Egresaron hace 45 años de la Escuela de Policía y se reunieron para recordarlo

“Buscábamos una ocupación para poder vivir y se terminó transformando en nuestra vida", coincidieron los 14 policías retirados que se reunieron en El Diario de la República para celebrar los 45 años de su egreso como cadetes de la fuerza de seguridad, producido en diciembre de 1976.

Pasaron 45 años desde que fueron la octava promoción de la Escuela de Cadetes “Coronel Juan Pascual Pringles" y los oficiales de la Policía, ya retirados, decidieron reunirse para celebrar la ocasión rememorando anécdotas y avatares de sus días como estudiantes. "De los treinta cadetes que egresamos en diciembre de 1976 actualmente hemos quedado físicamente veintitrés, muchos del interior, y hemos decidido reencontrarnos para pasar un buen rato entre camaradas", indicó uno de los impulsores del encuentro, Gerardo Velázquez.

Los actuales policías retirados, tras egresarse e ingresar en la Policía de San Luis, realizaron carreras destacables dentro de la institución, ocupando altos rangos en el escalafón policial. "El esfuerzo y la lucha tuvieron resultados, logramos concluir con nuestra carrera policial obteniendo las máximas jerarquías y cargos policiales, además de ocupar puestos como jefe de Policía, subjefe de Policía, jefe de Departamento, jefe de Unidad Regional, jefe de Comisaría, jefe de Cuerpo y, además, cargos formativos como director de Escuela Superior y de Cadetes,  profesores y disertantes en diversas materias policiales y participaciones en congresos provinciales, nacionales e internacionales", recordó Miguel Ángel Ubieta, que supo ocupar el cargo de jefe de la Policía.

Muchos de los estudiantes que comenzaron su formación para transformarse en policías en el año 1975 llegaron a la ciudad de San Luis desde el interior de la provincia, incluso varios lo hicieron desde localidades de Mendoza que son más cercanas a la capital puntana que a la capital de su provincia. "Veníamos del interior, de Villa Mercedes, Villa de la Quebrada, La Paz (Mendoza), Quines, Naschel, Justo Daract. Llegamos con muchos sueños, el entusiasmo distintivo de la juventud y una meta, servir a la comunidad", comentó Abel Olivo Calderón, el primer comisario mayor nativo de Villa de la Quebrada.

Durante los años que los treinta jóvenes cursaron sus estudios en la Escuela de Cadetes "Juan Pascual Pringles", ubicada en aquel entonces en la calle Felipe Velázquez 471, compartieron días y horas que forjaron una camaradería que hasta hoy se sostiene.

"El contacto después de egresarnos se hizo un poco difícil, pero siempre estuvieron presentes la promoción y los compañeros en nuestras carreras", recordó Velázquez. Y agregó: "Con el advenimiento de la pandemia y ya retirados, decidimos reunirnos, además de que hemos cumplido 45 años del egreso".

Una de las cosas que los oficiales retirados destacaron es que todos los integrantes de la octava promoción formaron parte de la plana mayor de la fuerza de seguridad local."Una de las fortalezas de nuestro grupo es el valor de la humildad, de continuar con el espíritu joven y de cadete y eso ha impulsado nuestras carreras, donde todos formamos parte de una conducción", subrayó Velázquez.

Además, destacaron que durante sus funciones tuvieron la oportunidad de profesionalizar la fuerza policial, impulsando la formación académica y con un objetivo respecto de su tarea: "Antes que castigar, siempre buscamos prevenir, por eso nos formamos constantemente y también pudimos ser formadores", indicó Justo Horacio Muñoz, otro integrante de la promoción.

El espíritu de grupo, alegan, se consiguió gracias a lo compartido durante la formación. Pero hubo un hecho que signó a fuego la unión como equipo. "Fuimos los primeros campeones de San Luis de los torneos de fútbol policiales, eso formó un hermoso grupo que hoy se sostiene y que impulsa este reencuentro", dijo Jorge Eduardo Pereyra, quien además se convirtió en el primer subjefe de la Policía nativo de Quines.

"A veces no teníamos ni papel para escribir, pero nuestra vocación nos impulsó a que, lo que inicialmente era una ocupación para poder vivir, se terminara haciendo una profesión de servicio", reflexionó Víctor Garro, el más madurito del grupo, según su propio decir.