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Sebastián Villa: un lobo con piel de cordero y defensa azul y amarilla

Con dos denuncias por violencia de género, el delantero de Boca lima sus colmillos impunes en la barrera "Xeneize".

Por Astrid Moreno
| 29 de mayo de 2022
Qué nariz tan larga tienes. Recientemente se filtraron chats que complican aún más al reciente campeón. Foto: Agencias.

“Fui demasiado buena ya”, respondió la expareja de Sebastián Villa a los mensajes que el jugador de Boca le envió a través de Instagram para que la mujer retire la denuncia por la que está imputado por el delito de abuso sexual con acceso carnal e intento de femicidio. Ella se cansó y, afortunadamente, lo hizo a tiempo. Mientras tanto el lobo le pide bondad, que no merece y que el club Boca Juniors debería brindarle a ella y todas las víctimas de violencia de género.

 

La respuesta del presunto agresor fue la única posible, más violencia: “Estoy arreglando con el vecino que llamó a la poli (sic)”. El 26 de junio de 2021, la noche del abuso sexual que denuncia la mujer, un vecino del country Venado II de Canning llamó al 911 porque escuchó gritos en la casa del jugador. Nadie le advirtió a Villa que ya es tarde para hacer “arreglos” porque los informes del 911 y del Ministerio de Seguridad Bonaerense certificaron la comunicación.

 

“Las agresiones verbales fueron antes del hecho denunciado, esa fue la primera vez que hubo violencia física, que cruzó una barrera. Ella dijo que era motivo suficiente para romper con el vínculo, pero lo cierto es que a partir de la cachetada por parte de él, ella entiende que no quería seguir en ese lugar. Intenta egresar de la habitación y ahí se produce el hecho que denunciamos, que es un abuso sexual”, narró Roberto Castillo, abogado de la denunciante.

 

Según el abogado, la relación duró un año, la pareja se conoció en un bar y empezaron a salir. “Ella iba a dormir a la casa de él, comían y hasta conoció a su familia y amigos”, contó. A esa misma familia invoca Villa, cuando le pide que retroceda en la denuncia.

 

En su declaración, la denunciante habló con la Justicia durante seis horas, en un proceso que su abogado calificó como “revictimizante y agotador”. Su relato —que luego fue sostenido por las pericias psiquiátrica y psicológica—, lo dicho por los testigos y los documentos presentados considera Castillo que son pruebas suficientes para llamar a una declaración a indagatoria a Villa.

 

 

 Lo que buscamos cuando separamos a jugadores denunciados del plantel es visibilizar nuestra determinación a la no violencia de género. Paula Ojeda

 

“Los operadores de la justicia tenemos que darles a todas las denunciantes el tratamiento de víctima, independiente de que no se quiebre todavía el principio de inocencia. Una mujer que sufre un abuso sexual o cualquier acto de violencia de género, donde en el medio hay una manipulación psicológica enorme, desconfía hasta de las miradas, del tiempo que se le dedica a escucharlas, de todo”, detalló el abogado.

 

La otra pieza fundamental era la declaración de Reneé Legrand, médica ginecóloga del Hospital Penna, quien fue citada a declarar el viernes 20, pero alegó estar de viaje y enferma. Finalmente, el miércoles pasado habló con Unidad Fiscal para la Investigación (UFI) Nº 3 de Esteban Echeverría por videollamada.

 

Legrand declaró ante la fiscalía no recordar si fue ella quien atendió a la denunciante y dijo que quizás sí firmó el expediente, pero pudo haberla recibido otra médica. Algo que, de comprobarse, es un delito.

 

Según la víctima, al día siguiente del abuso se presentó en el hospital porque tenía dolores vaginales y la ginecóloga le habría dicho que eran compatibles con lesiones por abuso sexual. Incluso, la instó a hacer la denuncia.

 

“Su declaración era importante, pero la realidad es que, más allá de ella, hay muchos elementos probatorios”, afirmó Castillo, quien junto con su equipo iniciarán acciones por falso testimonio.

 

 

Un lobo con colmillos impunes

 

“El lobo siempre será malo si quien cuenta la historia es Caperucita, no?”, escribió Villa en un posteo de Instagram de una foto con su madre. Con lo que no contaba es que ya son dos las caperucitas y lo único que tienen del rojo que viste al personaje utilizado para su siniestra metáfora son los moretones y hematomas que, según denunciaron, les dejó en la piel. 

 

En abril de 2020 la colombiana y expareja del jugador, Daniela Cortés, lo acusó de haberla agredido física y verbalmente durante los dos años que duró la relación. La mujer expuso fotos de ella con el rostro lastimado en las redes sociales, por temor. Aseguró haber recibido amenazas del entorno futbolero. Lo mismo relata la nueva denunciante. 

 

En el caso de Cortés, Villa está acusado por “Lesiones leves calificadas por el vínculo y por tratarse de un hombre contra una mujer, mediando violencia de género en concurso real con amenazas coactivas agravadas". El año pasado, la Justicia determinó que había elementos suficientes para que el colombiano fuera a juicio oral. Sin embargo, aún no se determinó si esto ocurrirá en 2022 y ya se habla de uno abreviado.

 

“Hay que tener en cuenta que el grado de sospecha y las pruebas que se hicieron, no es simplemente una denuncia. Esto influye a nivel de que el abogado va a tener muy complicada la situación a la hora de defenderlo en los dos procesos”, explicó Castillo. Y agregó: “El agresor sexual es una persona que generalmente es reincidente. Ve a la mujer o a la pareja con un sentido de pertenencia como si fueran un objeto. Entiendo que si se le hubiera dado un mejor tratamiento a la primera denuncia hubiéramos evitado esto que estamos viviendo ahora”.

 

 

La barrera "Xeneize"

 

La encargada de difundir el comunicado de Boca sobre la más reciente denuncia contra Villa fue Adriana Bravo, vicepresidenta del club, y quien fue presidenta del Departamento de Inclusión e Igualdad del club. Luego, se difundió que Bravo había querido renunciar por el tratamiento que se le dio al caso.

 

El comunicado detalla que se pusieron a disposición de la Justicia y que invitan a la víctima a recibir contención desde el equipo del club. Si van a tomar medidas con respecto al delantero que tiene dos denuncias por violencia, está más que claro que no. Hace una semana el equipo, que contó con la presencia de Villa, ganó la Copa de la Liga Profesional. Parece que la velocidad del lobo es demasiado necesaria en la cancha. Lo que esas piernas hagan fuera de ella no es de interés para los dirigentes. Habría que preguntar qué opinan los socios a los que representan.

 

“Elijo no pronunciarme en el sentido de si debería o no haber jugado. La entidad deportiva es la que quizás podría haber tenido un mensaje más empático y conciliador para con una víctima que no solo denuncia, sino que aporta pruebas e imputan a la persona”, determinó Castillo.

 

Para el abogado de la víctima lo peor no son los dichos del lobo, sino de aquellos que lo rodean. Juan Román Riquelme fue uno de los que salió a defender a Villa, a quien calificó como el mejor futbolista de Argentina y remarcó que lo que sucede fuera de la cancha es otra cosa.

 

“Soy más crítico con quienes están en el medio, son personas que quizás los demás los escuchan y que incluso son un ejemplo para muchos. Que salgan a respaldar a una persona que está siendo acusada por una situación tan grave, como esta, genera un estigma. Si en un futuro sale condenado, la gente no se va a olvidar los pronunciamientos que hicieron de manera vehemente para defender la posición de lo que puede ser un agresor sexual”, criticó.

 

Vélez es la institución deportiva pionera en crear un Departamento de Violencias, Género y Equidad, algo que fue replicado en clubes como Boca, aunque no con la misma eficacia.

 

Paula Ojeda, abogada especialista en Violencia de Género e hincha de "El Fortín", presentó en 2017 un proyecto para formar una oficina especializada que quedó efectiva un año después. Además, diseñó un protocolo y asistió a entidades deportivas que solicitaron su apoyo para formar departamentos de género en sus instituciones.

 

Con respecto al caso Villa, Ojeda prefirió no referirse a las decisiones que toma otro club, pero sí explicó cómo trabajan desde Vélez este tipo de casos. “Los separamos del plantel preventivamente, sin tocarles el derecho laboral, pero lo hacemos al menos hasta tener contacto con el expediente con la causa”, explicó.

 

En 2020 el delantero Miguel Brizuela fue denunciado por violencia de género, inmediatamente el departamento entró en acción. Se pusieron a disposición de la víctima, hablaron con su abogado y solicitaron una copia de la denuncia. El jugador fue separado del plantel durante tres meses y el club se puso a disposición de la fiscalía y siguió el caso.

 

 

 Ella le teme a él y a todo su entorno. No duerme en su casa y el difundir el caso por los medios la ayuda a sentirse más protegida. Roberto Castillo

 

La joven no continuó con la denuncia por lo que Brizuela pudo reincorporarse al plantel, no sin antes realizar una capacitación sobre nuevas masculinidades y hombres violentos.

 

“Lo que buscamos cuando los separamos del plantel es visibilizar nuestra determinación a la no violencia de género. Es el efecto y el resultado de las políticas de género que tenemos”, explicó Ojeda. Y remarcó: “La violencia está en todo tipo de deporte, el atleta no deja de ser parte de la sociedad, lo que pasa es que la visibilización de un jugador masculino en una liga mayor es mucha”.

 

El protocolo realizado por Boca, en su artículo 11º, sostiene que para activar el mismo se necesita de la presentación de una denuncia de la víctima o allegados a ella ante el Departamento de Inclusión e Igualdad del club.

 

En simples palabras, la víctima o alguna persona cercana a ella, perteneciente o no al club, debería acercarse al establecimiento que tiene a su presunto agresor como contratado para asentar el trato violento. Solo así, la Comisión Directiva tomaría medidas al respecto.

 

Según detalló Castillo, la denunciante de Villa no solo recibió amenazas, sino que tuvo que dejar su domicilio por miedo a represalias. Le teme a él y a su entorno. Los integrantes de Boca, como Riquelme, lo defienden; el Departamento del club, pensado supuestamente para actuar en estos casos, lo ampara. Parece que el que cuenta la historia es el lobo y, aun así, intenta comerse a Caperucita.

 

“El marco legal y penal son la única manera que encontramos como sociedad para defender los conflictos. Las pruebas nos arrojarán los resultados de quién dice la verdad y quién miente”, sentenció Castillo.

 

 

Redacción / NTV

 

 

 

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