Se avecina una pulseada con las aceiteras por el diferencial

El cierre provisorio de las exportaciones de harina y aceite de soja que dispuso el gobierno nacional el domingo puede derivar en un conflicto con el sector aceitero, uno de los pocos con buena sintonía a partir de su influencia en el Consejo Agroindustrial.

Pasa que los exportadores, nucleados en las cámaras Ciara-CEC (Cámara de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales) intuyen que el próximo paso sería subir los derechos de exportación de ambos productos al 33%, con lo que se equipararían con el poroto de soja, dejando sin efecto el diferencial que disfrutan por el agregado de valor.

Ayer, tras reunirse con el presidente Alberto Fernández, el ministro de Agricultura Julián Domínguez dejó entrever que se hará realidad la suba de dos puntos en las retenciones de la harina y el aceite de soja. El argumento es que "no perjudicará al productor".

Si bien no parece un gran número, en dólares la suba no es menor. Para David Miazzo, economista jefe de la Fundación FADA, “teniendo en cuenta la suba de los precios de las últimas semanas y este incremento de derechos de exportación, el Estado podría recaudar entre 400 y 500 millones de dólares extras respecto de 2021”. Incluso, “si los actuales precios internacionales se mantienen, podría llegar a los 600 millones”, le dijo a a24.com/agro.

La harina y el aceite de soja le dejaron al país unos 19 mil millones de dólares en 2021, con una recaudación vía retenciones cercana a los 6.000 millones.

Pero las cámaras exportadoras tienen un recurso para meter presión. Según sus autoridades, una eventual suba de los derechos de exportación “pondría fin a los fideicomisos de maíz, trigo y aceite, puesto que cambia las condiciones de comercio exterior”.

Esto significaría que dejarían de aportar para subsidiar el aceite de girasol, un compromiso que acaban de renovar por un año más con el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Por ese mecanismo, nacido en 2020, la exportación pone unos 190 millones de dólares anuales a un fondo fiduciario, que luego sirve para subsidiar a los fabricantes de botellas de aceite que venden el producto a los precios convenidos en el programa de Precios Cuidados.

Y lo mismo sucedería con el fideicomiso para subsidiar los precios del trigo destinado para elaborar paquetes de harina triple cero de 1 kilo y de fideos secos de 500 gramos, que ingresan también en ese programa oficial de precios máximos. Este nuevo fideicomiso iba a ser mantenido con dinero que también aportarían los exportadores, no solo de trigo, sino también de maíz. Se estima que en total se iban a recaudar de 25 a 50 millones de dólares adicionales, aunque el Gobierno amagó con subsidiar también el costo de la bolsa de harina que llega a las panaderías, lo que podría, en caso de concretarse, multiplicar varias veces esa cifra.

Redacción / NTV