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Pide que le entreguen el título de abogada de su mujer fallecida

Alfredo Lartigue inició una cruzada en honor a su esposa que murió después de batallar contra el cáncer. Ana Páez se recibió en la Universidad de Lomas de Zamora pero nunca le dieron el diploma. 

Por redacción
| 17 de agosto de 2017
Ana y Alfredo fueron comerciantes, dirigentes de newbery y formaron una familia.

Alfredo Lartigue no entiende. Por más que intenta recapitular todo lo que pasó, para él es inexplicable: Ana María Páez, su esposa, se recibió de abogada en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) en marzo del año pasado pero cuatro meses después, el cáncer de mama le ganó la batalla. Aunque la mujer finalizó su carrera, la institución nunca le entregó el título. Desde entonces Alfredo comenzó una cruzada para obtener lo que tanto le costó conseguir a su compañera de vida. 
La dolorosa travesía arrancó en agosto, el mes que Ana debía recibir su diploma. Pero una mala jugada del destino hizo que cayera ante el cáncer de mama, no antes sin pelear. 
"Mi señora se recibió de abogada el 4 de marzo del 2016, cumplió con todos los requisitos para recibir el título, lo abonó y quedó a la espera de su acto de colación. Era la última de la promoción de la sede de la UNLZ en Villa Mercedes", contó "Fredy" como lo llaman sus conocidos. 
Un par de meses antes de obtener el documento universitario, Ana sufrió una metástasis en los huesos, se fracturó la cadera y tuvo que viajar a Río Cuarto donde le iban a colocar una prótesis. "Cuando la internaron tuvo la mala suerte de estar en la misma habitación que una mujer con neumonía. Antes de entrar al pre operatorio, se contagió y terminó en terapia, en coma inducida. A pesar de eso, salió. Estuvimos un mes con altibajos hasta que el 8 de julio, el mismo día de su cumpleaños, se fue", resumió Alfredo con la voz entrecortada. 


A pesar de su pérdida, él y su hijo Lucas, el único fruto del matrimonio, decidieron que todo el esfuerzo que hizo Ana durante los siete años que llevó estudiar abogacía y todas aquellas horas que le dedicó al estudio, no podían ser en vano. “Ella sabía que no iba a terminar su carrera pero igualmente siguió. Por eso estábamos dispuestos a ir a buscar el diploma sin importar nada”, expresó. 
Cuando llegó agosto, los Lartigue recibieron la llamada más esperada: el acto de colación de la última promoción de la UNLZ, estaba confirmado. 
“Fuimos y antes del acto principal nos llamaron para firmar un papel. Nos entregaron un tubo donde supuestamente estaba el título y nos fuimos. A la noche me reuní con dos matrimonios amigos que también se habían recibido y decidimos ver el documento pero me encontré con una mala sorpresa, no tenía el título sino un certificado sin firmar. Lamentablemente después de la graduación no quedó nadie de extensión universitaria en la ciudad”, recordó con malestar. 
El panorama no era el mejor. Sin información o datos precisos sobre la ubicación real de la universidad, “Fredy” se hundió en una búsqueda casi desesperada. Tras varias semanas de investigación dio con teléfonos y direcciones. Envió una decena de correos a una casilla de correo que nunca le devolvió una respuesta. Entre el listado de cosas que halló en internet, se topó con algo que lo devastó: "El 12 de julio, cuatro días desde que falleció Ana, retiraron su título universitario de la Dirección Nacional de Gestión Universitaria. Pero eso no fue todo, veinte días después también sacaron su analítico", señaló.  
Pero lejos de desanimarlo, intentó seguir por otras vías. "Nosotros teníamos una vecina en la ciudad que se fue a vivir a Buenos Aires, me dijo que se iba a encargar de ir a la UNLZ para ver qué podía hacer. Allí le dijeron que sólo podían otorgar el documento a un familiar directo o a través de un amparo judicial. Entonces me mandó la copia de una carta para que se las enviara a la institución. Volví a llenarles la casilla de correos", recordó.
Aún así, nunca logró respuestas por parte de la alta casa de estudios. Ese fue el impulso que lo llevó a compartir su historia en las redes sociales. Su mensaje no sólo conmocionó a los mercedinos que se animaron a compartir la publicación en Faceboock, la página mundial de pedidos "Change.org" se hizo eco de su historia. "Me pidieron si podían publicar mi historia y de esa manera juntar firmas. Por cada firma es un reclamo que se lleva a la universidad. He recibido mucho el apoyo de la gente, y a veces no me sorprende porque Ana era muy querida en su ambiente, pero me han hablado desde Uruguay, es impresionante", expresó Alfredo. 
Él considera que la recolección de adhesiones es su única luz de esperanza. "Creo que de esa manera podemos meter presión. Elegí este camino porque pelear contra la universidad de leyes es como imposible, ellos tienen abogados y pueden presentar más de mil recursos. Yo sólo quiero que mi hijo pueda tener el título de su mamá, ese título por el que tanto luchó", pidió. 
 

 

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