La mujer atacada por su pareja lo denunció ante la Justicia

Andrea Aznare le relató este miércoles a la fiscal de instrucción Daniela Torres todo lo que ya había denunciado en la Comisaría 31ª sobre lo que le hizo su ahora expareja, Fabio Zavala, y más. Ratificó que el hombre la llevó engañada hasta un baldío de las afueras de Villa Mercedes y, por un lapso de casi seis horas, la golpeó, la pateó, la pisó, intentó ahorcarla con sus manos, la atacó con un destornillador y la apuñaló unas diez veces con un cuchillo, mientras le decía lo que era obvio que pretendía hacer: "Te voy a matar". Hoy la fiscal le informará a él por qué delito lo imputará y él, a su vez, tendrá la oportunidad de dar su versión de lo que pasó o, bien, abstenerse de declarar.

Ayer la mujer de 40 años fue revisada por la forense del Poder Judicial, Sandra Miatello. La médica constató los golpes, cortes, cuchilladas, pisadas que tenía en la cabeza, brazos, tórax, abdomen y el cuello. Luego elaborará un informe con los tipos de lesiones que corroboró en la víctima, lo que servirá para determinar el grado de gravedad de las mismas y saber así si, por ejemplo, pusieron en peligro su vida.

Luego, junto a su abogado Gastón Yllera, Aznare le contó a la fiscal la tortura a la que Zavala la sometió el lunes, entre las 9 y las 15. "El horario es aproximado porque Andrea estaba tan golpeada, tan shockeada tras la agresión que, por un momento, perdió la noción. Pero ella calcula que fueron entre cinco o seis horas", le explicó el letrado a El Diario.

Narró que el hombre, que había sido su pareja el último año, la llevó en su auto hasta un descampado ubicado a las afueras de la ciudad, en el lado sureste, cerca de un camino de tierra que es usado como pista para carreras de motocross. Solo cuando la mujer le preguntó por qué conducía hasta allá, él le respondió que algo que no tenía mucho sentido, le dijo que para buscar unos hierros.

La víctima aclaró que no era la primera vez que él hacía eso. Una semana atrás hizo lo mismo, la llevó hacia otro baldío aledaño, con la excusa de dar una vuelta. "Por eso pienso que pudo haber una planificación de parte de él", señaló Yllera, para quien ya en ese inexplicable viaje anterior al descampado, el hombre tenía intenciones de matarla o, al menos, de agredirla.

En esa maratón de tortura, Zavala "la bajó de los pelos del auto, le manifestó diversas cosas, la apuñaló, la golpeó, después iba y venía, la arrastró del coche hacia afuera, después la volvió a arrastrar hasta que finalmente se fue de ahí", huyó a pie con el teléfono de ella.

Aznare relató que, en un instante hacia el final del ataque, antes de desvanecerse, pudo ver que Zavala comenzó a lesionarse con el mismo cuchillo que la apuñaló. Se hizo cortes en los brazos y abdomen. Fue lo poco que alcanzó a ver antes de desmayarse.

Cuando despertó Zavala ya no estaba, solo había quedado su Ford Focus. Se arrastró hasta el vehículo, ahí vio que su atacante había dejado su celular y llamó al 911. En la llamada, el personal policial la orientó para que se dirigiera hasta el cartel nomenclador con el kilómetro más cercano y esperara allí a la ambulancia.

"Voy a pedir que sea imputado por 'Tentativa de homicidio agravado doblemente por haber mantenido relación de pareja y femicidio', en razón de la violencia de género que ejercía sobre ella, no solo en este hecho, sino en ocasiones anteriores que ella no llegó a denunciar. Esperemos que la fiscalía nos acompañe con esta imputación", adelantó Yllera, sobre la audiencia de lectura de cargos de hoy.