16°SAN LUIS - Sabado 27 de Abril de 2024

16°SAN LUIS - Sabado 27 de Abril de 2024

EN VIVO

"En Argentina tenemos una democracia que hay que valorar"

Es nieta del exintendente de Quines Senen Lima e hija del militante peronista Raúl Lima, ambos detenidos en septiembre de 1976.

Por redacción
| 24 de marzo de 2021
Segura. Karina aconseja a las nuevas generaciones leer el libro "Nunca más" para entender qué fue la dictadura. Foto: Alejandro Lorda.

Se presenta como hija y nieta de presos políticos, pero a medida que avanza su relato confiesa que ella misma estuvo detenida cuando tenía 2 años: "En el año 1978, a la semana de recuperar la libertad mi padre, íbamos juntos por la calle 25 de Mayo de nuestro pueblo, camino a la casa de mis abuelos paternos, cuando dos personas de civil nos abordan y nos meten en un automóvil para llevarnos a los dos hasta la comisaría local. Allí lo interrogan y le hacen una amenaza de que algo me iba a pasar a mí si él seguía haciéndose el 'vivito'". Quien habla es Karina Alejandra Lima (44 años), hija de Raúl Edgardo y nieta de Senen Lima, dos militantes peronistas con distinta trayectoria en la política de San Luis y víctimas de la dictadura cívico-militar del "proceso de reorganización nacional", iniciada con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, del que hoy se cumplen 45 años.

 

Su abuelo fue diputado provincial (1973-1976) y llegó a ser gobernador interino durante 35 días en 1975. Años antes, en las elecciones celebradas durante 1963, había sido elegido intendente de Quines por el voto popular, pero no pudo asumir debido a la proscripción que sufrían los candidatos del peronismo. Luego de la vuelta de la democracia —en 1987— fue nuevamente electo intendente de esa localidad y ocupó el cargo hasta 1991. Pero en septiembre de 1976 había estado detenido en su casa de Quines y luego lo llevaron hasta la Penitenciaría provincial.

 

Su padre, en tanto, fue un reconocido militante peronista y llegó a trabajar como colaborador de Senen. Fue detenido por la dictadura el 7 de septiembre de 1976, a los dos días fue alojado en la Penitenciaría hasta el 4 de diciembre. Después lo trasladaron a la Unidad Regional 9 de La Plata (Buenos Aires) y allí estuvo hasta octubre de 1978, cuando recuperó su "libertad vigilada" y pudo volver a Quines para vivir con su esposa, Norma Lilian Carrizo, y su primera hija, Karina, quien había nacido el 16 de diciembre de 1976.

 

 

Patotas en la casa

 

Ella no había nacido cuando su casa familiar y la de sus abuelos fueron víctimas de dos sorpresivos y cinematográficos allanamientos realizados por las fuerzas de seguridad en Quines, para llevarse detenido a su padre. Pero Karina cuenta lo que su madre y sus familiares le relataron de aquella terrible jornada: "Me contaron que camiones del Ejército rodearon las dos casas, y a mi mamá, quien estaba embarazada de mí, de seis meses, la metieron adentro de uno de esos vehículos con la intención de llevársela detenida si mi padre no aparecía. Allanaron toda la casa, hicieron lo que quisieron y como era vieja y tenía algunas baldosas sueltas, mi madre me contaba que creían que teníamos algo escondido. Terminaron de romper todo buscando no sé qué. Se llevaron libros y cartas que mi padre guardaba porque es un apasionado del peronismo. A mi madre la tuvieron retenida unas horas y después de forcejeos, gritos y mucha tensión la dejaron, porque, a la vez, estaban allanando la casa de mis abuelos, de donde finalmente se llevaron detenido a mi padre".

 

El matrimonio de Raúl y Norma continuó como pudo y aunque tuvieron cinco hijos más, se tuvieron que ir a vivir unos años a Córdoba. "Fue una época muy dura porque entre otras cosas mi padre no podía ni trabajar acá", recuerda Karina. Esas duras vivencias familiares recién pudieron ser internalizadas por ella cuando entró a la adolescencia. "En mi casa no se hablaba de nada de lo que había pasado durante la dictadura. No entendía por qué nos habíamos ido a vivir a Córdoba ni por qué volvimos a San Luis", contó.

 

Una vez, durante una charla que mantuvo con su padre, él dijo algo y le mostró en la espalda marcas de las torturas que sufrió en La Plata. "Me contó que lo tenían encerrado en un espacio muy pequeño donde no podían ni estar parados y ahí mismo tenían que hacer sus necesidades. Que cada tanto lo sacaban para interrogarlo y torturarlo". También dijo que de esa época no tiene fotos familiares: "Solo encontré una de cuando nací, otra de cuando terminé el jardín de infantes en Quines (a los 5 años) y algunas de cuando estuvimos en Córdoba, por amigos de mis padres que las fueron guardando".

 

 

La revelación del "Nunca más"

 

Hasta que un día Karina tuvo en sus manos el libro "Nunca más" y eso fue toda una revelación para ella: "Leerlo fue un shock. Ahí empecé a entender lo que había pasado. Porque una cosa es que te cuenten que tu papá estuvo preso y otra cosa es que te digan por qué, todo lo que le pasó a él y a muchas otras personas que estaban detenidas con él. Leer su nombre en una de las páginas de ese libro fue estremecedor".

 

Karina contó que después entendió por qué hubo tantos problemas en su familia: "Uno de esos motivos fue que mi padre seguía militando en política y eso para mi madre era muy difícil de tolerar, sobre todo después de haber sufrido la dictadura. Mi madre siempre fue peronista, pero no militaba por el miedo que le había quedado de esa época. Y aunque mi padre fue detenido y torturado, mi madre también sufrió mucho y lo mismo pasó con las dos familias".

 

También al leer ese libro descubrió lo que les hacían a las mujeres embarazadas que detenían y entonces dijo: "Me imagino el miedo de mi madre, quien estaba embarazada de mí y estuvo a punto de ser detenida. Incluso que yo quizás hubiera podido nacer en cautiverio y ser dada a otra familia".

 

A pesar de todo lo vivido, Karina pudo conformar una familia y con Cristian, su esposo, tuvieron dos hijos. A partir de la Ley 25.914, sancionada en 2004, fue reconocida como hija de personas que fueron privadas de la libertad y también por haber sido ella misma víctima directa de la dictadura cívico-militar. Por eso, quiso dejar un mensaje para que las nuevas generaciones entiendan qué significa el Día de la Memoria: "Primero los invito a leer el libro 'Nunca más', porque de ahí van a sacar muchas conclusiones y a entender lo que pasó en Argentina en ese tiempo. También conocerán el daño colateral que causó en todas las familias que perdieron a sus hijos, abuelos, nietos, padres y madres. Por ejemplo, uno de esos daños que generó en mi familia fue que mis padres se terminaron separando".

 

"Todavía me duele cuando veo que alguien escribe o dice 'que vuelvan los militares', porque no saben o repiten lo que otros dicen sin saber lo que hay detrás de esa frase. Hay mucho dolor y mucha sangre. Eso no puede volver a pasar", afirma Karina.

 

"Tenemos una democracia en la Argentina que hay que valorar y cuidar —afirma—. Este derecho que tenemos hoy de salir a las calles y hablar libremente de lo que se quiera antes no existía. Por eso yo valoro que tengamos un país democrático y que recordemos también todo lo que pasaron esas personas, porque quizás fueron por causas que hoy nos contemplan a todos".

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo