Frida Kahlo, el dolor y la rebeldía de una artista transgresora

La vida de la pintora mexicana Frida Kahlo caló hondo en los círculos feministas. Es que a pesar de que ella nunca se pronunció como tal, muchas de sus actitudes y su ruptura con los estereotipos de femineidad de aquella época fueron tomados como ejemplo de su valor y rebeldía ante el sistema patriarcal.

A 113 años del nacimiento de la artista —6 de julio de 1907—, la licenciada en Arte y Gestión Cultural, Romina Mateos, hizo un repaso por la vida de Frida, su pensamiento, su arte y la relación con su esposo Diego Rivera.

“Frida es una de mis artistas favoritas. Tengo una copia de su diario íntimo y por lo que leí en él, ella no se autodenominaba feminista, quizá era un término muy moderno para la época. Frida era una persona con un pensamiento bastante abierto. Incluso tenía muchas reacciones que en ese momento eran mal vistas. Vestía pantalones, a veces se ponía corbatas y chalecos, muy diferente al ‘deber ser’ al que se sometían el resto de sus congéneres. Todo el mundo la conoce como la Frida que se vestía con los trajes de tehuana, que son los trajes del folclore mexicano, pero también tuvo esa parte en la que desafiaba un poco los esquemas patriarcales y usaba ropa de hombre. En un momento también se cortó el pelo y para mí esos son pequeños signos de que ella, de cierta manera, tenía en claro esta cuestión de la no sumisión de la mujer ante ciertos estereotipos”, explicó.

Mateos manifestó que en el diario de la artista “hay muchos poemas y bocetos, pero en ninguna parte hace una manifestación explícita de ser feminista porque tampoco en el México de ese momento se hablaba de eso, pero sí se sabe que era transgresora, tuvo relaciones bisexuales y una actitud desafiante ante los modelos sociales que se le imponían a las mujeres”.

“Otro punto en el que yo creo que se ve esta cuestión es en que ella siempre tuvo con las mujeres de su entorno un vínculo muy sano y de empatía, con sus hermanas, colegas e incluso con las mujeres que habían salido con su marido, que aunque a ella le causaba mucho dolor, nunca tuvo una actitud de violencia hacia ellas. Eso es algo que el feminismo promulga, este vínculo de sororidad”, agregó.

Así, aunque no lo haya expresado explícitamente, por su forma de ver el mundo “creo que ella era feminista. Y creo que en su pintura se ve un poco”, afirmó.

Con respecto a su obra, Mateos explicó que "es autobiográfica, ella cuenta lo que le pasa, incluso empieza a pintar porque luego del accidente que tuvo queda en reposo y encuentra en la pintura una especie de asilo. Habla de su vida y de todo lo que la atraviesa, de sus raíces, de lo mexicano que eso es algo que siempre refuerza, su identidad. En ese momento había una idea de la mujer que marcaba cómo se tenía que vestir, que debía ser blanca y ella se rebela contra eso, es lo que se ve en las pinturas. No se saca el vello de los labios ni se depila el entrecejo, esa es una actitud de resistencia frente al modelo de mujer hegemónico. Ella se muestra como es y lo hace a conciencia”.

Frida y Diego

"Tenían una relación conflictiva, principalmente porque él tenía amoríos y era muy inestable, iban y venían. Eso es lo que a ella le causaba más dolor. Se casaron, divorciaron y se volvieron a casar. Ella siempre le dedicó, no solo pinturas, sino también poemas enteros donde decía que él era amante, esposo y amigo, para ella era pintor y en un momento dice que es universo", expresó Mateos.

"Sin embargo, Diego ejercía una actitud de protagonista, del hombre que se pone por delante de la mujer, porque él era conocido, pintaba unos murales enormes y muchos de los cuadros de ella eran muy pequeños de 25 o 30 centímetros en algunos casos, Pero la técnica era igual o mejor que la de él, no había diferencia, y aunque en vida vende muchas de sus obras, se hace conocida tiempo después", indicó.

Todo el sufrimiento físico y emocional por el que tuvo que transitar pudo canalizarlo a través de sus pinturas, que muchos años después lograron el reconocimiento mundial. "Ella es una de mis artistas favoritas, no solo por su obra, sino por todas estas pequeñas cosas que hacía. Frida era una resistencia al modelo de mujer que la sociedad le imponía, una resistencia a las formas y pese a su invalidez física supo enfrentarse a todas estas condiciones y dejar una huella", sintetizó.