Tiene 83 años y el intendente lo fue a buscar para que se vacune
El Municipio lanzó un plan para trasladar a los mayores de 60 que no se inmunizaron por falta de transporte.
Acostumbrado a coser las heridas abiertas de los campos durante toda su vida, a sus ochenta y tres años a Marcos Aguilera le tocó cercar su salud. El hombre, que se dedicó durante décadas a dos oficios muy sacrificados como el de alambrador y el de hachero, fue solo una de las miles de personas que ayer se inmunizaron contra el coronavirus en Villa Mercedes. Pero a diferencia del resto, a él lo fue a buscar hasta su casa el propio intendente de la ciudad, Maximiliano Frontera, para llevarlo hasta el vacunatorio montado en la Universidad Provincial de Oficios (UPrO).
Es que con ese gesto, el Municipio le dio comienzo a un plan para ayudar a que los adultos mayores que aún no se vacunaron puedan acceder a las dosis que servirán de escudo contra el feroz virus. Para eso, realizan relevamientos en diferentes zonas de la localidad, a través de los rastrillajes que lleva a cabo el Ministerio de Salud y de los censos que hace el personal del programa Juventud de la Comuna en las salidas del programa “La Muni en tu Barrio”.
Al principio, la idea era que el equipo ayudara a los ancianos a completar la inscripción en la página web del Gobierno. Pero como ahora los que tienen más de sesenta años pueden asistir sin necesidad de contar con turno previo, el foco está puesto en detectar y resolver los problemas que tienen para acercarse hasta el predio que mira hacia la calle Bélgica.
“De esa forma nos encontramos con Marcos, que vive en la calle Suipacha extremo sur del barrio Güemes y que no tenía los medios para poder venir hasta la universidad. Lo fuimos a buscar y fuimos recibidos por el rector Joaquín Surroca y toda la comitiva de Salud”, contó Frontera.
El mandatario hizo el recorrido en su propio vehículo y llegó unos minutos antes de las 10 de la mañana al centro de vacunación. Del auto bajó Aguilera, con boina para protegerse del frío y con tapabocas para cuidarse de la COVID-19. Lo acompañó su esposa, Iris Ponce, quien ya estaba inmunizada.
Los agentes sanitarios lo designaron rápidamente a la fila de asientos que está reservada para los adultos mayores, las embarazadas y las personas con discapacidad, todos los sectores que no requieren de cita previa para asistir. No pasaron más de cinco minutos desde que había ingresado y presentado sus datos, y Marcos ya tenía colocado el primer componente de la Sputnik V.
Aunque es hombre de pocas palabras, le contó a El Diario que se sorprendió de que sea el intendente quien lo haya transportado, y aseguró que el pinchazo no le dolió para nada. "Al principio no quería vacunarme, pero ahora sí. Ando muy bien de salud, gracias a Dios, así que estoy tranquilo, dijo.
Para su esposa, que es veinte años menor, es un alivio que él tenga una mayor protección. "Yo estuve contagiada y hubo unos días en que la pasé mal. Él es grande y era un riesgo, así que va a estar mejor ahora", expresó la mujer.
El plan del Municipio es encontrar más casos como el de Marcos, sobre todo en los barrios más periféricos que están más alejados de las instalaciones de la UPrO. Los trasladarán en autos o en vehículos más grandes en base a la cantidad que sean, aunque reconocen que no hay muchas personas de esa edad que todavía no se hayan colocado al menos la primera dosis.
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