Luis Rezzano se despide de los escenarios

Luis Rezzano es el nombre del teatro puntano. Fue fundador del Teatro Independiente de San Luis con el que dirigió y actuó en destacadas obras. Uno de sus papeles más importantes fue en “Cartas de amor”, la pieza que significó el desafío de presentar el teatro leído en la provincia. Hoy el actor le dirá adiós a los escenarios después de setenta y tres años de amor infinito por su arte preferido, justamente con esa obra que tanta satisfacción le dio.

Con noventa años, Luis se siente satisfecho por haber contribuido a la cultura de la provincia a través de la creación de su compañía, a principios de los '70. Eso representó la formación de grupos para que “las chicas y chicos, ahora señoras y señores, interpretaran las distintas obras y se aunaran”, contó el teatrero.

La función final será hoy a las 21 en la sala "Berta Vidal de Ba

ttini" y Luis tendrá como compañera de elenco a Daniela Jameson, quien será también la directora de la única función del adiós. "Es un honor trabajar con él", dijo la también cantante, que vuelve a la actuación luego de 15 años.

Luego de la creación de su grupo, Rezzano actuó en obras como “Delito en la isla de las cabras”, “La chica del adiós”, “Antígona”, “Papá querido”, “La coronación y la inundación”, a las que describió como puestas en escena tradicionales, aunque “la escenografía puede haber sido más o menos importante de acuerdo al tema de la obra como fue ‘El cuarto de Verónica’, que tuvo luces que se prendían y apagaban y una estructura de madera", recordó el artista, que dijo —con notable memoria— que en otras obras como "Historia del zoo" había un banco de plaza como única escenografía.

Para este proverbial actor, su participación en “Cartas de amor” fue la culminación y la presentación en San Luis de una forma de hacer teatro, que es el teatro leído. "Prácticamente nadie lo había hecho y para todos fue una grata sorpresa, según los comentarios posteriores a la obra. No se imaginaban que se podía llegar al público de una forma tan directa”, aseguró y lo comparó con el antiguo radioteatro.

“La expresión de los sentimientos en cada frase la tenés que dar en la voz, no en los movimientos, y eso te exige un mayor desarrollo de la parte vocal”, dijo.

Luis se mantuvo cerca de los escenarios todo lo que pudo: en los últimos años fue director del Taller de Teatro de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de San Luis y se desempeñó como jurado en varios festivales. Entre sus últimas producciones presentó "La potestad", de Eduardo Pavlovsky y a pesar de que dio todo su amor a las tablas, asegura que posiblemente le quedó pendiente hacer un clásico de Shakespeare.

“Aunque para el teatro independiente es muy difícil. Se necesita una puesta y una calidad de actores que no tienen que ser amateurs, deben ser profesionales. Yo puedo decir que con la variedad de obras que he hecho en todos estos años ha cubierto todas mis expectativas”, expresó.

En su extensa carrera recibió premios y fue reconocido por el Instituto Nacional del Teatro por su Trayectoria Provincial y Regional. Esta noche, cuando Luis deje los escenarios será como dejar la casa paterna e irse a vivir solo. “Hay una extrañeza. Con setenta y tres años de hacer teatro, desde los 17 a los 90, la despedida es como toda despedida, trae cierta nostalgia, cierto grado de tristeza pero de satisfacción por lo que se hizo”.