Un acusado que le escapaba a los flashes

Hubo tres audiencias en el Tribunal Oral Federal de San Luis para definir la suerte de los cuatro acusados de transportar el mayor cargamento de marihuana secuestrado en la historia de San Luis por una investigación iniciada aquí. Y en las tres ocasiones, Sergio Darío "Checho" Nuarte Morales se mostró esquivo a los flashes de los fotógrafos.

 "Checho" fue condenado como organizador de ese hecho delictivo sin precedentes para la Justicia Federal de San Luis. Para un trabajador de prensa, su cara era la más buscada. Eso es indiscutible, casi tanto como la implicación de Nuarte Morales, interceptado junto a sus cómplices con casi tres toneladas de droga que iban sin camuflar  ni tapar, en el acoplado de un camión que contrató. 

Por la forma en la que estaban ubicados en la sala, "Checho" halló durante las audiencias la forma de quedar bien oculto tras su defensor, Aldo Giuliani. Cada vez que el fotógrafo gatillaba, él se movía a la derecha o a la izquierda, de acuerdo a cómo lo apuntaba el lente, y giraba o bajaba el rostro. 

Pero el acusado, que es reincidente y que admitió su responsabilidad ante el tribunal, sostuvo la resistencia a la cámara inclusive cuando ya había escuchado la condena a 12 años de cárcel. 

El fotógrafo, insistente también, quiso lograr la mejor toma, captándolo de frente, junto a los otros condenados. Y esperó, con paciencia, a que los subieran al móvil que los llevaría al Servicio Penitenciario. 
Cuando lo vio, "Checho" explotó. "¿Tanto te gusta la marihuana, tanta foto tenés que sacar?", le gritó al fotógrafo. 

Antes de escuchar el veredicto, había dado cuenta de su aversión a la prensa, a quien culpó, de algún modo, por las consecuencias de su conducta. Dijo que la Policía y los medios convirtieron su apellido en sinónimo de delincuencia, y que por eso, uno de sus hijos no es invitado a cumpleaños y deberá cambiarlo de escuela. Y refirió que otro, Samuel Nuarte, es un inocente preso por ese estigma. Está procesado por un homicidio.