De repente su mundo se llenó de sonidos. Sofía Frías, de 10 años, de Villa Mercedes, hipoacúsica casi desde que nació porque comenzó a perder la audición a los quince días debido a una enfermedad, escuchó de nuevo aunque para ella fue como la primera vez y transformó un avance médico en un momento mágico.
Luego de una operación exitosa y de una correcta activación de los implantes en la zona de los oídos, en la región coclear, cambió su mundo, el que había permanecido en silencio.
El dispositivo transforma las señales acústicas en eléctricas que estimulan el nervio auditivo. Tiene una parte externa, un aparato con forma de audífono y otra interna ubicada dentro de la cabeza, en la parte superior de cada oreja.
Un minuto antes de las doce, los médicos hicieron la prueba final. Sofía puso una cara extraña. Sus dos enormes ojos redondos se llenaron de una expresión que mezclaba sorpresa con una especie de vergüenza.
Luego de una prueba que incluía médicos, computadoras y mucha paciencia pudo escuchar y repetir lo que otros decían. Sus primeras tres palabras fueron: papá, mamá y agua, tres elementos esenciales para cualquiera.
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