón en Quines y con 45 años de trayectoria en agricultura. Hoy tiene 40 mil hectáreas en producción, entre agricultura y ganadería.

 

San Luis es su unidad de producción más grande.

 

En 2010 instaló la primera desmotadora de la provincia, con lo que se evitó llevar el producto a 300 kilómetros. Seis años después la cambiaron por la más moderna existente.

 

 

“Tratamos de hacer un trigo de máxima calidad para lograr una bonificación, ya que estamos muy lejos de los puertos y de los molinos”, Federico Lisa (Ingeniero agrónomo y gerente de Producción de Puramel SA)
 

Parte del grano de algodón lo transforman en leche, ya que lo consumen en el tambo donde producen 20 millones de litros de leche al año.

 

Puramel arrancó con 107 hectáreas de algodón en 2004, mientras que en 2018 llegaron a las 4.100 y actualmente están estabilizados en tres mil hectáreas.

 

"Este cultivo en la zona se desarrolla de una manera espectacular y es, junto al maní y la papa, productos a los que se les puede agregar valor en origen, porque a los commodities la ganancia se la llevan entre el flete y el costo de regar", destacó Lisa en el primer encuentro de la cadena algodonera puntana.

 

Desde 2008, los rendimientos que más se destacaron fueron los de 2011, cuando en un lote lograron 7 mil kilos de producto bruto, equivalente a 2.100 kilos de fibra. Lo normal es que se alcance un rendimiento de 5.500 kilos por hectárea.

 

También tiene el tambo más grande de la provincia y cuenta con un plantel de aproximadamente siete mil animales de la raza holando argentino de todas las categorías.

 

Por día tienen tres turnos de ordeñe con 1.750 vacas. El sistema es una doble fosa de 24 bajadas, llamada espina de pescado, donde las vacas se posicionan a 45 grados y es una línea de ordeñe alta. Entran 48 vacas al mismo tiempo. Cuando salen las de un lado, se pone la pezonera del otro, para que sigan ordeñando.

 

Un sistema electrónico mide la producción de leche en cada posición y registra la cantidad de litros. Esto se hace los 365 días del año. Si una vaca está produciendo 60 litros por día y de golpe baja a 40 o a 20, algo pasa y el sistema emite una alerta que se ve en la computadora.

 

En sus comienzos en 2012, el tambo contaba con 900 vacas en ordeñe. Llegaron a las 2.100, pero después se estabilizaron en 1.750 vacas promedio anual, y para ordeñar esa cantidad de vacas tienen más de 4.200 en actividad.

 

Hay proyectos para producir mozzarella y algunos quesos, yogures de alta calidad, iniciativas que aguardan la llegada de créditos para el sector, hoy ausentes.

 

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