15°SAN LUIS - Viernes 26 de Abril de 2024

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Cómo desarrollar el arte del "mosaiquismo" agrícola

En su paso por el 30° Congreso de Aapresid A Suelo Abierto, el especialista Luis Verri habló de la importancia de la tecnología digital en la agricultura actual y sus efectos en la producción.

Por redacción
| 22 de enero de 2023
Con la mirada en el lote. Los expertos sostienen que recorrer los lotes seguirá siendo práctica obligatoria para los profesionales.

Luis Verri, especialista en tecnología digital, destacó en el último congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) “La agricultura de precisión es una herramienta más para poder seguir estando en el negocio”.

 

En diálogo con el portal de la entidad, el experto sintetizó los principales aspectos de su exposición.

 

—¿Cómo nos ayudan las tecnologías digitales a conocer y manejar la variabilidad de los ambientes?

 

—Las tecnologías digitales nos ayudan a registrar las lecturas que hacen los sensores que participan de la producción agrícola. Estos sensores pueden estar en una estación meteorológica, sembradoras, pulverizadoras, cosechadoras y hasta en un freatímetro para ver la profundidad de las napas.

 

La agricultura digital arranca ahí, a partir del registro de datos georeferenciados que realizan estos sensores. El beneficio es que al contar con todos esos datos, podemos diagnosticar mejor los ambientes en los que trabajamos.

 

 

 Georeferenciados. Los sensores en las maquinarias ayudan a registrar datos. AAPRESID.

 

 

—¿Cuáles son las variables que hoy no estamos viendo pero que más “moldean” esa heterogeneidad y repercuten en lo productivo? ¿Son las mismas para todas las regiones y cultivos?

 

—Claramente, las variables no son las mismas para todas las regiones y cultivos. Nosotros trabajamos en varios campos de la región central de Argentina y vemos que la textura es la variable que define los ambientes, en la mayoría de los casos, pero en otros lo es la tosca.

 

En algunas zonas los ambientes se definen por la topografía, la profundidad o la calidad de las napas, etc. A su vez, cuando se analizan los datos, encontramos que el impacto no es el mismo para cada uno de los cultivos.

 

Para comprender cómo los ambientes moldean el rendimiento, hay que trabajar mucho con datos de agronomía básica y determinar bien cuál es la variable que más peso tiene.

 

 

 10%
de la oferta necesaria de alimentos para 2030 se lograría por un aumento en la superficie cultivada y el resto debería surgir de una mayor intensidad de cultivos y de los rendimientos.

 

—¿Qué costos crees van a pagar aquellos productores que no aprendan a ver y manejar esos “mosaicos de ambientes” y cuáles son los principales desafíos de ese aprendizaje?

 

—Existe una conciencia colectiva, cuando uno charla con colegas y productores, sobre todo los que somos miembros de Aapresid, que tenemos ganas de hacer bien las cosas.

 

Los que no se suban a este tren tecnológico van a perder eficiencia en el uso de los insumos que están pagando, y en la tecnología de procesos, ya que se deja de ser eficiente en el uso del ambiente en el que se trabaja.

 

Por otro lado, cuando no se manejan ambientes, los pisos de rendimientos son más bajos, y hay mucha inestabilidad, el efecto año pega muy fuerte.

 

Habrá campos en donde las precipitaciones impactan menos, porque tienen napas freáticas cerca, y otros que impactan más, pero en definitiva, cuando hacés manejo uniforme estás dejando mucho a discreción de las lluvias que ocurran en ese año.

 

—El uso de herramientas de agricultura digital y de precisión, ¿serán condiciones para permanecer en el negocio, en el corto o mediano plazo?

 

—Totalmente. Por un lado está ese beneficio de diagnosticar mejor, y por otro el beneficio económico de hacer aplicaciones de dosis variables de insumos, como semillas, fertilizantes, que cambia según las zonas y según los cultivos.

 

En el modelo de negocio agrícola en la Argentina, y en todo el mundo, la rentabilidad es cada vez más chica, y el beneficio que aporta diagnosticar mejor empieza a ser importante. La agricultura de precisión es una herramienta más para poder seguir estando en el negocio.

 

 

Adoptar lo que agrega valor

 

Alejandro O’Donnell es asesor especializado en Agricultura de Precisión (AP). Dirige Frontera Agropecuaria (una empresa de tecnología agrícola), está al frente de Siembras y Cosechas (que hace producción en campos alquilados) y es miembro de Aapresid.

 

 “Suelo no separar la agricultura digital de la AP, ya que son parte de un todo. Esta última conforma una estrategia de gestión en la que el productor/asesor recurre a la tecnología, digital o no, para recopilar datos, procesarlos y analizarlos”, dijo el especialista cuando habló con AgroEvolución.

 

Agrega que “hoy las máquinas que circulan sobre los lotes generan un enorme volumen de datos, que con el concurso de las plataformas se convierten en herramientas para la toma de decisiones. Y, con el paso del tiempo y la construcción de mejora sobre mejora, se transforman en conocimiento”.

 

O’Donnell sostiene que todas estas tecnologías en el agro “tienen que estar apuntadas a acciones específicas para elevar la eficiencia de producción y la productividad, sin perder de vista la sustentabilidad de los sistemas”.

 

Por cierto, la tasa de adopción de estos avances tecnológicos en la agricultura se ha ido acelerando. En principio, debido a las nuevas generaciones que están tomando las riendas del agronegocio, que nacieron digitales, lo cual facilita todo.

 

Además, la misma evolución de la tecnología agrícola hace que sea cada vez más amigable y más fácil de adoptar. Como en otros casos, están los adoptantes tempranos, los que esperan a ver cómo se desempeña el producto y luego los más rezagados para ingresar a la agricultura del futuro.

 

Cuidado, no se trata de moverse a tontas y a locas. “Hay personas que salen a comprar cosas sin saber siquiera exactamente para qué sirven, pero igualmente lo quieren ya. Habitualmente terminan arrumbadas en el galpón”, dice O’Donnell. Recuerda que “cuatro años atrás los drones irrumpieron en las ferias y quien salía sin uno de estos equipos debajo del brazo sentía que se estaba quedando afuera de algo. Con el tiempo pasó el furor. Son herramientas para cosas muy específicas”. El experto sostiene que “las modas duran poco, el productor debe tomar aquello que le resuelve un problema o le aporta un valor genuino”, advierte.

 

Redacción / NTV

 

 

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