Heló como siempre, la diferencia fue el manejo

Aunque siempre impactan las fotos de los cultivos helados, el fenómeno no fue sorprendente:  heló igual que todos los años en San Luis. Y por supuesto, este descenso de temperatura tuvo sus efectos negativos para los cultivos que estaban finalizando sus ciclos: tanto soja como maíces tardíos se vieron severamente afectados, provocando daños foliares y pérdida de rendimiento por la disminución del peso de los granos, dependiendo del porcentaje de llenado en el que se encontraban en ese momento.

Aquí entran a tallar el manejo del cultivo y sus principales variables: fecha de siembra (muchos lotes fueron resembrados por granizo), ambiente (si es un bajo o una loma), condición sanitaria y tipo de cultivo.

"Los lotes sembrados en fecha óptima y con buen manejo más allá de las heladas registraron muy buenos rendimientos, tanto en soja como en picado de maíz. En cuanto a soja, los más afectados fueron los lotes de resiembra que estaban atrasados y en estado reproductivo. Los que transitaban la época de pleno llenado de granos (R6) tuvieron una pérdida estimada del 35% en el rinde; mientras que los que iniciaban su madurez fisiológica (R7) perdieron un 11%. Los lotes que habían pasado a R8, en cambio, no se vieron afectados", contó el ingeniero agrónomo Gabriel Aguilera, quien trabaja en campos de la zona de Las Barranquitas, donde los rindes van desde 2.200 a 3.800 kilos por hectárea (kg/ha).

"En cuanto a maíz, en los lotes destinados a grano las pérdidas en función al estado de avance del cultivo están en el orden de 5 a 10% para los sembrados en fecha óptima, que transitaban una madurez fisiológica avanzada. Los maíces en estado de grano pastoso duro acusan entre un 5 y un 10% de merma, y los que estaban en grano blando, entre un 15 y un 20%", describió.

En los lotes sembrados temprano con destino a forraje se registraron defoliaciones de diferentes magnitudes, afectando el porcentaje de materia seca. Aquí entraron a jugar el relieve y las condiciones de manejo. "Hubo diferencias entre logres, algunos arrojaron 20 toneladas por hectárea (tn/ha) y otros 36 toneladas", contó, para agregar que "son claves la fecha de siembra, el ajuste de fertilización, el manejo de malezas y la integración del paquete tecnológico de agricultura por ambientes, ya que permiten ajustar la densidad y la refertilización".

Aguilera brindó una explicación sobre cómo se compone el rendimiento diferencial en los dos ambientes caracterizados de los lotes de esa zona serrana: una loma de potencial intermedio y un bajo de alto potencial.

Con una superficie total de 27 hectáreas, se obtuvo un rinde promedio de picado de 36,68 tn/ha. En la loma, sobre una superficie de 10,37 hectáreas, el maíz rindió en promedio: 31,3 tn/ha. Mientras que en el bajo de alta producción, sobre 16,63 hectáreas, rindió en promedio de picado 40,01 tn/ha. "Por eso es importante trabajar basados en datos", cerró.

Redacción/MGE