Mesa de género, la mirada en perspectiva
Doce mujeres integran desde hoy este grupo de la redacción de El Diario de la República.
Un día el fútbol femenino resultó ser un hecho noticioso. La redacción comenzó a debatir respecto de lo que representa, sus desigualdades, sus implicancias y su alcance.
El fútbol femenino se transformó en un hecho noticioso porque las mujeres de la Redacción explicaron lo que representa, lo que implica y por qué debía estar reflejado en las páginas de El Diario de la República.
Lo que fueron charlas con opiniones se proyectaron en análisis y de a poco quienes alzaron la voz sentaron las bases para comprender que el fútbol femenino resultaba ser un hecho noticioso. Hubo choques, miradas disímiles, indulgentes y en contrapartida hubo argumentos, datos y nombres.
Las voces se formalizaron y lo que era un grupo de opinión hizo que los temas se fueran ampliando y se debatieran como es debido: con todas las aristas y con todos los elementos. Y así... finalmente llegó lo que en otras redacciones recibe el nombre de editora de género y desde hoy en El Diario de la República se denomina "Mesa de Género". Un grupo de doce mujeres, de diferentes secciones, que buscarán coordinar y aportar al trabajo que la redacción hace para que la perspectiva de género no sea solo un "temas de mujeres" y sí atraviese a todas sus publicaciones.
Este equipo de trabajo —que promueve la horizontalidad como una característica del feminismo— debatirá los temas que se publicarán luego en su sección correspondiente. Se trata de profesionales que buscan la especialización permanente, que promoverán que enfoques con perspectiva de género y las buenas prácticas se extiendan a todas y todos los redactores y las pongan en práctica en sus textos.
Más allá del día a día, la Mesa de Género repensará y ampliará las coberturas sobre la violencia machista, los derechos sexuales y reproductivos, los cuidados o las diferentes discriminaciones que sufren las mujeres.
Y así fue como una noche de verano en Villa Mercedes se jugó un clásico a cancha llena, a puro deporte con banderas y cánticos. Y nadie se preguntó si era necesario que fuera noticia, ya que muchos buscaron en los medios el resultado y las apreciaciones. Ese día, también, algunas personas sonrieron y, sin haber pateado una pelota, se dieron cuenta de que los goles más hermosos se hacen en los partidos más complejos.


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