SAN LUIS - Sabado 04 de Mayo de 2024

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Producen pejerreyes para sembrar los diques

El proyecto inició en noviembre de 2020. Ahora esperan que las 25 mil larvas obtenidas engorden, es probable que en siete meses pasen a formar parte de los espejos de agua.

Por María José Rodríguez
| 21 de noviembre de 2021
Natural. El agua que ingresa a las piletas es del dique Antonio Esteban Agüero.

Resembrar peces en los diques de San Luis permitirá aumentar la diversidad de sus ecosistemas. “Lo que buscamos es que la salud de los embalses sea la adecuada y tengan todas las especies que deben tener para lograr un mejor equilibrio. Este proyecto a largo plazo permitirá la pesca para el turismo y la comercialización”, dijo María Julia Veinticinco, subgerenta de Piscicultura de San Luis Agua, encargada de la estación de Río Grande, en la que junto a su equipo logró multiplicar, en tiempo récord, gran cantidad de pejerreyes: de 200 reproductores, obtuvieron 25 mil larvas que ahora deben crecer.

 

El verde de la zona en la que está emplazado el edificio, el azul de las piletas y el ruido del agua que cae generan un clima totalmente agradable y apacible. Además, cada espacio de trabajo está limpio y ordenado. Los primeros pasos que dio el proyecto, en noviembre de 2020, fueron encaminados a la puesta a punto de las instalaciones, que estaban muy abandonadas y deterioradas, pero fueron reinauguradas en marzo de este año tras una fuerte inversión.

 

Mientras tanto, el grupo de trabajo se ocupó de visitar otras estaciones que sirvieran de ejemplo. “Fuimos a la de Chascomús, que es pionera en la Argentina, pero las condiciones del agua son muy diferentes. Después visitamos la de Embalse Río Tercero, en Córdoba, y decidimos tomar el mismo camino que ellos porque el agua es dulce como la de San Luis. Las piletas se abastecen del fondo del dique Antonio Esteban Agüero”, contó Veinticinco.

 

 

San Luis firmó un convenio de cooperación con la Estación de Piscicultura de Embalse Río Tercero y recibió 200 reproductores.

 

 

La funcionaria indicó que firmaron un convenio de cooperación para recibir 200 ejemplares, reproductores machos y hembras. “Esto nos permitió acortar plazos, el pejerrey es de crecimiento lento, son muy sensibles a los cambios de temperatura y de oxígeno en el agua. No son como la trucha, que en 4 ó 5 meses llega a pesar medio kilo”, afirmó.

 

Los peces que desovaron en estos últimos meses se adaptaron muy bien a las condiciones ambientales y climáticas de Río Grande, que son similares a las de Embalse. “La época de puesta de huevos inicia en septiembre y puede durar hasta diciembre. Tienen dos picos anuales, el otro es entre marzo y abril”, especificó Veinticinco.

 

El cardumen está conformado por peces de diferentes edades: los alevines, que tienen alrededor de 7 u 8 meses; los juveniles, que varían entre 1 y 2 años; y los reproductores, que ya cumplieron entre 4 y 5 años. “Para lograr una mejor gestación ponemos una misma proporción de machos y hembras. En este momento tenemos larvas de huevos eclosionados de los primeros desoves que fueron en septiembre. Están en plena etapa de engorde, son apenas perceptibles al ojo y miden aproximadamente un centímetro”, indicó la especialista.

 

Dentro del predio hay diez piletas circulares de 6 mil metros cúbicos cada una, y dos rectangulares de 70 mil litros. En todas hay un sistema de tapas de red de mediasombra que sirve para evitar que las aves se metan a comer los peces. “Anduvimos muy bien con la tasa de fecundación y nacimiento así que hay, fácil, más de 25 mil larvas. El control que se lleva de ellas es bien detallista. Desde el minuto cero, a través de un microscopio analizamos el desarrollo de los órganos, por ejemplo. Con los más grandes, cada veinte días un biólogo los mide y los pesa. Por estos días cortamos con estas actividades para no estresarlos porque están en época de desove”, aseguró la ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente.

 

La tasa de fecundidad está por encima del 75%, en la estadística están incluidos los huevos que pusieron, los incubados y los nacidos. “Puede haber algunos que se quedan o no están fecundados. Pero la mayoría nació, así que es gratificante que después de tanto esfuerzo hayan salido adelante”, expresó, y añadió que “ahora estamos esperando que los alevines o larvas engorden, es muy probable que en alrededor de seis o siete meses podamos empezar a sembrar en algunos diques, aún no tenemos definido en cuáles. Pero este es un trabajo que tenemos que hacer junto con la Secretaría de Medio Ambiente. Seguramente cuando los pongamos en su hábitat declararemos un tiempo de veda, entre otras medidas”, aseveró la funcionaria, quien afirmó que es muy importante darles un tiempo de adaptación y crecimiento.

 

 

 

El alimento que reciben los peces puede ser artificial o natural. “El agua del dique trae plancton, que es muy rico; contiene fitoplancton, que son las algas; y zooplancton que son aquellos microorganismos que imperceptibles. Pero además suplementamos la alimentación, es muy poco lo que usamos y está especialmente elaborado para pejerrey de acuerdo al estadio que atraviesan; por ejemplo, los reproductores tienen una dieta diferente a la de los juveniles”, aclaró.

 

Para trasladar a los pejerreyes a su nuevo hábitat tomarán muestras de agua, harán pruebas e irán de a poco. El proyecto incluye un registro de datos, por eso dentro de la estación de piscicultura habrá investigadores y profesionales de diferentes instituciones que aportarán sus conocimientos. “Por ahora vamos a especializarnos en la cría y vincularnos con otros establecimientos nos permitirá analizar la posibilidad de optimizar todo el sistema de diques de la provincia”, explicó Veinticinco, y añadió que “existe la posibilidad de que no en todos los diques se adapte el pejerrey, entonces estudiaremos y caracterizaremos los espejos de agua para ver qué pasos vamos a seguir. Haremos una cría mucho más intensiva para tener un desarrollo comercial y para consumo de la especie en un futuro”.

 

Para realizar el monitoreo continuo de los parámetros, San Luis Agua trazó vínculos con la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, y con la de Física y Matemática de la UNSL. “Cada uno puede aportar lo suyo, por ejemplo podremos detectar cuáles son los puntos críticos que tenemos en todo el año, ya que el ritmo de vida de los peces varía en cada estación”, aseveró la ingeniera, y agregó que “además los estudiantes de diferentes carreras y analistas pueden aportar estudios. Es importante vincularnos con las facultades porque son las que están en condiciones de proveer de datos importantes”.

 

 

El ciclo de vida

 

Reproductivamente, el mejor período del pejerrey ronda entre los cuatro y los cinco años, aunque puede extenderse hasta los seis o los siete. En promedio viven entre diez y catorce años”, indicó Veinticinco.

 

A simple vista los machos son más estilizados, las hembras se distinguen porque son un poco más gorditas y en plena época de reproducción se les nota la parte de la panza llena de huevitos. “Es un racimo de uvas muy chiquitito y frágil y los mantiene unidos una especie de membrana. Nuestro trabajo es muy artesanal cuando sacamos los huevos, los hidratamos y luego los separamos uno por uno. Si la hembra está bien de salud puede llegar a poner hasta 50 mil por temporada. Nos sorprendió gratamente tener en este momento dos piletas con larvas alimentándose  y engordando”, afirmó la funcionaria de San Luis Agua.

 

Luego de separar los huevos, los colocan en copas de incubación que tienen un ingreso suave y constante de agua, ese movimiento hace que no se aglutinen e impide que se formen hongos. Los seres vivos pueden ser susceptibles a diferentes parásitos. Allí permanecen entre diez y catorce días, dependiendo de la temperatura del agua”, explicó, y añadió que “cuando empiezan a desarrollarse se les notan dos puntos negros, que son los ojitos, una vez que eclosionan salen las larvas, también diminutas. Después pasan a una cuba en la que pueden estar hasta dos días sin comer y una vez que transcurre ese tiempo, trasladamos las larvas a una pileta para que empiecen a alimentarse y engordar, y sigan el proceso de linaje y engorde”.

 

María Julia contó que quedó asombrada por la gran capacidad productiva con la que cuentan en el predio. “En las piletas podemos hacer cada estadío por separado y producir más de lo que estamos haciendo. Era un desafío controlar lo que ya tenemos y hacer un seguimiento, así que probablemente incorporemos más cantidad y también probaremos con otras especies”, adelantó.

 

“Vamos a ver cómo nos encaminamos, estamos analizando la posibilidad de hacer truchas para abastecer a la población  local. Uno no está acostumbrado a comer pescado, pero es un alimento que aporta proteínas y es un tipo de carne más saludable que otras. Estamos analizando la opción de instalar tres estaciones más, repartidas en todo el territorio, en las que podrían producir hasta pacú”, aseveró.

 

El equipo que cuida cada proceso está liderado por Lucas Pérez, que vive en la estación y hace el control de crecimiento, la limpieza y el mantenimiento en las piletas; y además observa y trabaja en la separación. Quienes también realizan esas tareas son Julio Vidal, Alexander Pérez, Jair Bordón y Fernando Coria.

 

 

Actividad turística y económica

 

El mundo entero fue muy castigado por la pandemia y ahora es momento  de favorecer el turismo, por eso el proyecto de resembrar los diques incluye la iniciativa de atraer a los amantes de la pesca. “Hay que aprovechar que la provincia es pionera en cantidad de espejos de agua. La piscicultura es una rama de la acuicultura, que es el cultivo de peces y hace mucho tiempo que se desarrolla en todo el mundo para abastecer el consumo. En ella se centran las actividades, los conocimientos y las técnicas de cría de especies animales y vegetales, pero siempre en un medio acuático, la acuaponia es otra rama de esta actividad”, explicó Veinticinco haciendo referencia a otro de los proyectos del sistema productivo que llevan adelante en los Viveros Productivos de Cruz de Piedra.

 

“En un futuro buscamos que ese sistema se implemente en esta estación. La idea es tener camas de producción acá para reutilizar el agua y obtener hortalizas para autoconsumo. Me gusta trabajar en pos del desarrollo de especies y de la protección del medio ambiente”, aseguró la profesional.

 

La ingeniera recordó que al inicio del proyecto tenía un poco de incertidumbre: “Antes, esta era una estación de truchas y tuvimos que adaptar mucho la infraestructura para poder lograr pejerreyes. Entonces, cuando me preguntaban ¿se puede?, yo dije que sí. A partir de allí arrancamos, le dimos siempre para adelante y ahora percibir todo lo que logramos en tan poco tiempo es un orgullo. Sentir que ya tenemos cortes o camadas de larvas que están engordando y que van a ser parte del futuro repoblamiento de los diques de la provincia es totalmente gratificante, esto significa que todo está funcionando, estamos encaminados, se siente una satisfacción personal muy grande, siempre gracias a que tenemos a alguien que nos deja desarrollar las ideas locas que tenemos y podemos trabajar tranquilos”, concluyó.

 

Para reforzar este sentimiento, hace unas semanas Walter Urquiza, encargado de la Estación de Piscicultura de Embalse, les dijo: “Encontrar la planta en el nivel que se encuentra, la posiciona dentro de los primeros lugares de nuestro país”. Otro motivo de orgullo.

 

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