Cedió parte de su campo para que estudien el bosque nativo

Es una decisión que contrasta. Mientras muchos productores buscan sacarle el mayor provecho a cada pedacito de sus suelos, Norberto Perassi, un ganadero de Justo Daract, cedió una porción de su campo para armar una reserva ecológica e intentar restaurar el bosque nativo de la zona. Además, les abrió las tranqueras del predio a los estudiantes y profesores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) para que puedan realizar allí sus prácticas e investigaciones.

Aunque ya empezó con las primeras plantaciones hace unos meses, ayer el hombre concretó una parte que considera fundamental para su proyecto: la firma de un convenio de cooperación con la casa de estudios.

"El lugar está para que se investigue, que se nutra de conocimientos y que vaya la gente idónea. Para mí es un honor poder ofrecer mis tierras", expresó el hombre de 58 años que nació en Coronel Moldes, provincia de Córdoba, pero que habita en la ciudad del tango desde la infancia.

En una de las salas de reuniones de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA), lo que iba a ser una acto protocolar se convirtió en un encuentro emotivo. Porque a Perassi lo acompañaron su esposa Patricia y sus hijas Paloma, Ana Caterina y Bianca María, en una muestra del significado de la iniciativa para la familia. Los recibió el vicedecano Waldo Sanjurjo, quien valoró el gesto: "Es algo muy beneficioso que podamos vincularnos con alguien que ha puesto a entera disposición su campo para que podamos hacer distintos proyectos y que los investigadores puedan aplicar sus conocimientos y generar nuevos. Pero que, a su vez, permite que los estudiantes puedan observar situaciones reales, algo que es esencial para su formación de grado", dijo el directivo.

Para el productor, el acuerdo tuvo un impacto personal muy grande. "Es un momento muy importante en mi vida, es como cumplir un sueño porque siempre defendí al bosque nativo, incluso en momentos en que el hombre  rural tenía la idea de deforestar", expresó con la voz entrecortada.

Las tierras, que llevan por nombre "El Amanecer", han pertenecido a su familia desde 1883. En la porción que heredó, se dedica a la cría de hacienda y a la agricultura, pero siempre bajo el rótulo de "producción ecológica".

El espacio que cedió representa el 12% de su establecimiento. Son 64 hectáreas de las 540 que tiene la superficie total. En una mitad (32) ya emprendió la plantación de cientos de árboles, arbustos y flores de unas 40 especies que son autóctonas y que corresponden a lo que se conoce como el caldenal. Mientras que en la otra mitad dejará que la naturaleza se reproduzca libremente, sin intervenir de ninguna manera.

La estancia está ubicada a unos 12 kilómetros de Justo Daract, sobre la ruta provincial Nº 14, y de ahora en más tendrá las puertas abiertas para quienes quieran visitar la reserva y conocer la flora puntana. Con el convenio, los estudiantes de Agronomía y otras carreras podrán hacer sus tesis y pasantías. Asimismo, el propietario explicó que quiere que las escuelas aprovechen las instalaciones para hacer jornadas didácticas y que los niños entren en contacto con la naturaleza.

Como símbolo del acuerdo, le regaló a la UNSL dos plantas que fueron reproducidas en el predio que empieza a florecer.