El poder del cerebro y las emociones en el cierre de año de InSerTar

Con la sala del teatro Molino Fénix completamente llena, cerró el ciclo de encuentros InSerTar de manera exitosa y con la promesa de continuidad, según adelantó el gobernador Alberto Rodríguez Saá que participó de la jornada y de la entrega de certificados. El broche de oro se lo dio el reconocido especialista en neurociencia Facundo Manes, que estuvo acompañado en el escenario por Alejandro Fantino, quien regresó esta vez como moderador, en una enriquecedora charla sobre inteligencia social.

InSerTar fue organizado durante este año por el Gobierno de la Provincia a través de la Secretaría General y el Molino Fénix. Tuvo seis encuentros que dejaron más de dos mil asistentes y treinta proyectos sobre innovación y motivación presentados por estudiantes, emprendedores y vecinos.

“Los jóvenes deben insertarse y participar, es necesario que tomen el poder”, Alberto Rodríguez Saá. 

 

“Han creado un nuevo centro, una usina de ideas. Es un camino hermoso, mi elogio para los participantes, un agradecimiento, pero mucho más valioso para los que asistieron y no nos conocían, porque además de los sueños depositaron la confianza. Esa confianza que ahora tenemos que retribuir por este camino”, expresó Alberto antes de la entrega de certificados.

La directora del complejo cultural Anabela Lucero destacó que el encuentro dejó resultados "más que positivos". “El ciclo nos dejó muchas enseñanzas. Recibimos consejos e ideas de referentes nacionales e internacionales", agregó.

El poder del cerebro

El periodista y conductor Alejandro Fantino estuvo a cargo de la apertura del ciclo y hoy le tocó el cierre, donde aprovechando su vínculo con Manes (ya lo entrevistó en otras oportunidades) le sacó el jugo a la charla de este sábado en Villa Mercedes. “Hace 23 años que hago entrevistas y no siempre pasa lo que pasa con él. Este tipo es mágico, en televisión le llamamos personas que rompen la pantalla y eso hace. Facundo realmente inspira”, dijo para presentarlo ante la multitud en la sala del teatro.

“Uno debe aprender hasta el último día de la vida, porque aprender cosas nuevas protege al cerebro. Y es así que la educación protege al cerebro”.

 

Fantino lo fue llevando durante un poco más de una hora por diferentes tópicos, que hacen a la realidad cotidiana y que Manes los contextualizó científicamente, con ejemplos concretos y que sorprendieron en varias oportunidades a la audiencia.

Habló de la importancia para la Argentina de tener sueños colectivos que incluyan a todos: “Con la vuelta de la democracia tuvimos un sueño colectivo, hoy necesitamos un propósito semejante para salir adelante, no lo hace un sector político, sino entre todos”.

También ahondó sobre la necesidad de vivir permanentemente inspirados: “Nuestro cerebro aprende cuando algo nos inspira, educar es eso, cuando motivamos, eso puede aplicarse a cualquier momento. Como seres humanos necesitamos estar inspirados y motivados”.

Definió al cerebro como el órgano más complejo del universo, “es un órgano social porque todos necesitamos del otro” y eso es lo que nos da la condición de seres humanos: “La conducta humana a lo largo de miles de años ha sido la de detectar el peligro para sobrevivir. Que es evitar el dolor y buscar el placer”.

 “Los argentinos vivimos mucho porque somos millonarios de emociones”.

 

Sostuvo que el cerebro será irremplazable por las máquinas o computadoras, ya que lo que nos hace humanos es la emoción, la capacidad de adaptarnos al contexto, manejar la diversidad y la empatía, que solo se consigue con la educación, “que es en lo que tenemos que enfocarnos”.

Manes confió que en unos diez años la población tendrá más conciencia social, con respecto a la pregunta de Fantino sobre el uso actual de los celulares y las redes sociales. “Se va a valorar más el contacto humano, vamos a ser más empáticos, como hoy se valora más la alimentación saludable” y dejó una importante recomendación: “Nunca chequeen las redes sociales cuando se sienten miserables, porque se van a sentir más miserables”.

También exhortó a estar más enfocados en el presente: “La multitarea nos va a hacer mal e infelices. Un cerebro atento, contemplando el presente va a tener más bienestar, va a ser un cerebro más productivo y más feliz”.

Finalmente habló de la soledad como un flagelo mundial y una de las principales amenazas para la salud pública: “La gente no tiene con quién hablar. Cuando uno se siente solo, sin vínculos, el cerebro entra en estado de autopreservación. Sentirnos solos en forma crónica, no tener con quién hablar, aislados socialmente es un factor de mortabilidad más importante que el alcoholismo, la obesidad, la polución ambiental o el tabaquismo".