Diego Frenkel, en San Luis

Algún día, la música argentina le dará a Diego Frenkel el lugar que se merece como compositor de canciones que marcaron a una generación y que, pese al paso del tiempo y al desinterés de una parte de la industria, permanecieron en algún ideario. De la mano con eso, vendrá, posiblemente, el reconocimiento de un público más amplio.

Hasta que eso suceda, es probable que el líder de La Portuaria tenga que luchar más que alguno de sus colegas para ocupar el sitio que merece y pedirle al público de los bares donde realiza sus recitales que haga silencio mientras canta sus canciones, como sucedió en su paso por San Luis la semana pasada.

Ya en la tranquila “Bajo tu piel”, el tema que abrió los recitales en All Right y Morrison —en San Luis y Villa Mercedes—, Diego tuvo que chistar en medio de la letra a una mesa que seguía con su tertulia, ajena al esfuerzo del cantante. La continuidad de la charla, entre pizzas y cervezas, mantuvo incómodo al intérprete durante la primera mitad del show.

En el plano musical, los conciertos puntanos tuvieron dos segmentos muy bien diferenciados. En el primero, el artista desplegó parte de su veta cancionera y, solo con su guitarra, recorrió parte de su carrera más reconocida con “Nada es igual” (acaso el mejor de todos los temas que escribió), “10.000 kilómetros”, “Células” e “Imágenes paganas”, el himno de Virus que parece ser uno de los preferidos de Diego, por la cantidad de versiones grabadas que tiene.

La segunda parte estuvo dedicada a “Frenkeltronic”, el proyecto de música electrónica que consta de un disco y un espectáculo con un cuerpo de baile en vivo que no alcanzó a desarrollar por completo debido a la pandemia. Con programaciones y loops, Diego demostró en San Luis otra las virtudes de su carrera: la permanente búsqueda de cosas nuevas, de renovación.

De ese set completamente bailable e inusual para un músico que se lleva muy bien con lo acústico, se destacó la bella “Canción del atardecer” y las aproximaciones que hizo, aún en ese formato, a “Selva”, el clásico de La Portuaria.

A propósito del grupo que encabezó en los 90, Frenkel anunció en el escenario el retorno de la banda para un recital en Buenos Aires y adelantó que comenzó las negociaciones con Jorge Fernández, el promotor de espectáculos puntano, para venir en algún momento con sus compañeros de ruta.

Para reafirmar que más allá de los nuevos terrenos que explora, su fuerte está en la canción, Frenkel se despidió con “Llévame a lo hondo”, su primer hit pos-Portuaria, el grupo al que, como muchos en la escucha, siempre regresa.