Martín Ron en San Luis: la pintura no puede esperar

Martín Ron habla como pinta: hiperrealista, a lo grande y con sentimiento. El intencionado obsesivo reflexionó sobre su historia, la vida y el muralismo, al que describió como un "impulso natural".

El creador del mejor mural del mundo arribó este viernes a San Luis para dar una charla abierta y gratuita en el Salón de la Puntanidad de Terrazas del Portezuelo. El recinto estuvo repleto de artistas que disfrutaron de un "café con Ron", como bromeó el artista.

Martín nació en Caseros y es cofundador del programa "Embellecimiento Urbano” —que consiste en la intervención de los barrios del municipio de Tres de Febrero—. Además, pintó paredes de edificios, puentes y subtes en Londres, Tallin, Penang y Miami. En Argentina ilustró a referentes del país con un realismo sorprendente: hizo a Julio Cortázar, Mercedes Sosa, Carlos Tevez y Diego Maradona, entre otros.

En formato entrevista, con una interlocutora que le hacía preguntas, el artista contó sobre sus comienzos y cómo se escapaba de las clases para pintar las escenografías de los actos escolares. "Encontraba ahí mi espacio, completamente leal, para hacer arte", relató.

Egresó en 2001, en plena crisis económica, y no se animó a estudiar arte, sino que apuntó a las ciencias económicas como su madre. Fue en ese momento en el que descubrió la calle y el muralismo. "Decía: 'El arte puede esperar', pero la realidad es que no, lo que yo hacía era postergarlo", reconoció.

En confianza con el público puntano, Ron se reconoció como un obsesivo que va por las calles viendo a las paredes como potencial lienzo. "Intencionado" fue la segunda palabra más repetida por Martín durante la charla. En las piezas del pintor nada está librado al azar.

"Mis obras conviven e interactúan con el entorno en donde están pintadas. Trascienden del autor", justificó. En ocasiones nombró a los personajes, unos "NN" que saca de su entorno, como la calle donde están plasmados.

El consejo más importante que dio fue sobre cómo encontrar el estilo propio. El primer paso es trabajar a escala chica. Una vez que el resultado es el deseado, recién ahí pasa a una proporción mayor. Pero, ¿de qué forma? A través de la experimentación con los materiales, las pinturas y elementos; desde un rodillo hasta una escoba pueden ser el pincel ideal.

Organización y estrategia fueron los otros tips implícitos. Dónde disponer los elementos dentro de un mural dependerá de la dificultad que lleve cada uno y del tiempo para hacerlo.

 "¿Quién pinta y está conforme?", preguntó a la audiencia. "Nadie", fue la respuesta al unísono. La única solución para Martín es, como los niños lúdicos que pinta en los murales, jugar con la frustración y los límites.

El rol se invirtió y fue la gente la que comenzó a hacerle preguntas al artista. Las respuestas viajaron por todo un mural de emociones, técnicas, experiencias y risas. La humildad y calidez de Martín son su mejor obra de arte.