La Feria del Orgullo Puntano convocó a unos ochenta emprendedores

Ofertas, productos caseros y hechos en nuestra ciudad, ese es el reflejo que demuestra cada edición de la Feria del Orgullo Puntano. La Municipalidad de San Luis organizó este sábado la sexta edición del encuentro, que convocó a unos 80 emprendedores y artesanos puntanos que desde las 11 de la mañana, en la plaza Pringles, tuvieron la oportunidad de comercializar sus creaciones, que van desde lo gastronómico hasta la cosmética artesanal.

La directora de Promoción del Trabajo, María José Álvarez, recordó que este encuentro se realiza el primer sábado de cada mes, aunque la edición de septiembre debió ser suspendida a causa del mal clima.

“Este mes tuvimos 110 inscriptos y participaron alrededor de 80 emprendedoras y emprendedores de la economía social. Recibimos a muchos vecinos y vecinas que recorrieron la feria. Muchos ya comenzaron a exponer regalos para el Día de la Madre y es una buena oportunidad porque hay precios accesibles”, aseguró Álvarez.

La edición que estaba pautada para el primer sábado de septiembre debió ser suspendida porque ese día la ciudad estaba bajo alerta amarilla por vientos fuertes. En esta oportunidad, la jornada que se vivió fue cálida y calurosa.

El Diario de la República recorrió el corazón del microcentro puntano y cerca de las 16, las vecinas y los vecinos comenzaron a visitar la feria en mayor número para aprovechar el sábado. Los puestos se ubican uno al lado del otro y en la parte de la plaza que da a la calle Junín, donde se puede encontrar desde plantas económicas, comida casera y un sinfín de historias de personas que a través de estos emprendimientos logran reinventarse día a día.

Sonia Camargo es una artesana que hace once años montó un emprendimiento de pulseras, collares y tobilleras. Todo comenzó como un juego y hoy cumple más de una década como artesana emprendedora. “No solo tenemos estos tipos de accesorios artesanales, sino que también manejamos acero quirúrgico, pero en las ferias exponemos solo lo que es artesanal. No es la primera vez que participamos, siempre nos va muy bien en la plaza, tenemos buen público, buenas clientas”, contó Sonia Ozán, madre de la artesana, quien ayudaba a su hija con las ventas. Los productos van  desde $350 hasta $900 para macetas de distintas temáticas.

Micaela Molina y Andrés Aballay se llevaron el mate, una mesita y sillas para, además de pasar el sábado, aprovechar la ocasión para vender pastafrola, alfajores de maicena, galletas de avena, alfajores y chocolates integrales. “Empezamos con esto hace un año más o menos porque mi novia comenzó a hacer cosas dulces con su madre, que es pastelera hace muchos años. Así fue haciendo su propio camino. Veníamos a vender a la plaza y como descubrió que podía hacer galletas decoradas en glasé, la misma gente que le compraba acá la empezó a llamar para que hiciera estas cosas para eventos. Esto no es un hobby para ella porque a veces depende de lo que vendemos acá.  Yo la acompaño en todo momento”, contó Aballay.

Muchos de los emprendimientos surgieron durante la pandemia como, por ejemplo, el de Silvia Panza. Contó que luego de quedarse sin trabajo como enfermera, pensó en hacer su propio negocio donde elabora desde hueveras hasta porta llaveros con materiales reciclados. “Reutilizo las cosas para tratar de disminuir el impacto ambiental. Uso cartón, madera, latas que tardan en biodegradarse y las transformo en productos decorativos y útiles. Es la primera vez que participo y me encanta que nos brinden un espacio, porque nos sirve. Además porque la situación es complicada”, aseguró la emprendedora. En una mesa exhibió porta sahumerios, hueveras, destapadores para colgar en la pared y jarrones que costaban desde $2 mil hasta $5 mil.

Aunque en esta edición no hubo shows o espectáculos artísticos, la Comuna puso música de fondo para que el ambiente sea aún más llamativo y familiero. La jornada se extendió hasta pasadas las 19, gracias a que el clima acompañó durante toda la jornada.

Redacción/MGE