13°SAN LUIS - Domingo 28 de Abril de 2024

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Equilibrista del arte

La cantante, que está por fuera de la industria musical, reflexiona sobre el rol de la mujer en la industria, su postura musical y ante la vida.

Por redacción
| 30 de octubre de 2023

Todo cambia", canta Hilda Lizarazu y, aunque es un tema que compuso cuando formaba parte de Man Ray hace 30 años, es una filosofía de vida que mantiene y refleja en su carrera musical.

 

La cantante, compositora y fotógrafa cumplió hace poco 60 años y los festejó de la única forma que sabe, arriba del escenario entre canciones y amigos. Una vida cargada de idas y vueltas musicales, y de evoluciones sociales. Su mejor sello, el ser ella misma y manejar sus acordes de forma independiente.

 

 

―¿Cómo fue ocupar el rol de ser una de las pocas mujeres que integró el rock nacional en los 80?

 

―Comencé a finales de los ochenta y sigo en este viaje musical. Van cambiando las décadas y las idiosincrasias y culturas. Pero es difícil acá, en Francia, en Bélgica, en Estados Unidos o en donde sea el vivir de la música y del arte. Ya sea escritora, actriz, rock, tango o cine es algo complejo, pero depende de la posición de cada uno y cómo las ganas, el deseo y la suerte, por supuesto, hacen que uno pueda continuar o desertar. Yo soy una persona con suerte y fui tocada por la varita mágica. No sé de la magia de quién, pero pude ir sosteniéndome a través de las décadas. En esos comienzos era distinto, éramos menos mujeres haciendo música, pero estábamos, algunas, en la lucha y continuamos también haciéndolo. Ya los tiempos cambiaron bastante y, por suerte, el arte continúa.

 

 

―¿Había otra concepción entre las mujeres y los hombres que hacían rock y llevaban ese estilo de vida libre tan vinculado a la música y el género?

 

―No era lo mismo, por suerte eso fue cambiando, y la sociedad con todos sus géneros se va haciendo, lentamente, más equitativa, así que, por suerte, esa mirada ya pasó y ahora las mujeres que hacemos música estamos más cerca de los varones en cierta forma. Hay muchas más mujeres llevando adelante sus proyectos musicales, bandas, solistas y sinfónicas. También porque se tuvo que imponer la ley de cupo femenino, que salió a partir del 2019, donde, además, se trata de mirar con una lupa en las decisiones de los productores de los festivales que hay en la Argentina, donde se exige un porcentaje, no del 50 por ciento, pero al menos de más mujeres arriba de los escenarios. Gracias al Instituto Nacional de la Música se está eligiendo tener más mujeres artistas, que las hay y muy buenas, en los eventos musicales. Hasta que se vayan dando las cosas naturalmente, por suerte, tenemos esta ley.

 

 

―Con respecto a la serie inspirada en la vida de Fito Páez, "El amor después del amor", Fabiana Cantilo salió a criticar el rol que se les daba a las mujeres, como meras coristas. ¿La viste? ¿Qué opinas?

 

―A mí la serie me encantó, me parece que suma por todos lados en cómo se visibiliza, en lo bien que estuvo hecha y cómo se abordaron los personajes que interpretan a cada una de las figuras de nuestro rock. El otro día justo estuve con Julián Kartún, que interpretó a Spinetta, y con la actriz que hizo a Fabiana, y el trabajo que hicieron es espectacular. La verdad es que me parece que fue un gol de media cancha esa serie y no le podría buscar cosas malas, siempre hay lugares donde uno puede criticar y decir "esto no fue tal cual", pero la verdad es que prefiero que esté hecha a que no esté hecha, y me parece que está muy bien realizada. Aparte, es la historia de Fito, y yo nunca sentí con la gente con la que laburé en la década de los 80 y 90 que mis colegas me trataran distinto por ser mujer, pero estoy hablando de un lugar totalmente subjetivo y cada uno tiene formas distintas de ver el mundo y de posicionarse ante ellas. Yo, siendo parte de la banda de Charly García, era la única mujer haciendo voces, pero a mí no me pusieron en un lugar inferior musicalmente hablando porque mi instrumento sea la voz. A diferencia de Fabi, ella debe tener otra vivencia y puntos de vista, pero para mí hacer coros y armonías en cualquier proyecto musical no es que te están mirando desde un lugar inferior. Es como el percusionista en una orquesta, todo suma a la musicalidad de algo. Creo que depende con quién, o sea, con qué director musical estás laburando.

 

 

―El rock nacional tiene arraigado el uso de terminologías bien nacionalistas. ¿Cómo ves en la actualidad el género urbano que se apropia de modismos extranjeros?

 

―Siempre ocurre, es parte de la transculturalización. Ya decir pop y rock es terminología extranjera, es un signo de los tiempos que algunos pueden aceptarlo y otros no, pero dentro de ese género urbano hay artistas que a mí me encantan de la nueva generación: llámese Catriel o Wos, que incluso su apodo es en otro idioma. Las nuevas generaciones usan las consonantes mucho, es parte de este nuevo lenguaje que tiene que ver con la pantalla y lo electrónico, es una adaptación. Por supuesto que a mí me gusta siempre mantener y buscar una identidad, pero ahora está todo tan mezclado que yo creo que lo que uno tiene que hacer es escuchar si la música te llega y te emociona. Después, si hay una palabra en inglés, en guaraní o en francés la podés aceptar o no, y si no te gusta, escuchás otra música. Pero plantarse desde un lugar de crítica me parece que es un poco sesgada la mirada; como se le plantaron también hace 50 años a Piazzolla porque no era tango puro o al "Chango" Farías Gómez cuando hacía folclore de proyección en la década del 70. Está bueno que existan las tradiciones, pero también que haya otras propuestas donde se vea una transculturización por un signo de los tiempos.

 

 

―¿Qué opinás del autotune?

 

―En algunos casos me gusta. Ahora, si lo usan siempre porque no saben cantar, entonces ahí ya mucho no. Lo respeto, pero hay propuestas artísticas que están buenas con autotune. Yo no hice nada, pero la verdad que me dan ganas porque es como que te robotiza la voz, te hace afinar siempre, no estoy negada. Es arte y uno lo puede aplicar porque si no te ponés en maestro ciruela y tenés que decir no a esto y aquello. Es una herramienta más que, obviamente, si basás todo lo que haces en eso, mucho la propuesta no me interesa. Pero en algo que le dé un color yo le digo que sí.

 

 

―¿Actualmente, las mujeres tienen que tener otra preparación extra para subirse a un escenario que los hombres? Como puestas en escena, vestuarios y bailes.

 

―No, para nada. Creo que cada quién decide; ni a Tini, ni a Emilia, ni a Lali les dicen qué tienen que hacer y qué no, yo creo que ellas son dueñas de su propio producto, y con todo el éxito y lo comercial que son cada una de esas tres personas que mencionamos, no creo que tengan que obligarlas a nada, sino que cada una se posiciona desde el lugar que quiere, ya sea a bailar o ponerse sexy. Me parece que son decisiones respondiendo al mercado porque tienen un fin comercial. Si querés vender, tener millones de vistas y hacerle caso a eso, es una decisión. Yo estoy fuera de la industria, pero no creo que me podrían obligar a ponerme un escote, uñas largas y ser sexy. No creo que así sea. A mí me parece que se busca desde el lugar subjetivo.

 

 

―Participaste de los festejos por los 40 años de democracia en Argentina. ¿Cuál es tu mirada de la democracia en el país? ¿Tenés alguna postura?

 

―Postura sí tengo y creo fielmente en no votar enojados. Después, la incertidumbre la tengo porque se ve claramente que estamos en un momento difícil, muy delicado en lo económico y en lo social.

 

 

―¿Se viene música nueva?

 

―Sigo activa con mis cosas. Estoy componiendo nuevas canciones. Continúo mi camino desde lo independiente y así será hasta que no quiera seguir. Hago de mí, de mi música y de mi vida lo que mi propio ser me indica, por suerte. Lo hago desde hace mucho tiempo. ¿No? Así que sigo con eso. Sigo cantando y tratando de componer nuevas canciones.

 

 

Futuro imperfecto

 

La cantante Hilda Lizarazu una vida entre la ciudad y la montaña; las bandas y los discos solistas.

 

1963: Estado de mente

 

Hilda Lizarazu nació en Curuzú Cuatiá, Corrientes, Argentina, el 12 de octubre. Pasó parte de su adolescencia en Nueva York​ y regresó a la Argentina en 1980, como fotógrafa profesional.

 

 

1985: La óptica del rock nacional

 

Inició su carrera como cantante, integrando bandas como Suéter y Los Twist, donde entró como reemplazo de Fabiana Cantilo. En paralelo, trabajó para la revista Humor, retratando a los músicos más importantes del rock argentino.

 

 

1898-1993: Los “mans” de Hilda

 

Hizo coros en la banda de Charly García entre los años 1989 y 1993. En paralelo, formó la banda Man Ray junto al guitarrista Tito Losavio, proyecto con el que editó siete discos de estudio y giró por el mundo.

 

 

1999-2004: En donde nace la sierra

 

Abandonó Man Ray y como un retiro espiritual se mudó a Sinsacate, un pequeño pueblo al norte de Córdoba, lugar que inspiró su primer disco solista, llamado "Gabinete de Curiosidades".

 

 

2007-2010: Estamos de vuelta

 

Reinstalada en la ciudad de Buenos Aires, consolidó su propia banda junto a nuevos músicos con quienes grabó y editó su segundo álbum solista, "Hormonal". Tres años después, lanzó su tercer disco "Futuro Perfecto" y regresó a cantar con Charly.

 

 

2023: Cumpleaños feliz

 

La cantante cumplió el pasado 12 de octubre 60 años y lo festejó con amigos y un escenario abierto que compartió con artistas como su pareja Lito Vitale, Fernando Samalea, Zorrito Von Quintiero y Miguel Zavaleta.

 

 

 

 

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