Caso Próvolo: absolvieron a la monja Kosaka y a otras ocho imputadas

La monja japonesa Kumiko Kosaka y otras ocho mujeres fueron absueltas en la causa en la que estaban acusadas de abusos sexuales contra niños hipoacúsicos en el Instituto Próvolo de Mendoza, o bien por omitir denunciar los hechos.

El fallo benefició, además de a Kosaka, a las exdirectoras Graciela Pascual y Gladys Pinacca; a la cocinera Noemí Paz; a las empleadas Valeska Quintana, Laura Gateán y Cristina Leguiza, y a la psicóloga Cecilia Raffo.

Kosaka afrontaba el mayor pedido de condena de 25 años de cárcel por los delitos de abuso y encubrimiento.

Aun así, el tribunal resolvió dictaminar el pedido que había solicitado su defensor a principios de septiembre de que sea absuelta.

Se trató del segundo "megajuicio" en el que dos años y medio después del comienzo del debate, con casi 400 audiencias y un centenar de testimonios, se dio a conocer la pena contra las nueve imputadas.

La sentencia fue emitida por el Tribunal Penal Colegiado de Mendoza integrado por las juezas Gabriela Urciuolo, María Belén Salido y Belén Renna.

El desenlace de este caso que comenzó en 2016 fue sorpresivo y causó serios cuestionamientos a la Justicia de parte de las víctimas, los familiares y los abogados querellantes, indicó el sitio del diario Uno.

Entre 2018 y 2019, durante los dos anteriores juicios, fueron condenados a la cárcel los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho, el administrativo Jorge Bordón y el jardinero Armando Gómez, sentencias que fueron confirmadas posteriormente por la Suprema Corte de Justicia.

Durante la etapa de alegatos de cierre, los defensores habían solicitado la absolución de las religiosas y de las otras imputadas, en tanto la fiscalía y la querella habían requerido penas de 3 a 18 años de prisión.

La audiencia se desarrolló en las instalaciones del juzgado ubicado en el Polo Judicial Penal, de la ciudad de Mendoza, donde se desarrolló este tercer juicio por el llamado Caso Próvolo.

 El fallo provocó el repudio de los familiares de las víctimas.

"Mi hija tiene marcas en su cuerpo que le hizo Kosaka Kumiko. Y lo que implica esta sentencia es decirles a los chicos que se deben callar", se lamentó Paola González, madre de una de las víctimas, a radio Nihuil.

"Es un mensaje para los chicos y para las próximas personas que sufran estos crímenes. Hoy se les ha facilitado el camino a los abusadores y a todos los depredadores que les hacen daño a nuestros hijos", enfatizó.

 NA / NTV